“Cuando nos juntamos a tocar, vemos la música desde otro lugar”, dice desde el escenario el percusionista Facundo Ferreira ante la mirada atenta del guitarrista y compositor Quique Sinesi. Acaban de interpretar “Volver a ser”, una pieza con aires andinos que integra el disco instrumental que grabaron a dúo, Otro lado (2022), y que presentaron el viernes en el espacio Borges 1975. “Algunos somos gente grande pero seguimos jugando”, dice luego Sinesi sobre el espíritu de la música que los convoca. Y hay mucho de eso: juego, improvisación, libertad creativa, intercambio de ideas, expresividad compartida.

La intimidad y la calidez –a la luz de las velas- de la sala ubicada en Palermo estuvo en sintonía con la interpretación sutil, elegante y delicada del dúo. Eso se vio reflejado, por ejemplo, en “Dos soles”, una canción con aires de chacarera que puso a dialogar a la guitarra de Sinesi y al bombo legüero de Ferreira, siempre con un toque templado. Es que más que invitar al baile, la dupla propone potenciar la escucha y generar climas. “En alta paz” y “Volver a ser”, por ejemplo, Sinesi ejecutó la pequeña guitarra piccolo y logró trasladar al público a algún pueblito de montaña del norte argentino o a los paisajes andinos de la región.

La música argentina es el eje del disco que construyeron juntos a partir de composiciones de Sinesi. Pero el desafío principal fue imprimirle a la música una dinámica abierta, en diálogo constante, con un espacio primordial para la improvisación. “Todas las composiciones están basadas en ritmos como la chacarera, el huayno, el candombe, la zamba o la vidala”, cuenta Sinesi antes del concierto. “En las improvisaciones está más la pauta ya de antemano, pero a partir de una estética precisa: la raíz folklórica o ciudadana. La improvisación de a poco se fue incorporando en nuestra música y lo importante es usar los elementos que nos acerquen a ellas, como ciertos fraseos melódicos y rítmicos”, dice el guitarrista de vasta trayectoria.

“La idea fue no quedarse solo en las notas musicales, sino ir un poquito más allá, viajar un poco más”, completa Sinesi. Y en este viaje no estuvieron solos la noche del viernes. En un pasaje del concierto, se sumó la cellista Astrid Motura en “Dos soles”, “La magia está dentro tuyo” (Moguilevsky-Sinesi) y “Río”, una pieza con aires litoraleños. Luego le dedicaron una canción a Rubén Rada y Hugo Fattoruso con la presencia en el escenario del guitarrista Augusto Sinesi, hijo de Quique.

También hubo momentos para darle rienda suelta a la improvisación. En esos pasajes, el diálogo musical se puso más vertiginoso entre ambos y Ferreira aprovechó para desplegar, por ejemplo, toda su paleta de colores percusivos, como platillos, panderetas y bombos. Después de la bella “Terruño”, la dupla se lució con la osada “Milonga candombeada”, que también transita por la murga. “La improvisación convive continuamente, la tratamos de diversas maneras, a veces con criterios heredados de nuestra influencia del jazz, pero en su mayoría con una forma mucho más sudamericana, desde un diálogo grupal compartido que se va desdibujando por momentos”, sostiene el percusionista.

El percusionista entiende que esta propuesta musical tiene que ver con “una búsqueda de estados, de tocar partiendo y volviendo al silencio para unirnos en la fluidez del discurso, a veces de ambos y otras descansando en alguna de las voces”. Para Sinesi, el encuentro entre la guitarra y la percusión implica un desafío. “Cuando toco solo tengo que pensar en los bajos, la melodía y la armonía. Y con la percusión hay un poco más de libertad, pero está todo el tiempo también esa idea de interpretar los bajos. Además es muy lindo compartir y con Facu tenemos mucha comunicación rítmica, entonces se hace más fácil y más fluido. Se genera como una orquestación, porque en los dos instrumentos tiene que sonar todo eso: la percusión, el bajo, la armonía, la melodía”.