El envión anímico que le imprimió el triunfo durante la semana por la Copa Libertadores, le permitió al técnico de Boca presentar un esquema ofensivo para recibir a Lanús por la Copa de la Liga.

El mediocampo volvió a contar con Ramírez y Fernández en una primera línea, y de inmediato se posicionaban Romero, Zeballos y Villa. Los cinco armaban la estructura ofensiva que desembocaba con el desequilibrio por los costados, o en la búsqueda de Benedetto para que pudiera definir de frente a Monetti.

La sorpresa fue el planteo de Lanús, que se retrasó desde el comienzo y esperaba algún error de los jugadores locales. La propuesta del entrenador Almirón acostumbra a ser audaz, pero los movimientos de Lanús explicaban el motivo por el que se encuentra último en su zona.

Boca se puso en ventaja rápido, a los cinco minutos, por un remate cruzado de Villa que encontró mal parado a Monetti. La primera aproximación de los visitantes se dio a los 23, cuando la defensa de Boca se abrió y le permitió a Aguirre rematar desde lejos.

La jugada significó un momento clave en el desarrollo, debido a que Lanús se lanzó hacia adelante con mayor decisión. De esa manera llegó a la igualdad a través de Sand, luego de una definición que tuvo que ser analizada por el VAR, por una posible posición adelantada.

Boca sintió el impacto de ese gol y comenzó a desdibujarse en el terreno. El dominio de la pelota ya no lo tenía como antes, los volantes habían perdido el anticipo frente a sus rivales, y el conjunto del Sur se convenció de que también podía atacar en la cancha de Boca.

Con la intención de contrarrestar el control que tenía Lanús al final de la primera parte, ingresó el colombiano Campuzano en lugar de Romero, para tratar de tener mayor recuperación de la pelota.

El otro problema que tenía el local era defensivo, cuando tuvo que salir lesionado Avila y Advíncula pasó a jugar de marcador central. El lateral fue ocupado por Weigandt. El peruano no estaba cómodo en esa situación, y cometió algunas falencias por el desconocimiento del puesto.

La inclusión de Campuzano no dio el rédito esperado, ya que Lanús siguió trasladando le pelota con tranquilidad por la mitad de la cancha. La confusión que tenía el equipo provocó los ingresos de Molinas y Vázquez, para ver si podían aportarle algo de claridad. Mientras tanto, Lanús estuvo más cerca del segundo gol, con un remate bajo que dio en la base del palo izquierdo de García.

El tiempo fue pasando y las ideas no aparecían en Boca para poder llegar al desnivel. Los jugadores ofrecían jugadas individuales sin conexión con el resto, y todo se diluía cuando se acercaba al área rival. Lo que exhibió fue muy pobre para un plantel que tiene aspiraciones grandes.