Si bien para el Gobierno estaba descontado que el número de inflación de marzo sería muy alto, por primera vez desde que Alberto Fernández es presidente, se empezó a hablar de ir más a fondo para resolver el tema de los precios, algo que en el Ejecutivo consideran "más que urgente". Según aseguran en los pasillos de los ministerios técnicos, es probable que el nuevo índice acelere medidas más fuertes y ponga el centro en cuestiones del combate a la concentración y el proyecto que prometió el ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre ganancias extraordinarias. Todo en un escenario en el que el Gobierno observa que abril dará una inflación más baja, pero que todo el año se ubicará en torno al 4 por ciento mensual o un poco por debajo.
En paralelo, como la suba de Alimentos fue elevada pero no mayor a los números de febrero, se generó mucho malestar con otro de los rubros con fuertes subas. "Con los textiles hay que hacer algo ya", se sinceró una fuente del Gobierno ante este diario. Es que los productos y prendas de vestir y calzado aumentaron casi un 11 por ciento, más de tres puntos por encima de los alimentos básicos.
"Estamos trabajando, primero, en evitar el impacto pleno de los precios que están agravados por el tema bélico, y por otro lado no descartamos que haya medidas más duras", contó una fuente oficial severamente golpeada por el impacto del dato de marzo. Es que, en la interna oficial, aquellos que sostienen que hay que ir más fuerte en medidas empiezan a tener un punto con los datos de marzo.
"Las paritarias te cubren una parte, y seguramente le ganen a la inflación, pero el resto se sigue quedando afuera de las mejoras en el bolsillo, se precisa una corrección mayor", destacó otro funcionario técnico. La sensación es que el esquema de bonos e incluso un IFE ampliado no serviría si no se corrige ya no sólo el escenario macro, que está en proceso de mejora clara, sino algo más.
Las medidas que vienen
Allí toma fuerza el proyecto de ley que Guzmán mencionó en una reciente entrevista televisiva. La iniciativa, en la que ya trabajan equipos técnicos y la gente de política tributaria, busca poner coto a ganancia extraordinarias, sobre todo de sectores alimenticios, mientras esos mismos sectores disparan fuertes subas en los precios.
En la Casa Rosada especulan con que eso también podría contribuir a destrabar la interna oficial vía un alineamiento de políticas, más que de personas. Ese mismo tono aplicó la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en su discurso en Eurolat, cuando refirió a que el Estado ayudó a las empresas con fondos, créditos y hasta pagando salarios privados, y cuando se los necesitó, no estuvieron. "Los plazos son muy cortos para resolver esto, estamos en una situación límite", describen.
Cada vez más, en las filas oficiales, se refiere a la importancia de frenar la concentración en diferentes sectores. Y eso será parte de esta ley que Guzmán soltó como un globo de ensayo pero que ya empieza a carretear con bastante certeza. En paralelo, el Gobierno seguirá en el escenario micro reforzando y fiscalizando las canastas de precios fijos. Un dato fuerte: en marzo, los alimentos subieron menos que en febrero, cuando supuestamente este mes la guerra en Ucrania debía pegar más. Y no sólo eso, en el caso de los textiles, la suba fue mucho mayor en marzo. "Con ese sector también tenemos que repensar cosas, los sacamos del pozo en el que los puso el macrismo y seguimos en una disparada de precios anti natural".