Un grupo de referentes de la Red Federal de Cooperativas Textiles de Buenos aires, viajó a Salta para realizar un plenario provincial con las 10 cooperativas que integran esa red a nivel provincial, conocer sus necesidades, avances y limitaciones, con la intención de generar una agenda en común y elevar pedidos de fomento a sus emprendimientos tanto en Nación como a nivel local.
Esa Federación nació en 2012 “de la necesidad de fortalecer al sector textil cooperativo”, contaron los tres integrantes que viajaron a Salta, Delfina Betancour, Melen Vergniaud, y Walter Valda, los tres además miembros de cooperativas textiles de la provincia de Buenos Aires.
La Red está integrada por más de 60 cooperativas textiles de Buenos Aires, La Rioja y Salta, y desde allí se tienden redes con otros sectores de la industria para desarrollar su propio encadenamiento productivo “desde hace una década”, destacaron. La integran cooperativas especializadas en la confección de indumentaria pesada, de punto y plano, además de hilado, marroquinería, estampado y calzado.
El miércoles pasado realizaron un plenario en La Caldera con las 10 cooperativas asociadas de Salta “y participaron todas, a pesar de las distancias”, destacó Melén Vergniaud. Allí estuvieron representantes de la Textil Guachipas; El Círculo, de Salta capital; Marroquineria Ríos de lluvia, de Vaqueros; la cooperativa de San Antonio de los Cobres; Textil San Lorenzo; Diseños de mi pueblo (Vaqueros); Textil Metán y Cooperativa La Tusca (La Caldera).
Desde el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), su delegado local, Tane da Souza, contó que en todo el territorio de Salta hay unas 50 cooperativas textiles y son el segundo rubro, detrás de las de construcción, con más asociados inscriptos.
“Pandemia mediante, veíamos que nos faltaba volver a recorrer el territorio para reencontrarnos con los compañeros y reconstruir ese territorio regionalmente con las necesidades de cada uno”, explicó Melén, quien añadió que lo que se hizo en el plenario fue “planear una agenda de la mesa regional de Salta que, como cooperativistas textiles, necesitamos abordar para seguir trabajando”.
A su vez, Walter detalló que compartieron experiencias a nivel nacional “del encadenamiento productivo”, y sumó que la idea es potenciar “mediante todo el equipo técnico de la Federación el entramado productivo y comercial”. Pero además, recoger información territorial “para poder abordar temáticas puntuales y reunir la que nos encuentran a todos en las mismas necesidades”.
Entre los puntos destacados, describieron que la mayoría de las cooperativas aún está muy asociada a sus inicios y su lazo con los municipios locales, “y que todavía no han logrado su independencia”, algo que representa una problemática a nivel local “para que no les retengan ni su maquinaria, ni los lugares de trabajo, ni las matrículas de acuerdo a la conveniencia política”.
Pero también sobresale el nivel de precarización laboral aún reinante en un rubro en el que el 90% de sus trabajadoras son mujeres. La mayoría aún no alcanzó a completar “sus derechos como trabajadores y trabajadoras para acceder al monotributo, obra social y aportes, que son problemáticas muy del sector textil que necesitamos poner en agenda”, manifestó Vergniaud. Por último, “armar bien el encadenamiento productivo que la Red Textil arma, como lo hizo, por ejemplo, con los kits sanitarios que se produjeron en más de 20 cooperativas incluyendo algunas de las de Salta”, detalló.
“Tenemos la logística para producirlo y la idea es trasladarlo para que las cooperativas puedan abordar trabajos a mayor escala y de mayor envergadura, que puedan concursar, licitar haciéndolo en concurso y no de manera particular”, agregó la referenta.
Para conseguir todo eso consideraron fundamental la presencia del Estado en todos sus niveles, “desde el macrismo en adelante fue una época muy compleja para nosotros y desde la pospandemia aún no sentimos que estemos en agenda con nuestros reclamos y necesidades”. “Si queremos desarrollar la industria nacional, como se pregona y aportar al consumo interno, las cooperativas tenemos un rol muy importante”, sentenció al tiempo que enumeró varias herramientas posibles, como las compras directas o programas para solventar la compra de insumos, entre otras.
Particularmente con respecto a Salta, manifestaron que la provincia “tiene un vacío a nivel estructural en lo que tiene que ver con las gestiones y la ayuda hacia las cooperativas, tanto en lo cotidiano como en la ayuda para su concreción”.
“La correlación de fuerzas es fundamental, para que no las aborden de a una, para defendernos entre todas, y por eso son importantes esto encuentros. Necesitamos estar cerca hoy y siempre”, indicó Walter para concluir.
Actualmente, la Red está confeccionando juguetes y productos de Paka Paka y Mundo Zamba, y cuenta con un Polo Cooperativo en La Plata donde trabajan varias cooperativas y se montó un mercado cooperativo “Minka”, que se encuentra en las redes sociales como @minkamercadocoop. A su vez son parte de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT).
La experiencia de Rosario de La Frontera
En Rosario de La Frontera, el municipio está apoyando una Cooperativa Textil local integrada por seis mujeres que tenía varios problemas edilicios y administrativos para poder continuar. “No solo fue cascoteada por la pandemia, sino que ya venía con inconvenientes que le impedían subsistir”, contó el subsecretario de Industria y Servicios Públicos de esa ciudad, Fabricio Cuadrado.
Para garantizar la comercialización se está gestionando y acordando con todas las empresas locales y municipios aledaños, “y todas las que se vayan a establecer en el Parque Industrial”, para que sea la Cooperativa Textil la que confeccione sus indumentarias de trabajo, “elaboramos la oferta de la cooperativa y le garantizamos la demanda”.
Como contraprestación para poder levantar ediliciamente el lugar donde trabajan, adquirir nueva maquinaria, el pago de los servicios, y regularizar su situación incluyendo la cooperativa y sus integrantes dentro del monotributo social “para que puedan facturar como corresponde”, la municipalidad prevé que en las mismas instalaciones y con la colaboración de quienes ya conocen del oficio, puedan “participar a la Escuela de manualidades y otras instituciones, otorgando turnos en los horarios no comerciales”.
Con ese proyecto, estiman sumar a unas 50 personas más en el oficio “para de a poco ir creciendo en capacidad, poder abastecer todo el mercado local y generar nuevos empleos”. Cuadrado sostuvo que en no más de 15 días la Cooperativa estaría en condiciones de reabrir sus puertas.