La más grande tenista de la era amateur, ganadora de los cuatro grandes torneos antes y después de la era profesional, volvió a la primera plana, pero no por méritos deportivos. La australiana Margaret Court se despachó contra los homosexuales y conmocionó al ambiente del tenis, que salió a criticarla.
La ex tenista, de 74 años, es ahora pastora cristiana en Perth e inició una campaña de boicot a la aerolínea Qantas a raíz del apoyo del director de la compañía al matrimonio gay. Las críticas explotaron en Francia, donde el mundo del tenis se concentra en las alternativas de Roland Garros.
Court fue más allá y aseguró que el movimiento LGBT quiere pervertir a los niños. "Eso es lo que Hitler y el comunismo hicieron, se meten en la mente de los niños. Hay una conspiración en nuestra Nación, y en las naciones del mundo para meterse en la mente de los chicos".
Por radio, Court subió la apuesta: “El tenis está lleno de lesbianas. Incluso cuando yo jugaba ya había un par, pero un par que mandaba y llevaba a las jóvenes a las fiestas y esas cosas”, aseguró, al tiempo que quiso aclarar que no tiene nada contra los gays, sino que quiere “ayudarlos”.
Los tenistas australianos que participan del Abierto de Francia fueron consultados por la prensa, pero la respuesta más contundente llegó de otra gloria del tenis, Martina Navratilova, quien hizo pública su homosexualidad cuando estaba en actividad. . “Quizá sea la hora de cambiar el nombre de la Margaret Court Arena…”, esbozó, respecto del nombre de la cancha principal en que se juega el Abierto de Australia, en Melbourne. Ese estadio se inauguró en 1988 y lleva el nombre de Court desde 2003. “El próximo año tal vez haya que ver quién quiere jugar en esa pista y quién no”, agregó Navratilova en una carta abierta.
Para Navratilova “está claro quién es ella: una fantástica tenista, pero también una racista y una homófoba”. Aseguró que con “su virulencia está tratando de que las personas del LGBT no tengan igualdad de derechos. Intenta demonizar a niños transexuales y adultos transexuales de todo el mundo”. También señaló que “ahora vincula el LGBT a los nazis, los comunistas, el diablo. Esto no está bien. Esto es peligroso. Los niños van a sufrir más ataques debido a la continua estigmatización de la comunidad LGBT. Demasiados morirán por suicidio debido a esa intolerancia y e intimidación. Esto no está bien”.
Dentro del circuito, la voz más firme en contra de Court fue la del número uno del mundo, Andy Murray. “No entiendo cuál es el problema de que dos personas que se quieren puedan casarse, sean hombres o mujeres. No es un asunto en el que deba meterse nadie. En mi opinión, todo el mundo debería tener los mismos derechos”, dijo el escocés.