Los principales organismos de la arquitectura financiera internacional alertaron hace algunos meses sobre el avance y los riesgos de las stablecoin. Es decir, de las criptomonedas que intentan replicar el valor de algún activo del mundo real como el dólar, el oro o el precio de una tonelada de soja.
El Banco de Pagos Internacionales y el Fondo Monetario fueron algunas de las instituciones que pusieron el foco sobre este tipo de activos digitales, con el argumento que tienen potencial de fomentar la evasión, el flujo de dinero opaco y la especulación y de que ponen en desequilibrio a los sistemas de pago locales.
Las alertas generaron algo de ruido en el mundo de las criptomonedas. Por algún momento, algunos inversores dudaron sobre una regulación que podía endurecerse, pero al final del día el lobby de las finanzas pudo más.
La semana pasada se conoció que el gestor de inversiones Blackrock, el más grande del mundo, invertirá en un fondo de 400 millones de dólares para potenciar el desarrollo de Circle, una empresa de tecnología financiera enfocada en el negocio de pagos a través de las stablecoin.
Circle tiene una simbiosis comercial con Coinbase, la primera exchange (casa de cambio de criptomonedas) en recibir permiso para salir a cotizar en la bolsa de Wall Street. Las dos entidades fundaron en 2018 Center Consortium para emitir la USD Coin, una moneda digital atada al precio del dólar.
Esta criptomoneda estable es una de las más operadas a nivel internacional, tiene una capitalización de 50 mil millones de dólares y por día registra operaciones por un volumen cercano a los 4 mil millones. Este último dato la ubica entre el top 6 de las monedas digitales más activas del mercado.
Con los recursos de BlackRock, la moneda estable de Circle busca seguir creciendo en su participación de mercado pero sobre todo pretende dar un salto reputacional. Poder jugar en las grandes ligas de los negocios financieros globales.
El gestor de fondos más grande del mundo le prometió a Circle avanzar en una asociación estratégica. Esto implica pasar a ser uno de los administradores de las reservas de garantía de USDCoin y estudiar los casos de usos posibles para que esta moneda estable se utilice en los servicios financieros tradicionales.
En el caso que esta promesa avance, las criptomonedas darán otro paso para volverse un producto del mainstream y continuar disputando negocios a los actores convencionales del sistema financiero.
Circle promete actualmente revolucionar a través de la tecnología blockchain la manera en que las personas pagan y los comercios cobran a nivel global. El próximo paso, si prosperan sus alianzas, es intentar transformar la forma en que los individuos y empresas realizan sus inversiones.
Durante los últimos años, Larry Fink, el dueño de Blackrock, se había mostrado reacio a desembarcar en el negocio de las criptomoneda. Sin embargo, el primer cambio de visión ocurrió luego del estallido de la guerra en Ucrania, cuando presentó una carta a sus inversores asegurando que las monedas digitales podían tener un rol en la reconstrucción del sistema de pago global.
Ahora parece actuar en consecuencia poniendo sus primeras fichas para impulsar los proyectos de Circle y promocionar su stablecoin. Por supuesto que no lo hace él solo: comprometió a gigantes de la industria como Fidelity, Marshall Wace y Fin Capital para que lo acompañen en la ronda de financiamiento.