El Censo Nacional del 18 de mayo exhibirá, entre muchas otras cosas, si sigue bajando la cantidad de familias tipo -padre, madre y dos hijos-, si crecen los hogares unipersonales, monoparentales -un solo adulto, casi siempre la madre, e hijos- y los hogares ensamblados, con hijos de parejas distintas. Cuando falta poco más de una semana para que los censistas pasen por los hogares —18 de mayo—, el equipo que comanda Marco Lavagna, ya considera un éxito el censo digital, una experiencia post-covid que ya pusieron en marcha los países más avanzados.
El Censo no sólo permite establecer la cantidad de habitantes a nivel nacional, provincial y en cada municipio, sino que avanza sobre cuestiones que tienen que ver con la evolución de las sociedades, en particular de la población: cómo se transforman los hogares, las familias, las convivencias. El Censo permitirá saber si sigue bajando la fecundidad -cuántos hijos por mujer-, algo que ocurre en todo el mundo, los hogares en los que hay parejas del mismo sexo -seguramente habrá crecimiento-, los afrodescendientes y quienes descienden de los pueblos originarios.
Los sociólogos cuentan que mientras en los restaurantes de barrio siguen poniendo mesas para cuatro personas, cada vez es más habitual el cliente solo, las mesas de dos y la pareja con un hijo. El censo no sólo orienta las estrategias y políticas del Estado, sino que marca cambios que tienen que ver con la vida cotidiana.
Página/12 entrevistó a Pedro Ignacio Lines, director técnico del Indec, y a Gladys Margarita Massé, directora nacional de Estadísticas Sociales y Población. Este fue el diálogo:
-El Indec habla habitualmente de la familia tipo, padre, madre y dos hijos ¿Existe en Argentina todavía la familia tipo?
-Sí, aproximadamente el 60 por ciento de los denominados hogares siguen siendo de dos adultos y dos niños. Ahora, en este censo veremos cómo evolucionaron las cosas. Está claro que hay más hogares unipersonales -una sola persona- y también monoparentales -un adulto, que suele ser la madre- y uno o dos hijos. Y también está claro que crecen las familias ensambladas, una pareja con hijos de uno u de otro o de los dos. Todo eso surgirá bastante de la pregunta del censo sobre la relación de parentesco de los que viven en una vivienda con el jefe o jefa de hogar.
Aclaremos que cuando el Indec habla de una canasta para que una familia tipo no sea pobre o indigente, la normativa hace el cálculo en forma individual. La base es una canasta de productos, calorías por persona, proteínas, de acuerdo a nuestros hábitos. Se difunde el caso de la familia tipo, pero el cálculo es individual.
Entre censo y censo -el último en 2010- nosotros nos basamos en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que se hace en aglomerados urbanos, no en localidades rurales. Esto es importante: en el censo agropecuario que hicimos, ya detectamos que crece mucho la cantidad de mujeres que gestionan en el campo, o sea que son las que están a cargo. Eso nos da actualmente que el 20 por ciento de los hogares de las explotaciones agropecuarias están encabezados por mujeres. Todo indica que veremos un crecimiento de las mujeres como jefas de hogar.
Hay varios datos que también veremos respecto de los hogares unipersonales. En muchos casos son jóvenes que se van a vivir solos. Y, por supuesto, hay muchos casos de mujeres que, como se sabe, tienen mayor longevidad que los hombres. La mujer tiene entre siete y ocho años más de expectativa de vida. Algo fundamental que sabremos con el censo es cómo son las cosas en distintos lugares del país en que hay fenómenos muy diferentes: una cosa son las grandes ciudades y otra, tal vez, Salta y Jujuy, por ejemplo.
-¿Y sabremos la composición de los hogares ensamblados? Por ejemplo, cuántos son hijos de la mujer y cuántos del hombre.
-No, en las pruebas del censo que hicimos, resultó muy complejo preguntar cuántos de los hijos son de la madre, del padre, de los dos. Un censo tiene que ser sencillo para los 600.000 censistas y para quien contesta. Al final, desistimos de incorporar esa pregunta. Después lo haremos por encuesta.
-¿Qué son las familias no-nucleares?
-Cuando uno o dos niños no viven con sus padres, sino con los abuelos. Eso también lo tendremos en el censo.
-Se le da importancia en este censo a la identidad de género. ¿Qué sabremos?
-En 2010 no se preguntó específicamente la identidad de género y en cambio esta vez la pregunta es clara. En 2010 sólo en 25.000 hogares (de un total de cerca de 12 millones de hogares) vivían personas del mismo sexo, en pareja. Es lógico que esta vez el número sea mayor, por la tendencia de la sociedad, pero también porque el censo mismo lo pregunta.
-¿Por qué se pregunta si quienes viven en un hogar comparten los gastos?
-Porque en una casa puede ser que vivan cuatro personas, los padres y otra pareja adulta de uno de los hijos. Y no comparten los gastos. Eso significa que en verdad necesitan otra vivienda, que esa pareja del hijo o la hija vive allí por un tema económico.
-Muchos dicen que las familias ya no tienen dos hijos, que hoy la mayoría de las mujeres tienen un solo hijo. ¿Qué nos podrá decir el censo de eso?
-Por supuesto que en el censo estudiamos la tasa de fecundidad, que es cuántos hijos tiene cada mujer. Existe lo que se llama tasa de reemplazo, que es 2,1 hijos por cada mujer. Nosotros, de acuerdo al censo anterior, estábamos en que cada mujer en la Argentina tenía 2,4 hijos. Eso está en baja en todo el mundo y habrá que ver acá. En las grandes ciudades está en 1,8. Está claro que se reduce la fecundidad entre 2010, el último censo, y ahora.
-Aunque las mujeres ya no tienen dos hijos, igual la población no baja.
-Es que aumentó la esperanza de vida. Todos los años en la Argentina hay unos 700.000 nacimientos y unas 400.000 defunciones. Pero insisto, hay que ver cómo eso evoluciona en los distintos lugares, ciudades, provincias, municipios. Y tenemos que ver otro elemento: cómo influyó el covid. Eso surge de la mortalidad año a año, más que del censo, pero nosotros tenemos un estimado, una proyección que surgió del censo 2010. Veremos si esa proyección se cumplió o no.
-En la cantidad de habitantes me imagino que influye mucho la inmigración y la emigración. Algunos sostienen que los ciudadanos bolivianos y paraguayos vienen mucho menos a la Argentina porque mejoró la situación en sus países.
-Veremos. Al censado se le pregunta dónde vivía hace cinco años y tendremos un panorama. Nos quedamos un poco con la idea de la inmigración española o italiana y luego la de los países limítrofes. Ahora tendremos que mirar la inmigración de colombianos, venezolanos y senegaleses.
-¿Y la emigración?
-No la podremos ver por el censo, porque el censo se le hace a los que encontramos en su hogar. Nos enteramos bastante, por ejemplo, por los censos de otros países, como España o Italia o Estados Unidos. Los datos de Migraciones siempre dan un indicio, pero no es nada fácil.
-¿Para qué se pregunta si la persona se reconoce indígena o descendiente de pueblos originarios o si es afrodescendiente o desciende de africanos?
-Para visibilizar. Es cierto que será una pequeña minoría, pero sabremos dónde están y después podremos hacer encuestas en esos lugares. El objetivo es tener políticas específicas para las minorías, pero es imposible localizarlas en una encuesta. En cambio, el censo nos permite captar información para las minorías.
-¿Hay datos que no surgen del censo sino de otros estudios?
-Claro. Por ejemplo, si crecen o no crecen los casamientos. Si crecen o no crecen los divorcios. Eso lo sabemos por los registros civiles y por los datos de la justicia civil. Si los niños o niñas van a escuelas públicas o privadas. Lo sabemos por los registros de los ministerios de Educación. Pero el censo nos da una enorme cantidad de datos que no sólo son imprescindibles para las políticas estatales, sino también para los privados. Por ejemplo: si en una zona -porque los resultados permiten un acercamiento a determinada zona- hay muchas personas mayores, es posible deducir que es propicio para poner una farmacia. O si hay muchos niños, una juguetería. Hay infinidad de datos que le sirven a la actividad privada.
-Ya hay muchas personas que contestaron el cuestionario de manera digital. ¿Hay antecedentes en el mundo?
-Es un fenómeno que se acentuó mucho con el covid. Hay países que únicamente lo hacen de manera digital y países que combinan lo presencial y lo remoto. Nosotros no pensábamos hacerlo combinado, todo iba a ser presencial, pero el covid nos cambió. Para entonces, además, ya teníamos mucho avanzado, de manera que resolvimos combinar.
Los datos que surjan de este censo son esenciales y actualizan la situación respecto del que se hizo hace ya 12 años, el 27 de octubre de 2010, el día que murió Néstor Kirchner. Aquellos datos fueron tan importantes que en toda la campaña de vacunación con la covid fueron esenciales para asignar las vacunas y también saber cuántas personas faltaban vacunar. Como ya habían pasado diez años del censo anterior, hubo que hacer una proyección en base a los datos de 2010. Hubo distritos que dijeron que les faltaban vacunas, porque la población creció más de lo proyectado por el Indec, y distritos que sostuvieron que les sobraban vacunas, porque no hubo tanto crecimiento poblacional en esa provincia o distrito. Saber cómo evoluciona la población, la sociedad, los hogares, las familias, es imprescindible para cualquier Estado moderno y también para la actividad privada.