Vélez y Boca protagonizaron un duelo cambiante y con emociones, al que sólo le faltaron los goles. Los dos tuvieron buenas chances, pero las intervenciones de los arqueros Hoyos, sobre todo, y Rossi provocaron que el marcador quedara en blanco en Liniers.

Los primeros minutos mostraron a un Vélez muy intenso, que con la presión alta de sus volantes arrinconó a Boca contra su área. Con ese asedio tuvo un par de ocasiones con remates de Perrone y Garayalde, aunque ambos volantes les faltó precisión en los tiros.

De a poco, el equipo visitante comenzó a hacer pie en el terreno y el desarrollo se emparejó, con mucha fricción y protestas por ambos lados. Algunas apariciones de Villa, ya sea para rematar al arco como para generar infracciones, le permitieron a Boca acercarse con algo de peligro. Sin embargo, la chance más clara del primer tiempo le perteneció a Vélez, con un cabezazo de Sosa Sánchez apenas desviado tras un desborde de Ortega.

Muy distinto fue el segundo tiempo, con un Boca mucho más conectado a partir del ingreso de Oscar Romero y mayor protagonismo de Villa. Con la velocidad del colombiano, el conjunto de Battaglia provocó las mejores ocasiones, con tres chances clarísimas que convirtieron al arquero Lucas Hoyos en figura, tapándole un mano a mano al propio Villa, otro a Ramírez y un tercero a Advíncula. Y en la única que falló por arriba, Vázquez cabeceó afuera.

Dominado en la segunda parte, Vélez también tuvo sus oportunidades, primero con un cabezazo de Garayalde que tapó bien Rossi y otro de Perrone, que también salvó el arquero, aunque también provocó una gran polémica por una mano previa de Varela que el VAR no le advirtió a Loustau.

Así se fue una noche intensa, a la que sólo le faltó el gol, ya que las restantes emociones estuvieron hasta el último segundo.