El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará este lunes a Washington para participar de la tradicional reunión de primavera boreal del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Antes de viajar, el ministro mantuvo un encuentro con un reducido grupo de colaboradores en Chapadmalal, en el que pasaron revista a la gestión y definieron estrategias de cara a lo que será la primera reunión cara a cara de los funcionarios argentinos con el staff del FMI, luego de la aprobación del programa de refinanciamiento de la deuda con el organismo multilateral.
La delegación que participará en Washington de la cumbre del FMI y el BM también estará integrada por el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz, quien oficiará de gobernador de la silla Argentina en el Banco Mundial, y el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello. El titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, no viajará a la capital e Estados Unidos, por lo que su participación en la asamblea sería bajo formato virtual.
La reunión se da en un contexto internacional convulsionado por las consecuencias de la invasión rusa en Ucrania y su impacto en los precios de la energía y los alimentos. El economista jefe del organismo, Pierre Olivier Gourinchas, presentará las proyecciones de crecimiento e inflación para todo el mundo.
En el Memorando firmado con el FMI Argentina proyectó para este año una inflación máxima de 48 por ciento, una cifra difícil de cumplir. No obstante, en el Palacio de Hacienda remarcan que esa cifra es una estimación y no una meta. La aclaración es clave porque del cumplimiento de metas y los correspondientes desembolsos dependen de la aprobación de las revisiones. En ese sentido, en el equipo de Guzmán dicen que Argentina está encaminada a pasar exitosamente la primera revisión.
La misión del FMI que venga al país el mes próximo evaluará tres criterios: la acumulación de reservas netas, el déficit primario y el financiamiento monetario de ese rojo. Luego, en el programa había otros compromisos que no son vinculantes, como la modificación del presupuesto para adaptar la proyección de gastos y recursos a los números que surgieron en el entendimiento. En Economía afirman que vienen cumpliendo con todas esas metas, salvo la del presupuesto que se concretaría en los próximos días.
Fondo de Resiliencia
En Washington, los funcionarios argentinos se entrevistarán con el staff del FMI apenas unos días después de que se aprobara la creación de un nuevo Fondo de Resiliencia y Sustentabilidad, que tiene condiciones de financiamiento mucho más ventajosas que los tradicionales préstamos del FMI y del que la Argentina podría aspirar a obtener algún beneficio, por ser un país de ingresos medios donde el contexto internacional le pega fuerte, entre otros factores.
El nuevo fondo es a 20 años de plazo con tasas más bajas, y tendrá en el arranque una capitalización de 45.000 millones de dólares para todos los países que puedan calificar. El monto total de la capitalización suma apenas un poco más que todo el préstamo que la Argentina acaba de renegociar con el FMI. Si bien no hay nada definido aún para la Argentina, la titular del organismo multilateral, Kristalina Georgieva, adelantó que estará operativo a partir del 1 de mayo próximo.
En particular, el Gobierno argentino solicitó expresamente a Georgieva, en la carta de intención y en el memorando de entendimiento del nuevo programa con el FMI, "que confirme si, en algún momento de la duración del acuerdo de facilidades extendidas, el Fondo crease una nueva línea de financiamiento con mejores términos y para la que la Argentina sea elegible, la Argentina podría tener la oportunidad de utilizar esa nueva línea, en acuerdo con las políticas y procedimientos del FMI".