Francia vivirá de nuevo un balotaje entre el actual presidente Emmanuel Macron y la  ultraderechista Marine Le Pen, los candidatos más votados este domingo en la primera vuelta de la elección presidencial. Según las proyecciones de Ipsos, Macron saca una ventaja mayor a la esperada en las últimas encuestas: el mandatario recoge alrededor del 28 por ciento del sufragio, mientras que Le Pen se ubica en torno al 23 por ciento, apenas 0,8 por ciento por encima de Jean-Luc Mélenchon.

Pese al contexto de la votación, celebrada tras una atípica campaña marcada por la invasión rusa de Ucrania, el candidato a la reelección mejora los resultados logrados hace cinco años, cuando en la primera vuelta consiguió el 24,01 de los sufragios, pero también Le Pen lograría mejores resultados que en 2017, cuando tuvo el 21,30 por ciento.

En tanto, el candidato de izquierda Jean-Luc Mélenchon (con un 22,2 por ciento de votos, según publica Ipsos en su última actualización ) se queda a las puertas de la segunda vuelta que tendrá lugar el 24 de abril. "¡No hay que dar ni un solo voto a Le Pen!", luego de que se conozcan los primeros resultados, sin llamar explícitamente a votar por el actual presidente.

El también ultraderechista Éric Zemmour sería cuarto de esta primera vuelta con un 7 por ciento de los votos y no dudó en apoyar a Le Pen para la segunda vuelta. Mientras que la candidata de la derecha moderada, Valérie Pécresse, firmó el peor resultado de la historia de su partido, con un resultado que ronda el 5 por ciento. Algo similar ocurre al ecologista Yannick Jadot.

Por su parte, el ruralista Jean Lassalle alcanza el 3 por ceinto de los sufragios, al igual que el comunista Fabien Roussel, mientras que la socialista Anne Hidalgo, alcaldesa de París, no llegaría al 2 por ciento, según las proyecciones, al igual que el soberanista Nicolas Dupont-Aignan.

Finalmente, los dos candidatos trostkistas, Philippe Poutou y Nathalie Arthaud, se quedarían por debajo del 1 por ciento. 

Baja participación

La participación en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia significó una de las más bajas de su historia, al promediar una abstinencia del 26 por ciento del padrón, según estimaron las autoridades oficiales al inicio del escrutinio.

Según informó Le Monde, apenas en la elección de primera vuelta de 2002 hubo menos participación que este domingo. En aquel entonces, Jacques Chirac obtenía el 19,88 por ciento de los sufragios, mientras que Jean Marie Le Pen -padre de la actual candidata - alcanzaba el ballotage con el 16,88 por ciento.

Balotaje

A poco de conocerse los primeros resultados, la candidata ultraderechista se autoproclamó anticipadamente su pase a la segunda vuelta y agradeció a los votantes por la confianza.

“Gracias a los millones de votantes que depositan su confianza en mí. Domingo 24 de abril, unámonos para buscar la victoria”, escribió Le Pen en su cuenta de Twitter. 

Las estrategias de Le Pen y Macron

El objetivo de Le Pen estas dos semanas será intentar captar el voto del malestar y el descontento con un presidente que una parte de la población ve como un hombre elitista y arrogante que les desprecia

Entre sus propuestas de campaña promete una reformulación profunda de la relación de Francia con la UE, una alianza con Rusia y un cambio constitucional que le daría manos libre para aplicar políticas más duras contra los inmigrantes y restaría derechos a los extranjeros que viven en Francia.

Su campaña se ha centrado no en cuestiones tradicionales de la extrema derecha como la identidad, la inmigración o la inseguridad, sino en la subida de precios y en las medidas para aumentar los salarios y llegar a fin de mes.

Para Macron, en tanto, la estrategia pareciera apuntar a convencer a los votantes, apáticos y sin la energía de 2017, de que él tiene una visión para Francia y de que su propuesta no es más de lo mismo tras cinco años marcados por las revueltas sociales y la pandemia.

Insistirá en que, en un contexto de guerra en Europa, pueden fiarse de él para gestionar las crisis de los próximos años. E intentará retratar a Le Pen como una candidata inexperta en la gestión, amiga de la Rusia de Vladímir Putin en la política internacional y ultraderechista en la ideología. Su acceso al poder, argumentarán los macronistas, representaría un peligro para Francia y Europa.