Desde Santa Fe

Omar Perotti ensayó ayer el típico gesto de fastidio, levantó las cejas y se fue. El gobernador terminó en forma abrupta un diálogo con periodistas en el que pidió a la justicia que castigue con la “máxima firmeza” a los autores de una balacera frente al estadio de Colón, el martes a la tardecita, poco antes del debut del local en la Copa Libertadores, que dejó cinco heridos: cuatro agentes de la Policía de Santa Fe y un hincha de Peñarol de Montevideo. Tres de ellos, baleados. La pregunta que molestó a Perotti era por qué esa misma mañana, el jefe de barra de Colón, Juan “Quique” Leiva había sido trasladado desde la cárcel de Coronda –donde cumple una condena por homicidio- hasta el barrio Centenario, muy cerca del estadio rojinegro, para una visita de “acercamiento familiar”. La presencia de Leiva en la zona –horas antes del partido- no pasó desapercibida por el gran despliegue policial de su custodia y coincidió con una escalada de violencia entre facciones de la barra que tomaron como campo de batalla a las propias instalaciones del club. “¿Quién autorizó el traslado?”. Perotti no respondió y se fue. Dejó un silencio que sumará a la cuenta de su ministro de Seguridad Pública, Jorge Lagna, quien sigue inestable en el gabinete desde que tuvo que despedir a su amigo y ex director de Análisis Criminal Estratégico, Horacio Lucchini, en medio de otro escándalo político del que tampoco nadie habla, ni se hace cargo, en la Casa Gris.

Antes del gesto de enojo por las preguntas sobre el traslado del jefe de la barra de Colón al barrio Centenario, en la previa del partido con Peñarol, Perotti repudió la violencia. “Son las cosas que no nos gustan, que no deberían suceder", dijo en referencia a las corridas, el intento de un grupo de ingresar por la fuerza al estadio en la Puerta 7, frente al barrio Fonavi y los balazos. "Lamentablemente no ha sido una jornada plena para disfrutarla a través del deporte y de un evento tan importante" para Colón.

"Hubo heridos", dijo Perotti. Tres de ellos por armas de fuego. Incluso uno de los policías baleados seguía ayer en la sala de terapia intensiva del hospital Cullen. "No es un tema menor. Esto habla a las claras de la gravedad de los hechos", expresó el mandatario. Y le pidió a la justicia que actúe con "la máxima firmeza necesaria" ante los responsables de los disparos. "Estas cosas no tienen nada que ver con el deporte, ni con la vida institucional que queremos para los clubes. Estas cosas no ayuda", se lamentó.

-Cree que esto estuvo orquestado porque hay filmaciones muy claras de los disparos? -le preguntaron.

La justicia está trabajando. Es responsabilidad de ellos dar a conocer toda la información disponible. Cuentan con toda la colaboración del gobierno, de la Policía de Santa Fe y de la Agencia de Investigaciones -respondió el gobernador.

Perotti se declaró partidario de generar "conciencia social" entre quienes asisten a los estadios de fútbol. "Es un trabajo que empieza mucho antes de que la gente vaya a la cancha. Empieza con fortalecer la convivencia e identificar a quienes asisten. Hay que hacer un trabajo previo. El desenlace de ese día no podrá resolver el problema", el operativo "puede estar mejor organizado o no, pero al trabajo lo tenemos que hacer previamente y nadie debe ser ajeno a eso".

"Es indispensable mejorar la convivencia. Que todos entendamos que es una competencia deportiva, no una batalla. Y no traer la violencia a ese escenario porque ahí perdemos todos", afirmó Perotti.

En tanto, el ministro Lagna atribuyó los disturbios en la Puerta 7 del estadio sobre calle Libertad, a "un grupo de hinchas que quiso ingresar a la fuerza, pasando sobre el personal policial que actuó de manera notable”. “Todo es materia de investigación”.

Cuando le preguntaron por las peleas entre facciones de la barra, Lagna también se disculpó. “Prefiero no hablar en caliente” y tomar las medidas correctas. “Contra la sinrazón y la locura es difícil lidiar”, opinó. “Evidentemente, hay dos facciones de barras enfrentadas y nos tenemos que volver a sentar a hablar con la dirigencia de Colón”, sobre lo que sucedió antes del partido con Peñarol.