“La niña sigue siendo abusada y hace tres años que viene sufriendo”, afirma Élida Barrera, abogada de la madre de una menor de 6 años que develó situaciones de abuso sexual, por parte del abuelo paterno, y que fueron llevadas a la Justicia.
Las causas que se tramitan en lo penal y en lo civil comenzaron con denuncias por presunto abuso sexual (junio de 2018 y agosto de 2019) y régimen de alimentos y cuidado personal. Las de abuso sexual, tienen fallo de sobreseimiento y están apeladas ante el Tribunal Superior de Justicia.
Mientras ese trámite sigue en curso, fueron presentadas dos denuncias más por nuevos abusos contra la integridad sexual de la niña. Una, radicada el 14 de marzo de 2022 ante la Unidad de Violencia de Género “en contra de J.V.” quien ya tiene dictadas medidas de protección por la Cámara Civil Cuarta a favor de la niña. La otra, fue realizada el 1 de abril en Asuntos Juveniles y con esta, es la cuarta vez que la madre acude a las instituciones para relatar abusos sexuales. Consecuencias de esto, se elevó también una presentación en la Cámara Civil solicitando la suspensión del régimen de comunicación con prueba que son las nuevas denuncias por abuso sexual.
La semana pasada se conoció la resolución judicial de la jueza de Violencia de Género y Protección Integral de Menores, Jésica Díaz Marano sacando el régimen de visita a la madre que fue denunciada por impedimento de contacto y su abogada advierte que “la menor no quiere irse del lado de su mamá”.
“El asesor de Menores, Pablo Cubillo sabe que la niña quiere estar solo con su mamá y no estar con la familia del progenitor porque es allí donde ocurren los abusos. Está en manos de los jueces terminar con los abusos a los que es sometido y a la Fiscalía realizar una investigación profunda para determinar quiénes son los implicados en las nuevas denuncias”, dijo la letrada a este diario apelando a las autoridades judiciales.
Recuerda además que “existe una medida cautelar vigente por lo que el agresor no puede acercarse a la niña y violada permanentemente. Hay que denunciar si esto sucede porque es una desobediencia a la autoridad y cualquiera puede hacerlo”, afirma Barrera en diálogo con este diario y asegura que existe “una revinculación forzada con el progenitor porque se hace sin escuchar los pedidos de auxilio de una niña. Existen múltiples denuncias a la madre para criminalizarla, pero nadie salió a investigar sobre los abusos”, agregó.
En la denuncia ante la Unidad de Violencia de Género y que está a cargo de la fiscal Nadia Schardrosky, la madre relata todo el proceso judicial iniciado en el 2018 y denuncia “haber sufrido violencia de género” mientras duró la relación con su ex pareja y padre de la niña, situación, que llevó a la separación. Establecieron un régimen de visita mediante el Ministerio Público de la Defensa y ante el incumplimiento por parte del padre, regresaron a ese ministerio.
“Ante la situación regresamos al Ministerio, posteriormente me amenaza de iniciarme un régimen judicial y me notifican de la acción entablada. En enero de 2018, me amenaza, lo denuncio y se dictan medidas de protección y una perimetral y es ahí cuando comienza a buscarla el abuelo y agresor de la menor”, dice el escrito al que estuvo acceso este diario.
Desde ese momento la madre advirtió conductas extrañas que la llevaron a realizar una consulta ante una psicóloga y presentó entonces la primera denuncia por abuso sexual en contra del abuelo paterno sobre quien recaen medidas de no acercamiento. En 2019 viene la etapa de revinculación, a la que llega se niega porque el padre vivía con el abuelo y sin embargo, dos profesionales que actuaron como peritos oficiales, le aseguraron que “podría regresar al hogar del progenitor porque no había problema”. En agosto de 2019, vuelve a Asuntos Juveniles para relatar otro abuso. Suma un nuevo relato sobre situaciones ocurridas en febrero de este año.
En esta denuncia, la abogada pide “la detención de J.V. debido a que tiene medidas de protección que se encuentran vigentes dictadas por la Cámara Civil Cuarta, sección A, a favor de la niña y que las viola flagrantemente, exponiéndola a que no se respeten sus derechos". Sostiene que "es víctima nuevamente de abuso sexual por parte de su abuelo, aparentemente, con la complicidad de todos lo que están en ese lugar y no denuncian la violación de la medida ni los abusos a los que es sometida. Y, quien pone a la niña en esa situación es el padre violando todo lo establecido en la Convención de los Derechos del Niño”.
Respecto de la denuncia ante Asuntos Juveniles, en la cual interviene la jueza de Instrucción de Violencia de Género, Jésica Díaz Marano, la madre dice que “su abuelo paterno desde hace un tiempo le toca las partes íntimas” y relata situaciones nuevas de “tocamientos”. Expresa además que “el progenitor de la menor es el que encubre todo el accionar del abuelo ya que, de acuerdo a las expresiones de la niña; en modo de recompensa, cada vez que el abuelo, le haga esto la sacará a comer para que de esta forma no lo acuse con su madre, ni diga nada”.
Presentación en la Cámara Civil
Ante la Cámara Civil Cuarta a cargo del juez Rodolfo Ortiz Juárez fue elevada una medida cautelar para que se restituya a la niña donde ella considera su centro de vida; se suspenda el régimen de cuidado a favor del padre y se dicten medidas de protección no solo en contra del abuelo, sino también del padre y su entorno.
“Se violan de manera flagrante los derechos de la niña y en virtud que la misma es sujeto de derecho y a quien el Estado revictimiza teniendo su centro de vida en el lugar que es abusada y por ello solicita la restitución, se suspenda el régimen de cuidado y dicten medida de protección a los fines de resguardar la integridad física, psíquica y emocional de la niña suspenda la responsabilidad parental del progenitor hasta que se determine los autores del hecho denunciado".
Argumenta también que el “expediente está manchado de estereotipos de género en los que se ha tratado a la progenitora como loca, mentirosa, que era probable que ella misma sea la abusadora cuando en realidad al que ha fallado es la justicia en los expedientes penales anteriores, en una investigación sin perspectiva de género y de esto se ha aprovechado la contraparte quien, con calumnias hacia los profesionales actuantes en el proceso y diciéndoles que les iban a quitar la matricula, ha logrado vulnerar de todas las formas los derechos de una niña que solo ha tenido la defensa de la su madre y su abuela “.
“¿Cuántos abusos debe sufrir esta niña para que el tribunal lo escuche y de cuenta que se atenta contra la psique de la ella y se vulnera su infancia?”, pregunta y menciona la falta de cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño que establece el derecho a una vida sana y libre de violencia.