Rusia fue removida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU por las denuncias de presuntas masacres en la ciudad de Bucha en el contexto de su invasión a Ucrania. La iniciativa obtuvo el voto favorable de 93 países, entre ellos Argentina (ver aparte), 24 en contra y 58 abstenciones. El Kremlin catalogó la medida como ilegal. En tanto, el canciller ruso Serguei Lavrov, acusó a Kiev de modificar las propuestas que había realizado durante las negociaciones en Turquía. A su vez, el diplomático dijo que mantiene la disposición a seguir negociando con Ucrania. Moscú además denunció que ya recibieron más de seis mil sanciones, aunque aseguraron que pueden resistir. La OTAN aseguró que la guerra en Ucrania podría prolongarse por años.
Suspensión
Bajo acusaciones de violencias graves y sistemáticas de los derechos humanos, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la iniciativa de Washington para suspender la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos. La propuesta superó la mayoría de dos tercios necesaria (las abstenciones no cuentan) y obtuvo 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.
Se trata de la segunda suspensión del Consejo de DDHH desde su creación en 2006. En 2011 la primera expulsión fue a Libia, entonces liderada por Muamar al Gadafi. Esta vez la decisión implica suspender a un país que además es uno de los cinco miembros del Consejo de Seguridad, donde tiene poder de veto.
"Rusia no sólo está cometiendo violaciones de los derechos humanos, sino que está sacudiendo los cimientos de la paz y seguridad internacionales", dijo previo a la votación el embajador ucraniano ante la ONU, Sergiy Kyslytsya. Por su parte, la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, aseguró que con la medida de hoy se envía "un claro mensaje de que Rusia tendrá que rendir cuentas".
Tras la suspensión, Rusia anunció su retiro voluntario del Consejo de DDHH al considerar que éste se ha convertido en un instrumento de Occidente. "Nuestra decisión no significa que Rusia renuncie a sus obligaciones internacionales en el campo de la defensa de los derechos humanos", explicó Guennadi Kuzmín, embajador adjunto ruso ante la ONU. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lamentó la decisión de la ONU y volvió a rechazar las acusaciones de haber perpetrado una masacre en Bucha. "Los cadáveres allí encontrados no fueron víctimas de militares rusos", aseguró en entrevista con la cadena británica Sky News.
Los votos
Entre los países latinoamericanos que apoyaron la medida, además de Argentina, están Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Mientras que Brasil, El Salvador y México se abstuvieron al considerar que es importante realizar una investigación sobre los presuntos crímenes antes de tomar medidas contra Rusia que podrían quebrantar un posible diálogo con Moscú.
En tanto, 24 países votaron en contra de la expulsión de Rusia, entre ellos Bolivia, Cuba, Nicaragua, China, Vietnam y Corea del Norte. Beijing por su parte denunció el “uso político” del Consejo y el doble rasero en el ámbito de los derechos humanos, en este sentido, se mostró en contra de "ejercer presión sobre otros países en nombre de los derechos humanos".
Mientras tanto este jueves el Papa recibió al nuevo embajador ucraniano ante el Vaticano, Andrei Yurash, que estuvo cerca de media hora con el Francisco. El encuentro fue en la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico y se dio en medio de una sostenida condena del argentino Jorge Bergoglio a la invasión rusa, a la que ese jueves sumó su denuncia de "nuevas atrocidades".
Negociaciones sin acuerdo
Rusia acusó a Ucrania de modificar algunas de las propuestas que presentaron durante las negociaciones en Turquía. Según el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, Kiev quiere que el diálogo se alargue o fracase. El canciller además aseguró que las autoridades ucranianas están controladas por Washington y sus aliados.
"La incapacidad de llegar a acuerdos caracteriza una vez más las auténticas intenciones de Kiev y su política de alargar e incluso abortar las negociaciones a través de la renuncia a los entendimientos ya alcanzados", afirmó Lavrov en una declaración grabada. Según el jefe de la diplomacia rusa el proyecto de acuerdo presentado por Ucrania esta semana renuncia a los entendimientos previamente alcanzados y abandona puntos importantes consensuados en Estambul.
"En ese documento los ucranianos formularon claramente que las futuras garantías de seguridad de Ucrania no se extenderían a Crimea y Sebastopol. En el proyecto de ayer esa clara afirmación está ausente", explicó. "Figura la idea de que los asuntos de Crimea y el Donbás se abordarán en la reunión de los presidentes de Rusia y Ucrania. Todos recordamos cómo el presidente Zelenski aseguró más de una vez que dicha reunión es posible solamente después del cese de las acciones militares", subrayó.
Lavrov indicó que Kiev modificó sobre el estatus neutral, así como la necesidad de un acuerdo previo a la realización de cualquier ejercicio militar con la participación de “contingentes extranjeros”. Según el ministro de Exteriores ruso, ese punto fue modificado en la nueva propuesta y Kiev podría celebrar maniobras "con el beneplácito de la mayoría de los países garantes, sin ninguna alusión a Rusia".
Por su parte, Mijail Podoliak, integrante de la delegación ucraniana en las negociaciones, respondió a los dichos de Lavrov. "Lo importante es la fórmula de garantías de seguridad propuesta por Ucrania. Una fórmula clara, ponderada y con una gran cantidad de contrapesos", dijo. “Si Rusia quiere mostrar que está dispuesto al diálogo, debe reducir su hostilidad", declaró en su cuenta de Twitter.
"Nosotros hemos resistido"
Rusia además se expresó sobre las sanciones que recibió de occidente desde el inicio de la invasión a Ucrania. según el primer ministro, Mijail Mishustin, Moscú logró resistir el efecto negativo de las sanciones económicas y financieras.
"Los autores de esa estrategia esperaban que la tormenta de sanciones hundiría nuestra economía en unos pocos días. Su guion no se hizo realidad. Casi ningún otro Estado, excepto Rusia, hubiera podido haberle hecho frente a eso. Nosotros hemos resistido", subrayó Mishustin, al presentar un informe a la Duma (cámara baja del Parlamento). "La economía necesita tiempo para adaptarse. Es imposible no tener como mínimo medio año para adecuarse a un golpe como ese", dijo.
Mishustin se refirió a las más de 6.000 sanciones impuestas contra Rusia y aseguró que no tiene precedentes. "Se trata de sanciones individuales y sectoriales contra el Estado, pero lo más importante consiste en que van dirigidas contra todos los ciudadanos", precisó.
"Su objetivo era retrasarnos años o incluso décadas. Aislarnos del mundo. Forzar a Rusia a abandonar proyectos económicos y sociales prometedores. Atacar el nivel de vida de nuestros ciudadanos. Ellos están haciendo todo lo posible para impulsar la inflación, crear un déficit de bienes de consumo y, en última instancia, provocar una tensión social", señaló el primer ministro.