Abuelas, una película sobre (y con) Abuelas de Plaza de Mayo 6 puntos
Argentina, 2022.
Dirección y guion: Cristian Arriaga.
Dirección musical: Ignacio Montoya Carlotto.
Duración: 108 minutos.
Testimonios: Estela de Carlotto, Sonia Torres, Ledda Barreiro, Delia Giovanola, Buscarita Roa, Rosa Roisimblit, Ángela Barili, Aída Kancepolski, Emilce Flores y Berta Schubaroff.
Estreno: Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543)
No era sencillo ensayar una aproximación audiovisual a un universo como el de las Abuelas de Plaza de Mayo. Por lo conocido y público de una lucha conjunta que ya lleva más de cuatro décadas, pero también porque las vidas de esas mujeres de entre 80 y 90 años están tironeadas por la esperanza y la impotencia, además de ser dueñas de la capacidad de seguir adelante contra todas las adversidades aun en aquellos momentos en los que la tristeza es un mar embravecido cuyas olas amenazan con destruir hasta el último pilar de optimismo. Dirigida por Cristian Arriaga, Abuelas, una película sobre (y con) Abuelas de Plaza de Mayo se carga al hombro el desafío a través de un dispositivo tan esquemático en su formato de cabezas parlantes como impactante en las resonancias que generan las historias de quienes hablan. Historias iguales a tantas otras, con matrimonios estables, trabajo, casa e hijos, pero que desde el 24 de marzo de 1976 dejarían de ser lo fueron.
Arriaga es consciente de los objetivos testimoniales de su trabajo y no da muchas vueltas para encontrar la forma más práctica y directa de concretarlos. Si bien la película arranca con una descripción somera de lo ocurrido en vísperas al Golpe cívico-militar, el resto del metraje prescinde de imágenes de archivo, voces en off, información de contexto y demás lugares comunes de los documentales expositivos para, a cambio, concentrarse en indagar en las biografías de diez Abuelas: Estela de Carlotto, Sonia Torres, Ledda Barreiro, Delia Giovanola, Buscarita Roa, Rosa Roisimblit, Ángela Barili, Aída Kancepolski, Emilce Flores y Berta Schubaroff. Arriaga parece querer saberlo todo, y por eso toma la sabia decisión de darles a ellas la exclusividad casi absoluta de la palabra, respetando sus tiempos y silencios y sabiendo que a veces hay cosas no pueden o no saben cómo decir.
Las entrevistas arrancan con ellas contando cuándo y dónde nacieron, y continúa con la reconstrucción del árbol genealógico familiar y el recuerdo de sus infancias. Todas vidas relativamente normales, con más o menos dificultades, aunque ninguna como la que enfrentarían durante la época más oscura de la historia argentina. Pero a Arriaga le interesan las Abuelas no solo como símbolos de la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia, sino también como mujeres hijas de su tiempo. Es así que los recuerdos pasan de la niñez a la adolescencia y, con ello, a los primeros y muy tímidos escarceos románticos, con pretendientes tratándolas de “usted” o padres que observaban a las parejitas con ojos escrutadores.
La parte central del relato, por lejos la más emotiva y contundente, está centrada en lo ocurrido luego de aquel 24 de marzo, cuando algunxs de sus hijxs fueron secuestrados y desaparecidos por la dictadura. Allí aparece la fortaleza interna de esas mujeres que lentamente fueron pasándose el dato de la juntada semanal de los jueves en la Plaza de Mayo, hasta que una de ellas propuso que quienes tenían nietos nacidos en cautiverio dieran un paso adelante. El resto es historia conocida. Una historia que se prolonga hasta hoy.