Un tiroteo en la hora pico en un vagón del subte de Brooklyn, en Nueva York, dejó al menos 16 personas heridas y desencadenó escenas de caos cuando pasajeros en pánico huyeron del tren lleno de humo hacia el andén. La jefa de la policía neoyorquina, Keechant Sewell, dijo que el tiroteo no se estaba investigando como terrorismo y señaló que "aunque ha sido un incidente violento, aparentemente nadie tiene heridas mortales como consecuencia de este caso". El presidente estadounidense Joe Biden dijo que su administración "no va a aflojar hasta que se encuentre al sospechoso" del tiroteo en el metro de Brooklyn, que permanece prófugo. El arma empuñada por el agresor se atascó en medio del ataque, lo que le impidió causar más daño, dijeron fuentes policiales al diario New York Post.
De los diez heridos de bala la mitad está en estado crítico pero estable, señaló una fuente sanitaria. Las autoridades buscaban al sospechoso, un hombre con un chaleco de construcción naranja y una máscara de gas que lanzó un artefacto para llenar de humo el vagón de tren antes de iniciar los disparos contra los viajeros en su interior, a su paso por Brooklyn.
Las autoridades pidieron la cooperación ciudadana para tratar de localizar al atacante y la policía está buscando una furgoneta de alquiler de la empresa U-Haul que podría estar vinculada al caso, según varios medios. Aparentemente, una o más cámaras de seguridad instaladas en la estación del metro fallaron y no capturaron imágenes del sospechoso, algo que se está investigando, lo que obligó a recurrir a grabaciones registradas por pasajeros del tren con sus teléfonos móviles.
Sensación de pánico
Las declaraciones de los testigos a los medios locales y las grabaciones compartidas en las redes sociales dibujan una escena caótica, con los pasajeros asustados y los heridos sangrando, desperdigados por el vagón y por el suelo del andén mientras son atendidos. Un testigo que estaba presente en el tiroteo, identificado como Yav Montano, relató a CNN cómo los pasajeros empezaron a tropezarse unos con otros, cuando "el humo lo engulló todo", y la sensación de pánico vivida antes de que se abrieran las puertas del vagón.
Las autoridades suspendieron rápidamente varias líneas del metro mientras inspeccionaban los trenes y estaciones. A la pregunta sobre si el atacante tenía algún tipo de personas como objetivo, la policía local indicó que "las víctimas tienen diversidad étnica" y descartó la hipótesis de un ataque terrorista. Según fuentes diplomáticas, no hay constancia de ningún herido europeo pero todavía no hay confirmación oficial, y se intenta averiguar si hay algún ciudadano mexicano entre los afectados, ya que en Sunset Park hay una gran comunidad de ese país.
La policía recuperó una pistola y varios cargadores de alta capacidad en la estación del metro neoyorquino. El arma, una pistola Glock, estaba aparentemente trabada según dijeron al New York Post fuentes policiales. "Fue una suerte que se encasquillara, porque podríamos estar hablando de mucha más gente en hospitales o algo peor. Decenas de personas más podrían haber sido heridas o tener heridas más graves", señaló una de esas fuentes.
La cadena CNN, citando a dos fuentes policiales, informó que los investigadores recuperaron del lugar de los hechos fuegos artificiales y pólvora, con los que supuestamente el agresor armó una cortina de humo. En los alrededores de la estación afectada por el tiroteo, inicialmente cortados al tráfico y con las escuelas confinadas por precaución, se amontonaron un gran número de ambulancias y unidades de emergencia, incluyendo las brigadas especializadas en bombas.
El presidente Joe Biden mencionó el incidente en la apertura de su discurso en el estado de Iowa y destacó que el Departamento de Justicia y el FBI están trabajando en estrecha colaboración con la policía de Nueva York en el terreno. "Mi esposa Jill y yo estamos orando por los heridos y todos los afectados por este trauma. Y estamos agradecidos por todos los socorristas que entraron en acción, incluidos los civiles, que no dudaron en ayudar a sus compañeros de viaje para tratar de protegerlos", expresó el mandatario estadounidense.
Preocupante aumento de la violencia armada
Mientras llegaba la información a cuentagotas, muchos neoyorquinos recordaron el intento de ataque terrorista en una concurrida estación de Manhattan en 2017, cuyo autor está condenado a cadena perpetua, pero también la reciente ola de tiroteos en la ciudad. Desde que empezó 2022, más de 360 personas han sido víctimas de tiroteos en la Gran Manzana y solo en los dos últimos años este tipo de incidente se ha incrementado un 72 por ciento, de acuerdo con datos oficiales.
El incidente se produjo un día después de que Biden anunciara nuevas medidas para el control de armas, aumentando especialmente las restricciones a las llamadas "armas fantasma", que son difíciles de rastrear ya que hasta se pueden ensamblar en casa.
Las laxas leyes sobre armas y el derecho a portarlas garantizado en la Constitución obstaculizan reiteradamente los intentos de reducir la cantidad de armas en circulación pese a que la mayoría de los estadounidenses dice estar a favor de imponer mayores controles. Las tres cuartas parte de los homicidios en Estados Unidos son cometidos con armas y sigue en alza la cantidad de revólveres y otro tipos de armas a la venta.
En ese sentido la gobernadora del estado, Kathy Hochul, aseguró que los neoyorquinos están "cansados y hartos" de la violencia armada y se comprometió a usar todas las herramientas disponibles para combatirla, en colaboración con el ayuntamiento. El alcalde neoyorquino, Eric Adams, confinado por covid-19, pidió a través de los medios locales en videoconferencia que el público aporte todas las pistas posibles y ayude a capturar al sospechoso, al que acusó de cometer un "acto para aterrorizar al sistema".