Mientras persisten las declaraciones cruzadas en el Frente de Todos, de forma paralela hay intentos de varios dirigentes --tanto de la política como del sindicalismo-- para calmar las aguas y acercar posiciones. Este miércoles, por ejemplo, Pablo Moyano, secretario general de la CGT, almorzó con el presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos. Lo hizo luego de reunirse en la Cámara Alta con los senadores kirchneristas para dar su apoyo al proyecto del bloque que propone pagar al FMI con dinero de evasores. El titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que hace unos días se mostró en muy buenos términos con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, también se sumó a las muestras de paz e indicó que "los trapitos se lavan en casa". "La mayoría de los argentinos que nos eligieron en 2019 nos quieren ver trabajando juntos y lo que tenemos que hacer es ponernos en la cabeza que, aunque en varios temas podamos pensar distinto, tenemos que cumplir con ese contrato que nos pusimos en 2019", expresó.
El almuerzo con Pablo Moyano
Según comentaron fuentes de Casa Rosada a Página/12, el encuentro se trató de "un muy buen almuerzo", del que también participaron el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. En esa línea, subrayaron que "Moyano expresó su apoyo al gobierno y al Presidente". El mensaje fue clave para el albertismo ya que, tras de apoyar el acuerdo con el FMI, el líder de Camionero había dicho que “en caso de que haya ajuste o alguna reforma en contra de los trabajadores" van a "salir a la calle” a protestar.
Además, durante las últimas semanas, Moyano también se había mostrado muy cercano al diputado Máximo Kirchner y no había participado de la primera reunión que llevó a cabo el Gobierno en el ministerio de Economía con la CGT y la UIA. La situación comenzó a cambiar cuando el viernes de la semana pasada Moyano visitó Casa Rosada para reunirse con Vitobello y también con su participación el martes de la reunión con la UIA en el Ministerio de Economía.
Massa también busca acercar posiciones
"Hay que resolver los problemas. Es un error pensar en 2023, este no es un año electoral", expresó Massa y luego cuestionó a todos aquellos que "buscan desgastar la figura presidencial y al Gobierno”. "Hay una vocación de algunos sectores de la oposición por limar al Gobierno, limar la posición del Presidente, en todo caso, hacer leña de un árbol caído de un debate que tuvimos en el Frente de Todos. Me da la sensación, que creen que cuanto peor mejor", puntualizó. Luego, denunció que varios sectores “ya están mirando al 2023 y eso es un error porque lo que la sociedad espera es soluciones, no problemas".
El presidente de la Cámara baja se metió de lleno en la interna oficialista y subrayó que “tenemos que desprendernos de las peleas y enfocarnos en lo que la sociedad necesita. La mayoría de los argentinos nos quieren ver trabajando juntos y eso tenemos que hacer". "Hay que dejar atrás la pelea por el Fondo y mirar para adelante. Yo trabajé porque me parece que era el mejor acuerdo posible en este momento, hay que superar eso y cumplir el contrato electoral de 2019 como Frente de Todos", concluyó.
Manzur optimista
El jefe de Gabinete, Juan Manzur, fue otro de los funcionarios que también trató de bajar el tono a la interna. Este miércoles resaltó que “el Presidente está trabajando como lo viene haciendo desde el primer día de gestión para tratar de cambiar la situación del país. Todos vimos en las condiciones que recibió a la Argentina, con un enorme endeudamiento, con una pandemia que ha contribuido a paralizar la economía, pero ahora la situación está cambiando".
Luego, opinó que las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente a la inflación están funcionando y aseguró que los resultados serán "graduales y progresivos". Por último, remarcó en diálogo con un medio del interior que "hay buena predisposición por parte del sector empresarial y sindical en ese sentido".
El kirchnerismo pide medidas más fuertes
Desde el kirchnerismo, sin embargo, no consideran que la situación del país esté mejorando, tal como aseguró Manzur, y creen que las medidas para combatir la inflación y reducir la pobreza no están funcionando. Allí radica uno de los grandes puntos de enfrentamiento dentro de la coalición oficialista.
En esa línea, este miércoles el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, expresó que “es un momento en el que hay que adoptar medidas muy decididas, excepcionales y no hay que tener miedo de hacerlo”. "Después de cuatro años de macrismo, dos años de pandemia, de seis años muy complicados para los sectores populares, hay que fortalecer todas las medidas de cuidado del bolsillo y mejoras de los ingresos”, agregó en diálogo radial.
Kicillof, por último, puntualizó que “estamos en un momento delicado y los que tenemos responsabilidades de dirigencia no tenemos que tener miedo de enfrentar ciertos intereses. No nos estamos metiendo con la rentabilidad de un negocio normal o con su crecimiento, pero de ahí a que quieran traducir los precios de guerra a las góndolas no corresponde y hay que estar alertas”.