El ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, confirmó que este lunes será parte de la reunión con la Unidad Piquetera, la segunda desde el acampe frente a su despacho. Fuentes de su cartera aseguraron que el acuerdo “está cerca” y detallaron que propusieron a las organizaciones sociales de la izquierda darles maquinarias e insumos para abrir tres mil unidades productivas dedicadas a la alimentación: en concreto, para crear pequeñas huertas, panaderías y rotiserías. La oferta no incluye otorgarles nuevos planes Potenciar. Como primera respuesta, las organizaciones dejaron en suspenso el anuncio de una marcha que tenían votada para este miércoles. Hablan de “ver para creer” y mencionan, además, otros puntos pendientes de acuerdo, como el pedido de que aquellos que se van del programa Potenciar puedan ser reemplazados y que se mejore la cantidad y calidad de los alimentos destinados a los comedores populares.
El encuentro está planteado así con posibilidades de avanzar, aunque cruzado por el fuego mediático, desde que el acampe fue aprovechado por figuras políticas de la derecha --Javier Milei, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, funcionarios del propio Frente de Todos, como Sergio Berni-- para echarle fuego al discurso que estigmatiza la protesta social; un peligroso paso que en el país ha habilitado, históricamente, que los reclamos sean respondidos con represión.
El menú de esas propuestas incluyó quitarle el plan a quien corte la calle (Larreta) e incluso identificar a los manifestantes utilizando las cámaras de seguridad de la Ciudad (Marcelo D’Alessandro, su ministro de Seguridad), como si no tener empleo y reclamarlo fuera un delito. Y hubo hechos, además de discursos: en el Conurbano la policía, rápida para interpretar mensajes, se puso dura con las familias de cartoneros que salen con sus carros los fines de semana para hacerse un peso más, o juntan ropa casa por casa para vender en la feria. A algunos los detuvieron o demoraron. A muchos otros, personal de seguridad no los dejó subir con sus carros al tren.
Expectativas
La reunión en el Ministerio comenzará a las tres de la tarde. Por el lado del gobierno estarán los mismos cuatro funcionarios que participaron de la primera conversación el jueves pasado: Zabaleta, el secretario de Economía Social Emilio Pérsico, Gustavo Aguilera, que es secretario de Articulación de Política Social, y el subsecretario de Promoción de la Economía Social Pablo País.
"Tuvimos una primera reunión positiva", aseguró a Página/12 Silvia Saravia, de Barrios de Pie. "Me sorprendió porque el ministro, después de haber tenido un discurso público en tono tan alto (Zabaleta equiparó al acampe con una "extorsión") vino al encuentro, trajo funcionarios con los que resolver concretamente las demandas, armó una mesa de trabajo. Lo ví arremangarse". La consultada puso la pelota del lado de Desarrollo Social: "Que hoy haya acuerdo o no va a depender de ellos; de cómo hayan avanzando algunas cosas", consideró.
¿Qué cosas? "Empezaron a llegar alimentos a los barrios pero son un desastre. El lunes quedaron en traer una respuesta de qué van a hacer con eso, el pedido concreto es que mejoren la calidad de lo que mandan". Otro tema todavía en discusión es el de los planes Potenciar. El ministerio ratificó que no va a crear nuevos planes, pero las organizaciones quieren que cuando haya bajas, ya sea porque alguna persona consiguió trabajo o no quiere seguir en un emprendimiento, pueda ser reemplazada.
Sobre las maquinarias para crear unidades productivas no hay mucho debate, claramente están todos de acuerdo. El esquema de las unidades productivas propuestas por Desarrollo Social es que pueden trabajar entre 4 y 10 personas en cada una. Otro aspecto del mismo proyecto es que estén volcadas a actividades de la alimentación: huertas, panaderías y rotiserías.
Con todo, una de las dificultades a la hora de implementar estos emprendimientos es que sus trabajadores necesitan tener algún ingreso durante el tiempo que transcurre desde que el grupo de trabajo se arma hasta que se concretan sus primeras ventas. En este sentido, contar con un Potenciar siempre resultó un sostén. Otro aspecto que genera dudas en las organizaciones son los tiempos administrativos hasta que se concreta el envío de las máquinas o herramientas.
En el plano alimentario, el gobierno acaba de aumentar en un 50% el monto transferido a las tarjetas Alimentar, que pasó a destinar $9.000 a las familias con un hijo, $13.500 para las de dos hijos y $18.000 para las de tres o más menores de 14 años. Su monto no había sido actualizado durante 9 meses, lo que las organizaciones piqueteras entendían como una señal de ajuste, revisada ante la frágil situación social debido al aumento en el precio de los alimentos.