Con el acento musical puesto en el barrio Abasto, con escenarios repartidos en bares y espacios públicos, Hagamos Barrio suscitó una experiencia novedosa a través de shows diversos y gratuitos, en la vereda y para todo público. Hoy inicia la última etapa de su primer ciclo: “Festipunk en Plaza Libertad” reunirá a partir de las 17 a La hija del Apocalipsis, Los Hermanos Karamazov y Eugenia Rov. El domingo próximo, Plaza Libertad hará lo propio, en el mismo horario, con Charly Egg, Pastachuli y Movimiento Kiki.
“Superó nuestras expectativas, porque no teníamos la certeza de si iba a ocurrir lo que buscábamos. Cada encuentro es hermoso, va un montón de gente que se reúne en la vereda para encontrarse y escuchar buena música. Hay diversidad de géneros musicales y de edades, cada público fue cambiando, y aun cuando hay muchos que asisten todos los domingos, siempre se incorpora gente nueva. Eso para nosotros también es una buena sorpresa” explica Romina Gianfelici a Rosario/12.
Psicóloga y coordinadora del área talleres de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, Gianfelici organizó el proyecto Hagamos Barrio junto con el vocalista, guitarrista y compositor, Frankie Walker. La apuesta propició una experiencia inédita, que validaron financieramente los programas Gestionar Futuro, del Ministerio de Cultura de la Nación, y el Plan Fomento, del Ministerio de Cultura de Santa Fe. Hagamos Barrio activó a sus vecinos y vecinas de manera mancomunada con los lugares frecuentes, como los bares, pero a través de la música y en un día habitualmente atípico a este tipo de propuestas, como lo es el domingo. Según la organizadora, “la mitad de los bares que elegimos y coordinamos nunca tendrían actividades así, un día domingo y por la tardecita. Para ellos significó incorporar una actividad más, y todos los dueños o encargados se quedaron muy contentos y agradecidos. Con todos quedó abierta la posibilidad de reiterar la convocatoria en sus espacios. Esa es una buena prueba de que todo funcionó de la mejor manera. De hecho, si bien estas dos últimas fechas terminan este ciclo, la idea de continuarlo está, lo estamos gestionando. Es costoso, porque uno no tiene los recursos disponibles, pero también es cierto que es mucho menos costoso de lo que podría imaginarse”.
En este sentido, Gianfelici y Walker tuvieron el cuidado de prestigiar lo que nunca debiera postergarse o relegarse; a saber: “apostamos a que quienes tocaran tuvieran una retribución, que no es la habitual, no es mucho, pero es bastante más que lo que paga la mayoría de los bares que convocan músicas y músicos. De hecho, muchísimos bares ni siquiera pagan. Para nosotros, esto fue una posición, una forma de elegir y de hacer las cosas, porque de verdad que los artistas en general, no solo músicos, tienen esta informalidad enraizada como la forma de trabajar, y eso es algo que hace muy difícil poder vivir profesionalmente de lo que se hace, sea música, literatura o artes plásticas. En la medida de lo posible, quisimos aportar a la mejora de esta situación”.
La dinámica que los bares de barrio Abasto tuvieron durante los últimos fines de semana, accionó en la delineación de “nuevos circuitos para los consumos culturales, de lo contrario siempre vamos a los mismos lugares, algo que está bien y me parece fantástico, pero me parece que hoy, entre los problemas que tenemos con el transporte público, con lo caro que se ha puesto comprar una entrada o básicamente ir a un bar a consumir, ésta era también una apuesta por democratizar y hacer más accesible el consumo cultural de música de buena calidad, pero presentándolo de una forma alternativa a la tradicional”.
En otro orden, Gianfelici comenta sobre “la escasez de lugares donde tocar, cuando Rosario tiene una cantidad enorme de músicas y músicos de calidad. Córdoba lo tiene mucho más claro, o le sale mejor. Y por otra parte está la discusión de compararse con Buenos Aires, y esa idea que dice que sólo triunfa un ciclo que convoque 500 personas. Pero en verdad hay otros criterios. La pandemia hizo que los encuentros se volvieran diferentes, así que poder reunirse en espacios públicos es algo que nos fortalece”.
-Y con una fecha dedicada al punk.
-Rosario tiene una muy rica tradición, muy vivaz, de músicas y músicos de punk, que casi siempre tocan en espacios marginales. Ésta era la oportunidad de darles un espacio diferente. A la vez, los criterios por los cuales seleccionamos a las músicas y los músicos tuvieron que ver con que tuvieran repertorio propio, que fueran de diversas estéticas musicales y de calidad, y que la mitad fuesen chicas. No era imprescindible que nos gustaran a nosotros, en particular, pero sí que fuera música de calidad. Y estamos muy contentos con todas las músicas y los músicos que han aceptado la invitación. La música es la excusa para reunirnos, para pasar un buen momento, y para tener una experiencia compartida.