La obra intensa y personal del dramaturgo y director teatral Matías Martínez ofrece una nueva propuesta, por partida doble, durante los viernes y sábados de abril en G15 (Estévez Boero 700). Las obras Representación nocturna del Marqués de Sebregondi –viernes 8 y 15; sábados 9 y 16 a las 21.30– y Los bordes torpes del ano –viernes 22 y 29; sábados 23 y 30 a las 21.30– confluyen y perfilan puertas de acceso al universo corrosivo de Martínez.

En el primer caso, a partir de la poética de Osvaldo Lamborghini, con el acento puesto en el cuento El niño proletario; en el segundo, desde la impronta del escritor Carlos Correas, a partir del texto La Operación Masotta. Vale destacar que Los bordes torpes del ano tuvo solo dos funciones en 2020, cuando la pandemia impidió su prosecución. “Esto viene a ser un desquite o la continuación de algo que quedó trunco”, comenta el dramaturgo a Rosario/12. Y explica: “La Operación Masotta es de alguna manera muy lapidario para Oscar Masotta, porque Correas lo desacredita, ¿no? Ellos tuvieron una relación de amistad, un vínculo artístico junto con (Juan José) Sebreli. Yo tomo ese texto y a partir de ahí aparece esta construcción escénica que se llama Los torpes bordes del ano. Pero a mi criterio es una obra que trasciende el universo de Correas, para poder también enunciar otras cuestiones”.

En este despliegue, ocurre una conjunción de elementos. Según Martínez, “cuando uno crea, lo hace un poco a tientas, por intuición, un poco construyendo en función de las referencias que le interesan. Y mi construcción no es tan unidireccional, sino que se mezcla, es más simultánea. Para tener una referencia visual, sería más cubista. Pienso también en Borges, sería una especie de aleph, con el que pensar lo que sucede en escena como en universos que conviven en un mismo tiempo, en un mismo lugar, y pueden verse desde diferentes puntos de vista. Eso transforma al espectáculo en una narración más compleja”.

De acuerdo con esta premisa, Los bordes torpes del ano reúne “tres planos: el de la literatura de Correas, que es el más evidente; otro plano vinculado con la transformación del cuerpo masculino a un cuerpo de mujer, relacionado con lo que transitan los personajes de la obra; y un tercer momento, que tiene que ver con la especificidad de mi lenguaje, porque es una obra que empieza con un criterio de construcción dramática y se transforma en una obra con un criterio de construcción post-dramática, algo que tiene que ver con la forma de construir teatro que tengo ahora”.

El director Matías Martínez. Foto: Andrés Macera.

-Me gusta esta explicación de los planos superpuestos, como si respondieran a cierta idea de yuxtaposición visual.

-Tanto en una obra como en la otra hay una construcción visual, a la que nosotros decimos que está relacionada al barroco. Hay un campo visual muy cargado, pero estos elementos están, de alguna manera, intervinculados. Esa lógica produce una tensión visual. Y a la vez, hay una aglomeración de muchas vinculaciones posibles. Entonces, la imagen se vuelve compleja, densa, y no es fácilmente deducible. En este sentido, pienso en algunas construcciones arquitectónicas, como La Sagrada Familia de Gaudí, una construcción tremendamente compleja, donde uno nunca termina de definir exactamente qué es lo que está viendo, porque descubre un orden de relaciones que le hacen estallar nuevos universos, y sin embargo forman un núcleo orgánico. Como sucede, para el caso de la pintura, en El Tríptico de El Bosco.

Si Los bordes torpes del ano es la obra que reúne varias capas consigo, “Representación nocturna del Marqués de Sebregondi sería, si se quiere, el caso de una obra más lineal, porque es más clara la dramaturgia, lo que no quiere decir que sea más convencional”.

-En las dos, una misma mirada crítica sobre lo social.

-Sí, porque no es casualidad que tome estos dos autores, dos escritores considerados malditos. Hay algo de la literatura de ellos que dialoga en la cuestión de trabajar tópicos de los márgenes, en la cuestión de la desintegración, en lo vinculado a la muerte y lo vinculado al sexo, para poner sobre el tapete las prohibiciones.

Representación nocturna del Marqués de Sebregondi cuenta con las actuaciones de Martín Fumiato, Matías Martinez y Matías Tamburri. Piano: Matias Tamburri. Supervisación espacial y escenográfica: Cristian Grignolio. Vestuario y caracterización: Ramiro Sorrequieta. Arte de telones: Romina Carrara. Montaje y técnica: Federico Fernández Salafia. Producción: Mariano Del Grande. Los bordes torpes del ano es interpretada por Martín Fumiato, Guillermo Peñalves, Graciana Tucat, Federico Fernández Salafia y Luciano Matricardi. Vestuario y caracterización: Ramiro Sorrequieta. Escenografía: Cristian Grignolio. Producción: Mariano Del Grande. Las dos obras cuentan con dramaturgia y dirección de Matías Martinez. Las entradas pueden adquirirse en www.entradasculturasantafe.com.ar.