El Gobierno de San Luis expropió la fábrica Cerámica San Lorenzo en Villa Mercedes para asegurar la continuidad de la producción luego del cierre que habían decidido los dueños empresarios. “Si San Luis hizo el sacrificio y le dio beneficios a algunas empresas, es lógico que se use ese beneficio para el progreso social de la provincia, para crear fuentes de trabajo, entonces para eso se hace. Y por eso, por cualquier causa cuando la empresa abandona, nosotros no abandonamos”, dijo el gobernador, Alberto Rodríguez Saá. La fábrica estuvo cinco meses en parate absoluto. La empresa será administrada por los trabajadores a través de una cooperativa.
La planta de Cerámica San Lorenzo comunicó el cierre en enero de este año, por lo que más de 140 personas perdieron su fuente laboral. La crisis había comenzado en enero de 2016, cuando comenzaron los primeros despidos injustificados, licencias médicas no respetadas y un premio por productividad que la empresa no cumplió, según denunciaron los trabajadores. En julio del año pasado, la empresa suspendió por 30 días a 120 trabajadores por la caída de la demanda, lo que se tradujo en una reducción del 25 por ciento de los sueldos de los empleados afectados. “El motivo que dio la empresa para justificar el cierre es que estaba trabajando a pérdida”, decía Claudio Verri, del Sindicato de Ceramistas. Cerámica San Lorenzo se instaló en San Luis en los `80 y cuenta con plantas en San Juan, Azul y Puerto Madryn.
La administración de Rodríguez Saá informó que la empresa mantenía una deuda con el Estado provincial que fue utilizada como pago de la expropiación. “Es un suceso histórico en San Luis, donde el movimiento obrero, apoyado por el Gobierno provincial, hoy tiene el privilegio de recuperar sus fuentes de trabajo”, dijo Juan Vega, secretario general del Sindicato de Ceramistas.