Vecinos y vecinas del barrio Ciudad del Milagro encabezaron ayer una manifestación en el norte de la capital salteña en la que denunciaron que hace meses sufren la falta de agua potable, dado que solo cuentan con el servicio de provisión solo 6 horas al día, encima la situación se agravó el fin de semana último, cuando la provisión se redujo a menos horas. En tanto, la empresa prestataria del servicio, Aguas del Norte, informó que ya está preadjudicada la obra de renovación de cañerías que solucionaría el problema de la baja presión en la zona.
Los inconvenientes en la provisión del agua potable son de larga data en Ciudad del Milagro, uno de los primeros barrios que se desarrolló en la Capital, por lo cual su sistema de cañerías es uno de los más viejos de la provincia. A ello se suma que en las últimas dos décadas hubo un crecimiento de barrios periféricos en la zona, llevando a que la red se expanda, pero sin una inversión en infraestructura.
"Acá siempre se cortó el agua y puedo decir que nunca hubo un servicio de agua con corriente contínua", denunció Dolores Uriburu, una de las presentes en el reclamo que se realizó alrededor del tanque que tiene la empresa en la zona. La vecina aseguró que el crecimiento demográfico no fue acompañado con una fuerte inversión en obras, y encima la situación "se agudizó" cuando se inauguró el Parque del Bicentenario, en marzo de 2015, en especial, cuando las fuentes de agua que están adentro y fuera del nuevo espacio deben llenarse.
Ese parque se ubica en plena zona norte y tiene en su cercanía dos grandes instalaciones: la Ciudad Judicial y la Universidad Nacional de Salta.
Uriburu afirmó que "nunca tuvieron agua corriente" de manera continua, pues desde hace años a las familias ya se les habían impuesto horarios de abastecimiento, de 6 a 12 y 18 a 24. Pero en los últimas semanas las familias no llegan a tener 6 horas diarias de servicio. "Te dan un poco a la mañana, después por la tarde, si es que no te cortan antes", describió la vecina, quien contó que la situación se agravó durante el fin de semana cuando mermó la presión y en algunos hogares, hasta se cortó el agua.
Eso provocó que fuera imposible que se llenaran los tanques, o usar determinados electrodomésticos, como el lavarropas. "Este problema es de hace mucho tiempo y la gente se empezó a movilizar porque en realidad la situación se está agravando", indicó Uriburu, señalando que "es menos el tiempo que se tiene y se corta de golpe", cuestionó la mujer.
Por su parte, Marcela Gutiérrez, otra de las participantes de la manifestación en la plaza del barrio, relató que a su casa el agua llega con baja presión y turbia. Su familia llegó a Ciudad del Milagro alrededor de 1976, y dijo que desde entonces es notoria la falta de inversión en obras. "Han ido creciendo los barrios de alrededor, pero no se ha invertido", indicó.
Manifestó que el descontento no sólo es propio de Ciudad del Milagro, sino que también involucra a vecinos de los barrios Los Álamos y Lamadrid, y otros. En ese sentido, relató que una de las excusas que se les da desde la empresa es que pronto estará en funcionamiento el Acueducto desde el Dique Campo Alegre, a unos 25 kilómetros del norte capitalino.
Mientras que desde Aguas del Norte se dijo a Salta/12 que ya está preadjudicada la obra de renovación de cañerías de polietileno de alta densidad (PEAD), que vendría a solucionar el problema que afecta a esa zona. Esa obra cuenta con un presupuesto de $6.825.013,23, y será ejecutada desde la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Infraestructura de la provincia.
En relación al reclamo de los vecinos, la proveedora informó que se contactactaron con ellos, "pero rechazaron la posibilidad de que los visiten técnicos de la empresa para explicar los alcances de las obras en esa zona".
Si bien la situación se agravó en las últimas semanas, ya hace años la familia de Uriburu tuvo que comprar un tanque y una bomba de agua. "Aún así, hoy no tenemos agua porque no hay presión que alimente la bomba correctamente, asumiendo el riesgo de que la bomba se queme", expresó la vecina, cuestionando que la inversión que realizaron salió de su propio dinero porque "es insostenible vivir con el rango de horarios".
Otra de las razones porque la que tuvieron que asumir un inversión propia fue porque "el agua que nos llega no es para consumo humano", indicó, subrayando (al igual que Gutiérrez) que la red trae agua turbia y con sedimentos porque no hay flujo permanente. Con ello, tuvieron que asumir un segundo gasto, que es la compra de bidones de agua para el consumo.
Sólo semanalmente gastan $1200 en bidones, con un gasto de $4800 mensual. La cifra es alarmante si se tiene en cuenta que la boleta de Aguas del Norte fue de $1700 el último mes. "Pago por un servicio que no tengo", denunció Uriburu, quien cuenta con tres integrantes más en su familia.
Si bien se trató de una primera movilización de parte de los vecinos y vecinas, varios ya han llevado adelante reclamos formales e individuales ante la empresa, pero sin obtener respuestas. Por lo que ya empezaron a pensar en futuras movilizaciones y presentaciones colectivas.
Uriburu incluso deslizó que si "no nos dan el servicio, voy directamente por la desobeciencia fiscal", es decir, no pagar el servicio parcial que se brinda. "Estamos pagando por algo que no recibimos y si no van a hacer nada, no pagamos", sostuvo.