A seis meses del siniestro vial protagonizado por un móvil policial, en Ameghino y 1º de Mayo, la familia de la víctima fatal y la madre del adolescente que sobrevivió, se constituyeron en querellantes contra el agente Ariel Alonzo. "A mi hijo le cagaron la vida. Mi cuñada era su segunda madre", dijo Mariana, la mamá de Juan Cruz, quien perdió una pierna tras ser atropellado. Con el equipo de abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud y el penalista Fernando Sirio, los familiares de Yanina Ferreyra, de 33 años, y la mamá de Juan Cruz reclamaron que se modifique la acusación contra el policía, de homicidio culposo a homicidio simple. "Este personal actuó aún sabiendo lo que podía pasar y ni siquiera tenía carné habilitante para conducir ese tipo de rodado, con pasajeros a cargo", se quejó el abogado Salvador Vera.

La tarde del 17 de diciembre de 2016, Yanina y su sobrino, de 14 años, tomaban mate en la vereda de su casa, en la zona sur de la ciudad. De un momento a otro, tenían encima una chata de traslados de la policía provincial que circulaba a más de 80 kilómetros por hora, durante una persecución. La mujer recibió un fuerte golpe en la cabeza, y Juan Cruz sufrió una herida atroz. "Salí a la vereda y vi a mi sobrino tirado en el piso sin una pierna; y a mi cuñada tirada en la casa de una vecina, inconsciente", dijo aquel día una mujer que vivía en la misma vivienda.

Según declaró Alonzo, el policía que conducía la camioneta perseguía a dos personas en una moto, por averiguación de antecedentes. "Tendría que haber llamado a un móvil del 911 si vio una actitud sospechosa, no emprender la persecución en ese vehículo", dijo el abogado. En su defensa, Alonzo declaró que tenía asignada una ronda de patrullaje en esa zona. "El Ministerio de Seguridad y el jefe de Policía autorizaron como conductor a un empleado policial que tendría que haber tenido una licencia dos o tres categorías por encima de la que tenía, porque manejaba un bus autorizado para traslado de más de ocho personas", señaló.

Aquella tarde, Yanina y su sobrino fueron trasladados en vehículos particulares al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde la mujer falleció poco después, Juan Cruz sufrió la amputación de una pierna. "Hoy tiene que hacer mucha rehabilitación y ha tenido que faltar mucho a la escuela. Perdió a su segunda madre", dijo la mamá del adolescente a este diario.

Sobre la mecánica del hecho, el abogado relató que la acusación fiscal indica que al llegar el móvil policial al cruce de esa esquina fue rozado por un auto particular y el conductor perdió el control del móvil. "Por la velocidad a la que iba y el hecho de que lo toque un auto hizo que se subiera a la vereda de la casa de Yanina, donde estaba sentada en un banquito de madera, tomando mates con Juan Cruz", relató Vera.

En su momento, el policía que conducía la camioneta estuvo internado en estado reservado, pero quedó demorado. Tras ello, la fiscal Mariana Prunotto le imputó el delito de homicidio culposo. Sin embargo, los ahora querellantes piden que se lo acuse por un delito más gravoso. "Queremos impulsar la figura dolosa: un hecho con dolo eventual (cuando se representa el riesgo y no depone su actitud) u homicidio simple. Cualquier persona sabe cuál es el riesgo de ese accionar", dijo. La diferencia radica en la pena: un delito culposo, con agravante de conducción imprudente, va de 3 a 5 años; pero el hecho doloso va de 8 a 25 años. "Quiero confiar en la Justicia", concluyó Mariana.