“Un buen acuerdo”, así calificó el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, al 27 por ciento de incremento paritario conseguido en la noche del miércoles. En el gremio aseguran que también se debe considerar como un triunfo porque no olvidan que el gobierno nacional “operó” en contra.
La negociación fue larga e intensa. La reunión del martes había durado cuatro horas pero ayer necesitaron algo más de seis para alcanzar el acuerdo. La inminencia del comienzo de una medida de fuerza que provocaría serios inconvenientes en las líneas de producción, el paro rotativo, llevó a las patronales a formalizar un convenio salarial que, si bien no llegó al porcentaje del 30 por ciento que aspiraba el gremio, le permitió a la UOM enfrentar la escalada inflacionaria. También les sirvió para calmar a las bases sindicales que presionaban con fuerza para retomar las medidas de acción si los empresarios no “aflojaban”. Un chequeo del humor de los trabajadores, realizado por las propias empresas, también ayudó para que las cámaras patronales terminaran mejorando su oferta.
El porcentaje alcanzado llega prácticamente al 25 por ciento y se concretará en dos cuotas. El primer incremento, del 12 por ciento, rige a partir del 1 de abril, mientras que la cuota restante, del 11 por ciento, tendrá vigencia a partir del 1 de julio. En tanto que las sumas fijas también se pagarán en dos veces de 2000 pesos cada una. Los trabajadores las recibirán con los salarios de noviembre de 2017 y enero de 2018. Hay un ítem que llevará más arriba el salario de los trabajadores y es que también se aplicará un 2 por ciento que estaba pendiente de 2016. Esto es lo que le permite a los dirigentes de la UOM hablar de que el total del incremento para este año araña el 28 por ciento.
“Dadas la situación que atraviesan las empresas no se puede negar que fue un buen acuerdo”, aseguró Caló. Es más, el metalúrgico se animó a afirmar que en los próximos dos meses los trabajadores sentirán que sus salarios han crecido en un 25 por ciento.
Ahora resta que el Ministerio de Trabajo homologue el acuerdo lo que debería ser una formalidad. “No tengo temor a que no lo homologue. Cuando hay acuerdo privado, el Ministerio tiene que ser solo intermediario”, afirmó Caló. A pesar de la frase del dirigente, existe la posibilidad de que la cartera laboral que conduce Jorge Triaca se niegue o se demore a convalidarlo. De hecho ya ocurrió a principio de año con la paritaria de la Asociación Bancaria, donde las partes habían logrado un acuerdo, sin la presencia ministerial, y Triaca se negó a homologar porque el porcentaje superaba la pauta inflacionaria prevista por el Gobierno.
La discusión de la UOM se había extendido en el tiempo y los metalúrgicos comenzaron con medidas de fuerza que obligaron a Triaca a convocar a una conciliación obligatoria a principio de mayo. Fueron quince días hábiles donde el desacuerdo se mantuvo intacto. El Ministerio prorrogó cinco días la conciliación que venció el martes pasado. Ese mismo día Caló confirmó el comienzo de las medidas de fuerza a partir del primer día de junio. Ante esa situación, las cámaras empresarias se apuraron a mantener negociaciones pero por fuera de la órbita ministerial.
Sin embargo, las negociaciones no han finalizado. A los metalúrgicos todavía les queda cerrar un acuerdo con las Pymes siderúrgicas, las más afectadas por la crisis económica. Este sector se mantiene firme en ofrecer un 17 por ciento de incremento en tres cuotas. En la UOM se preparan para una nueva serie de intensos encuentros. Hoy, a partir de las 15.30, comenzarán en la sede de Trabajo, donde los representantes de los trabajadores serán Francisco “Barba” Gutiérrez; el diputado del FPV, Abel Furlán; Enrique Salinas y Naldo Brunelli. Atendiendo lo complejo de la situación que atraviesan las pequeñas y medianas empresas, conseguir un porcentaje similar es casi utópico. Si bien los sindicalistas no aceptarán el 17 propuesto, la aspiración de la UOM es que no sea menor al 22 por ciento.