Un litro de leche de elaboración boliviana cuesta 228 pesos argentinos. La que proviene de este lado, “está a mitad de precio”. El detalle brindado a Salta/12 por Fernando Cuéllar, periodista del Portal Chaco Informa, resume el fenómeno del intercambio comercial que se agudizó entre los dos países durante la época más restrictiva de la pandemia, y que pudo concretarse mediante el contrabando de mercadería por los pasos ilegales. El intercambio, además, responde a la devaluación del peso argentino frente al valor de la moneda boliviana.

Esta situación trajo versiones cruzadas sobre el intercambio de mercaderías y hasta de gasoil de un lado y otro de la frontera entre Salvador Mazza, municipio del departamento San Martín, y Pocitos y Yacuiba, del lado boliviano.

Estas cuestiones se destacaron tras la decisión de los gobiernos de ambos países de normalizar el paso por el Puente Internacional de Salvador Mazza, y Pocitos/Yacuiba, para habitantes vecinos de la frontera, hasta 50 kilómetros a la redonda. 

La directora de Migración de Yacuiba, Alejandra Padilla, informó ayer a medios de esa ciudad que ya se había dado “vía libre” al tránsito vecinal por el Puente Internacional para residentes en zona de frontera. Los requisitos para pasar son la presentación del documento de identidad o tarjeta vecinal, además de la declaración jurada, siempre y cuando el trayecto dure 24 horas y sea hasta Tartagal (ciudad cabecera del departamento San Martín). Afirmó que para los turistas, en tanto, se mantienen los requisitos: esquema de vacuna, declaración jurada y seguro de salud. Este último, con un costo de 3 mil pesos, indicaron habitantes de Salvador Mazza.

Por su parte, el delegado nacional de la Dirección Nacional de Migraciones en Salta, Jorge Ovejero, dijo a este medio que la resolución en el vecino país se corresponde con la decisión administrativa N° 370/2022, de Argentina, publicada anteayer en el Boletín Oficial, por la cual se disponen las nuevas medidas sanitarias para los pasos internacionales. 

Este instrumento se encuentra enmarcado en la decisión del presidente Alberto Fernández de reabrir todos los pasos fronterizos antes del 1 de mayo. Sin embargo, “aún se deben ver las condiciones en las que se habilitan los pasos”, dijo Ovejero a Salta/12, al indicar que por el momento no existía oficialización, al menos desde el lado argentino, de la apertura de esta frontera. La misma situación acontecía con Aguas Blancas, municipio del departamento Orán que limita con Bermejo, en Bolivia.

“La normativa me llegó recién hoy y todavía hay puntos que no están claros”, dijo por su parte Zigarán. Sostuvo que desde los anuncios de Nación “se armó una psicosis por pasar por el Puente Internacional”, algo que por el momento no está totalmente resuelto, al menos desde esta parte de la frontera.

El paso de gasoil y mercaderías

Un hecho que antecede a la reapertura del paso internacional oficial entre los países, es la comercialización en la zona de frontera. 

Ayer la Revista Actualidad, de Salvador Mazza, publicó el testimonio de una vecina que se quejaba por no haber podido conseguir “10 kilogramos de harina” en este pueblo, y contó que fue a Bolivia “por un paso no habilitado y vi 500 paquetes de harina apilados”. La vecina, que el medio identificó como Francisca y pidió reserva de su identidad, cuestionó además que es cada vez más difícil conseguir carne de buena calidad y el aceite suele variar su precio de manera periódica.

“No es la primera que se queja por el paso de las mercaderías” al vecino país, mencionó Natalia Camacho, periodista de Revista Actualidad. Contó que hubo una denuncia por roturas de caños a raíz del tránsito de camiones por pasos ilegales. Anoche, la comunicadora añadió: “Vecinos me comentan que hoy no encontraron carne (vacuna) y se vieron obligados a comprar carne de chancho”.

“Yo no escuché que nadie se queje de desabastecimiento. Sigue trabajando todo el mundo con normalidad. Y ningún comerciante me habló de desabastecimiento”, sostuvo por su parte el interventor del municipio de Salvador Mazza, Adrián Zigarán, ante las consultas, que trasladó a trabajadores que estaban en la Municipalidad en el momento que se realizaba el requerimiento periodístico.

Sin embargo, el interventor reconoció que por el paso internacional transitan por día “entre 80 y 100 camiones cisternas” que “exportan gasoil” a Bolivia. Entre las empresas que identificó, dijo que vio a camiones de Refinor. En este punto, alertó sobre una situación que preocupa, y que tiene que ver con la carga de combustible que se hace desde un tramo del ferrocarril hacia Bolivia. Sostuvo que el transporte no estaría acondicionado para realizar este trabajo y significa un riesgo para la población.

Cuando se dio vuelta la tortilla

El intercambio comercial entre ambos países es moneda corriente, no solo para los habitantes de la región, sino para quienes viven en las provincias fronterizas. Durante décadas, desde Argentina se buscaba ropa e incluso golosinas o cigarrillos en Bolivia, y siempre hojas de coca, dado que el precio era mucho menor en aquel país.

Pero durante la pandemia la relación dio un vuelco, y los precios se abarataron en Argentina, por lo que ahora son comerciantes del vecino país quienes cruzan para comprar al por mayor la mercadería y revenderla, al menos en Yacuiba.

“Hay mercados mañaneros que les dicen, en donde toda la mercadería es argentina”, detalló Franco Centellas, también periodista de Yacuiba, al dar un panorama de lo que sucede como consecuencia de este intercambio. Fernando Cuéllar, por su parte, manifestó que durante la pandemia, y como se permitía el paso de camiones por el Puente Internacional, “se veía ir y venir la mercadería. Algo que sí sucedió hace unos días es que aumentaron los productos (en Argentina). Y es que si se enteran que allá (en referencia a Argentina) suben, acá también, y esconden la mercadería”, contó.

Los pasos informales de la frontera son una alternativa. Zigarán afirmó que son 78 los "pasos ilegales" detectados. Ir por el puente internacional “implica una media hora para llegar y otra media hora para volver”, entre Salvador Mazza y Yacuiba, detalló Cuéllar. En cambio, cruzar sin los controles las quebradas que separan esta frontera “puede hacerse en cinco minutos”.

Cuéllar recordó que cuando era chico cruzaba la Quebrada Internacional (uno de los pasos ilegales) para conseguir revistas que solo se vendían del lado argentino. También gastaba de más para sacar una gaseosa de las máquinas expendedoras que en aquel tiempo no había en Yacuiba. “También cruzábamos para ir a los restaurantes donde comíamos unas carnes espectaculares”, añadió. Otro de las razones para cruzar a este lado era una heladería que había en Salvador Mazza, para poder deleitarse con la fresca golosina.

En esa época, que fue, según recordó, entre los 90 y 2000 aproximadamente, los argentinos compraban todo lo que podían y “nosotros muy poco cruzábamos a comprar… tal vez para comprar un medicamento que no se conseguía aquí (en Bolivia) o darse un pequeño ‘lujo’ y comprar unos gramos de fiambre o un algún vino. Después nada, porque cualquier producto que comprabas en Salvador Mazza te salía el doble o más de lo que pagabas en Bolivia”. 

La posibilidad de aprovechar la diferencia de cambio es una de las cosas, que, consideró, implican que sea “una ventaja” vivir en la frontera.