Los mandatarios de los tres países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia) y Polonia visitaron Ucrania en una muestra de apoyo al asediado país. También en Ucrania el fiscal de la Corte Penal Internacional abrió una investigación por la masacre de Bucha. Mientras el gobierno ucraniano buscar bajar los niveles radioactividad de Chernobyl el presidente de ese país, Volodimir Zelenski, recibió una nueva promesa de ayuda militar por parte del mandatario estadounidense Joe Biden.
El pedido de Zelenski
Un después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, prometiera continuar con su ofensiva hasta su "completa finalización", los cuatro mandatarios que integran la OTAN y comparten el temor de enfrentar un eventual ataque ruso si Ucrania cae, viajaron en tren a Kiev para reunirse con el líder ucraniano Volodimir Zelenski. Más temprano, Zelenski, pidió a Estonia que promueva la introducción de sanciones más estrictas contra Rusia a nivel de la Unión Europea (UE), que incluyan un bloqueo total a los bancos rusos y un embargo a las importaciones de energía rusa. En una intervención virtual en el Parlamento estonio, Zelenski defendió la introducción de sanciones como "la única herramienta que puede obligar a Rusia a firmar la paz" en el país europeo. Según datos que proporcionó, recogidos por la agencia de noticias ucraniana Ukrinform, más de medio millón de ucranianos fueron reubicados a la fuerza en Rusia.
Después de reunirse con los cuatro presidentes que lo visitaron Zelenski recibió un llamado de Biden, su homólogo estadounidense. La llamada era para tenerlo al tanto "del continuo apoyo de Estados Unidos" a su país, informó la Casa Blanca. El presidente ucraniano, por su parte, dijo en Twitter que habían "hablado de un nuevo plan de ayuda militar y potencialmente económica", pero también de los "crímenes de guerra" cometidos en su país y las sanciones tomadas por Occidente contra Rusia. La conversación duró casi una hora y tuvo lugar cuando, según el Pentágono, Estados Unidos se dispone a anunciar una entrega masiva de nuevos equipos militares. La prensa estadounidense afirma que se trata de equipo militar pesado, que hasta ahora Estados Unidos se ha negado a entregar a Ucrania, por un valor total de cientos de millones de dólares.
Drones y misiles
Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania la mayor parte de la ayuda militar internacional recibida por Kiev, y ahora quiere reponer stocks de armamento y anticipar pedidos. El monto total de la ayuda otorgada alcanzó los 2.400 millones de dólares (2.206 millones de euros). Según una lista publicada la semana pasada por la Casa Blanca, hasta ahora Estados Unidos ha proporcionado o prometido a Ucrania 1.400 sistemas antiaéreos Stinger, 5000 misiles antitanque Javelin, otras 7.000 armas antitanque, cientos de drones kamikazes Switchblade, 7.000 fusiles de asalto, 50 millones de balas y municiones, 45.000 lotes de chalecos antibalas y cascos, cohetes guiados por láser, drones Puma, radares antiartillería y antidrones, vehículos blindados ligeros, sistemas de comunicación segura y protecciones antiminas.
A su turno el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) Karim Khan dijo que Ucrania es una "escena del crimen" durante una visita a la ciudad ucraniana de Bucha -escenario de una matanza de la que Moscú y Kiev se culpan mutuamente. "Estamos aquí porque tenemos buenas razones para creer que se están cometiendo delitos de la competencia de la Corte. Tenemos que atravesar la niebla de la guerra para llegar a la verdad", declaró Khan a la prensa. En la ciudad se encontraron cientos de civiles muertos tras la ocupación rusa Zelenski culpó al Kremlin de los crímenes, que Rusia niega y señala que se trata de un montaje de occidente. Khan también indicó que un equipo forense de la CPI se puso a trabajar "para que realmente podamos asegurarnos de separar la verdad de la ficción".
Alarma en Chernobyl
En medio de la guerra se agrava el problema ambiental. Ucrania no logra restablecer los medios de vigilancia de la radiactividad en Chernobyl, en el norte del país, donde los soldados rusos crearon una red subterránea cuando ocuparon el lugar del peor accidente nuclear jamás ocurrido, indicaron las autoridades. "El sistema para controlar el nivel de radiactividad en la zona prohibida sigue sin funcionar", declaró Evguen Kramarenko, jefe de la agencia estatal encargada de esa parte de la central nuclear. "Los servidores que manejan esta información desaparecieron (...) no podemos afirmar si (la zona) es completamente segura", añadió durante una videoconferencia. "Mientras no se restablezca la electricidad y los empleados no tengan autorización de las fuerzas armadas para acceder a los puestos de control de la radiactividad, no podemos evaluar los daños sufridos", precisó.
Kramarenko aseguró además que "los ocupantes rusos habían excavado en múltiples lugares, enterraron equipos pesados, crearon trincheras e incluso instalaron cocinas subterráneas, tiendas de campaña y fortificaciones. Una de estas fortificaciones se encuentra cerca de un lugar para el depósito provisional de residuos radiactivos", advirtió. El ejército ruso se había apoderado de la central nuclear el primer día de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero. Según las autoridades ucranianas, se retiró a finales de marzo. Los soldados rusos "muy pronto" sentirán los efectos de la radiación, advirtió Kramarenko. "Algunos dentro de un mes, otros dentro de años", apuntó.