El nacimiento de Francisco, el hijo del presidente Alberto Fernández y la primera dama Fabiola Yáñez, avivó un debate que desde hace años aparece como un asunto clave para garantizar la igualdad en las tareas de cuidado: las licencias por paternidad, que en la Argentina son de las más retrasadas de la región, con apenas dos días.
Un proyecto del Ministerio de las Mujeres propone ampliarlas de forma paulatina, mientras que en el Congreso impulsan una iniciativa para que sean de 30 días y sumar un período que pueda ser utilizado por la madre o el padre, según las necesidades de cada familia.
En la Argentina, la ley de Contrato de Trabajo indica que las licencias por paternidad son de apenas dos días corridos. Para las personas embarazadas, es de 90. Sin embargo, existen regímenes especiales por sector. En el Poder Judicial, hace años se elevó de 2 a 15 días la licencia por paternidad. Además, cada provincia tiene regímenes especiales: en noviembre de 2021, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, las amplió de tres a 15 días para estatales.
Ampliación de las licencias por paternidad, un asunto clave
La cuestión fue puesta en agenda semanas atrás, cuando en la apertura de sesiones ordinarias del 1º de marzo, el propio Presidente reconoció que el país tiene una de las licencias más retrasadas de América Latina y confirmó que el Gobierno trabajaba en un proyecto de “licencias parentales igualitarias”, que incluirá a trabajadores monotributistas y autónomos”.
Qué pasa en el mundo con las licencias por paternidad
No se trata de un tema menor, sobre todo si se tiene en cuenta la desigualdad a nivel regional, donde en la mayoría de los casos son muy bajas: en Brasil, Chile y México, las licencias oscilan entre cinco y ocho días. En Colombia, Uruguay, Venezuela, Ecuador y Paraguay, son mayores a ocho.
Pero además, países como Chile, Uruguay y Cuba, entre otros, impulsaron licencias parentales, que pueden ser utilizadas por la madre o el padre, de acuerdo a las necesidades de cada familia.
Si bien naturalmente hay empresas o sectores de la economía que ofrecen licencias extendidas, la mayoría de los países europeos tienen licencias de 10 a 15 días por paternidad, aunque hay excepciones: en países nórdicos como Islandia son 90 días; en Suecia, 70; y en Finlandia, 54.
En Noruega, si bien hay dos semanas, hay múltiples convenios de trabajo que las amplían, en muchos casos, a 14 semanas más. Por su parte, Eslovenia se destaca al otorgar una licencia de 90 días.
España en 2019 amplió las licencias, primero a 8 semanas, luego a 12 y finalmente a 16.
Los Estados Unidos, en cambio, otorgan 84: la misma cantidad que tienen las madres.
Los proyectos para ampliar las licencias por paternidad
El proyecto en el que trabaja el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad prevé una ampliación “paulatina”. “A nivel mundial hay una gran desigualdad entre varones y mujeres sobre el tiempo de cuidado, es importante que las licencias por paternidad sea obligatoria, así existe la misma responsabilidad desde el día uno de crianza”, afirmó Lucía Cirmi, directora Nacional de Políticas de Género, en diálogo con AM750 y Página/12.
El proyecto es elaborado junto al Ministerio de Trabajo y apunta a que se financie desde ANSES, como ocurre con las licencias por maternidad. Según Cirmi, ponerlas en marcha representaría cuatro beneficios: “Mejora la distribución de las tareas de cuidado, reduce la discriminación en el mercado de trabajo, aumenta el vínculo y el cuidado en los varones y mejora la cantidad de personas a cargo de niñes”.
También en el Congreso
En el Congreso impulsan proyectos para ampliar las licencias por paternidad. Uno de ellos fue elaborado por el diputado Itai Hagman, del Frente de Todos, quien en diálogo con AM750 y Página/12 lamentó que “Argentina sea uno de los países más retrasados” de la región. “Son dos días corridos, prácticamente no existe”, señaló.
El proyecto amplía las licencias obligatorias por paternidad a 30 días. Además, suma un mes más de licencia que se podrá administrar por cada pareja y persona gestante o no gestante, de acuerdo con sus necesidades. “Ese sistema mixto es razonable, se necesita que la responsabilidad de los padres se asuma de forma obligatoria para generar mayor equidad”, explicó el diputado.