A las múltiples causas que explican la inflación, sectores empresarios aseguran que el Frente de Todos le agregó una: la inestabilidad de Martín Guzmán como ministro de Economía. Esa es la excusa para una nueva tanda de remarcaciones en lo que va del mes. La justificación es que el eventual desplazamiento del titular de Hacienda daría lugar a políticas más duras para combatir los aumentos y recomponer ingresos populares, como la suba de retenciones al trigo, maíz, soja, girasol y carne, un estricto congelamiento de precios mientras siga la guerra en Europa, incrementos salariales por decreto y una política fiscal más expansiva aunque tensione la relación con el FMI.
Ciertas o no, intencionadas o no, esas expectativas dieron lugar a renovados y generalizados aumentos de precios por “cobertura”, para anticiparse a una eventual resolución del conflicto político en el oficialismo que derive hacia opciones de mayor confrontación con poderes empresarios. Compañías líderes de alimentos que participan de Precios Cuidados y de la canasta de productos rebajados para comercios de cercanía aplicaron aumentos en la semana de entre 10 y 20 por ciento en otros artículos de sus listas.
Los cuestionamientos a Guzmán desde el propio equipo económico, como los que expuso el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, más el secreto a voces que circula en cámaras patronales sobre la pretensión de Cristina y Máximo Kirchner de cambiar al ministro y la orientación de algunas políticas, en especial en relación con los formadores de precios, alimentan las especulaciones y la incertidumbre. La interpretación es que el funcionario se está quedando cada vez más solo, que incluso colegas del gabinete que antes lo defendían en charlas privadas ahora le apuntan por “no querer embarrarse, no salir a jugar”.
Los mismos voceros empresarios que señalan las tensiones políticas como factor de desestabilización dejaron de hablar del dólar, la brecha cambiaria y las trepadas del blue, que hasta la firma del acuerdo con el Fondo Monetario eran las explicaciones favoritas para el ajuste de precios. El dólar paralelo bajó casi 30 pesos desde su pico a fines de enero, hasta ubicarse en los 196,50 actuales, el contado con liquidación y el dólar cable retrocedieron desde 240 a 190 pesos. Sin embargo, los precios ahora se “desacoplaron” de los temores a una devaluación y avanzan por un carril paralelo.
Los objetivos de Guzmán
En defensa de su gestión, Guzmán sostiene que los objetivos que fue trazando para “tranquilizar la economía” se han ido cumpliendo. Primero la refinanciación de la deuda con acreedores privados, segundo la contención de la crisis provocada por el coronavirus, tercero la consolidación de un sendero de crecimiento de la producción y el consumo, con baja de la desocupación y la pobreza, cuarto el arreglo con el Fondo Monetario, quinto el puente de tiempo con el Club de París, sexto el ordenamiento macroeconómico y la estabilización del frente cambiario y séptimo la promoción de inversiones, entre los puntos principales.
Todo ello, remarca el ministro, en el contexto de la grave crisis que heredó el Gobierno de la gestión de Mauricio Macri, más el agravante del cataclismo que causó la pandemia y ahora el impacto del conflicto bélico en Ucrania. Los precios internacionales de los alimentos nunca habían alcanzado un nivel tan elevado, según la FAO de Naciones Unidas; Europa, Estados Unidos y la enorme mayoría de los países soportan una presión inflacionaria como no ocurría hace décadas. Guzmán considera que la coalición de gobierno debería enfocarse en esas peleas en lugar de agitar las diferencias internas.
Los rumores de cambio de ministro
Este viernes arreciaron los rumores sobre la salida de Guzmán del cargo de ministro, desmentidos en Buenos Aires y desde Brasil, adonde viajó para mantener múltiples reuniones con funcionarios de aquel país y empresarios de las principales compañías. Los temas que concentran la atención del funcionario por estas horas son garantizar el abastecimiento energético y su próximo viaje a Washington, a fin de mes, para participar de la asamblea del FMI. Sobre la inflación, insiste en que es un fenómeno multicausal y que esos factores se van abordando gradualmente, pero que la guerra entre Rusia y Ucrania generó un shock inesperado. Es un nuevo cisne negro con el que hay que lidiar. Las internas de gabinete, reconoce, agravan la situación.
"Guzmán es uno de los pocos escudos que le quedan a Alberto para impedir que termine de desvanecerse su administración", analizan en el gabinete económico. "Mal o bien es el ministro más conocido y el que mejor imagen tiene en el gobierno", agregan. En la danza de nombres y versiones que se multiplicaron a medida que fue pasando la semana, sobre todo después de que Feletti recriminó la falta de conducción de Guzmán para ordenar expectativas y bajar líneas claras sobre la gestión de la economía, uno que se instaló con fuerza fue el de Cecilia Todesca Bocco, como eventual punto de acuerdo entre el presidente y la vicepresidenta. "No hay nada de eso. Es un invento", descartan otros.
Guzmán se encuentra en el ojo de la tormenta en un momento delicado por la aceleración inflacionaria. Su suerte dependerá de cómo logren procesar las diferencias los sectores enfrentados en el Frente de Todos, con la derecha frotándose las manos, esperando su momento para volver.