El crecimiento económico de Argentina en 2021 fue del 10,3 por ciento. Para 2022 se estima un crecimiento del 3, mientras que el acuerdo con el FMI proyecta que para 2023 al 2025 el ritmo del crecimiento será inferior. El nivel de la actividad depende fundamentalmente de cuatro elementos: del consumo de las personas, la inversión de las empresas, el gasto público del Estado y de las exportaciones.
La economía nacional se comporta hacia el crecimiento cuando el consumo es potente. Y este crecimiento también provoca un aumento significativo de las importaciones de bienes y servicios que implican importantes sumas de divisas y fundamentalmente de dólares para comprar insumos y maquinas al resto del mundo, dado que no son creadas en nuestra economía y resultan necesarias para producir.
Es decir, el consumo es muy importante para el crecimiento económico y también demanda importantes cantidades de dólares por la necesidad de importar insumos, materias primas, bienes y servicios que no producimos.
El leve crecimiento previsible después de 2022 estaría sustentando no por el consumo, la inversión ni el gasto público -que se encarga de satisfacer necesidades colectivas no provistas por el mercado-, sino por un aumento de las exportaciones generadoras de divisas, pero ya comprometidas para pagar al FMI y a otros acreedores privados fundamentalmente extranjeros.
Estos pagos al Fondo reducen la disponibilidad de los dólares necesarios a nuestra economía interna para adquirir insumos y bienes imprescindibles tanto para el consumo como para el desarrollo y la inversión.
Posterior a los 24 meses iníciales del acuerdo con el Fondo, se prevé un mayor nivel en los montos de pagos de capital e intereses. Esta situación generará mayor tensión a nuestra economía interna y aún más dificultades para su crecimiento y para la satisfacción de las necesidades de las argentinas y argentinos, fundamentalmente de los sectores más necesitados pero también de los que en la actualidad todavía no viven al límite.
La coyuntura del conflicto en Europa puede desfavorecer aún más los pronósticos del crecimiento económico afectando al consumo, la inversión y el gasto público. Una disminución de estas variables haría que los dólares generados por las exportaciones quedaran en mayor disponibilidad para ser destinados a cumplir los compromisos del pago de la deuda.
Entonces, menor gasto público y consumo permitirían estar en mejores condiciones de pagar nuestras deudas con el referido organismo internacional. Estas son algunas de las condiciones del acuerdo. Vale recordar que la deuda se destinó fundamentalmente a la fuga de capitales y no a la creación e inversiones en infraestructura productiva y social que acompañara el desarrollo nacional e impulsara una mayor capacidad económica que permitiera pagar en mejores términos y con menos restricciones el crecimiento de nuestra economía, del consumo, la inversión y el gasto público.
El Congreso ha aprobado el acuerdo con el FMI para que Argentina honre sus deudas. El efecto que genera el endeudamiento y su pago ya es perceptible y creciente en los años venideros. Deberíamos como sociedad darnos la discusión de cómo distribuir equitativamente los efectos y la carga por el pago de la deuda.
* Docente en UBA y en UNQ en Economía y en Impuestos.