El lobby que deberá enfrentar el proyecto oficial para gravar la renta extraordinaria ya empezó a dar señales de dureza y de tiempos en los que el Gobierno deberá lidiar con los sectores afectados. Referentes del campo y algunos industriales de peso ya pusieron el grito en el cielo en contra de una norma que aún no vieron, pero de la que están en contra. El primero en aparecer fue el jefe de la Unión Industrial (UIA) Daniel Funes de Rioja, quien consideró que este proyecto "complica" la tarea de quienes generan empleo, porque lo que se necesita es un marco de “previsibilidad” y “confianza” para el rumbo económico.
Quien además preside la Coordinadora de Productores de Alimentos (COPAL), habló con el canal C5N tras concluir un evento en la cancillería del que participó el economista Jeffrey Sachs y aseguró que "tenemos 165 impuestos en Argentina, hay que tener en cuenta la realidad de la economía formal''. En paralelo, se preguntó "qué es renta inesperada? Tenemos 165 impuestos, un alimento paga 40 por ciento y las bebidas un 50 por ciento". Y concluyó que "necesitamos una visión que construya la realidad de la economía formal que genera empleo”.
Por otro lado, los empresarios más concentrados del agro también viene expresando el malestar contra este tributo. Fuentes de la Mesa de Enlace aseguraron que, cuando la norma se envíe al debate, sentarán posición pública. En los ámbitos rurales, en tanto, ya plantearon el rechazo más fuerte. No casualmente, son el sector más beneficiado por las ganancias extraordinarias.
Según datos del ministerio de Agricultura, en los años de la pandemia, el margen bruto por hectárea en el campo mejoró entre un 50 y un 70 por ciento en dólares para los consumos exportables. El rebote de los precios internacionales en el mercado de Chicago generaron rindes y cosechas récord, con la zona núcleo del país en cifras históricas entre mayo del 2020 y diciembre del 2021. Ese fenómeno siguió in crescendo en lo que va del año, donde sobre todo el trigo y sus derivados terminaron con números muy elevados.
También se sumó al rechazo la cámara de exportadores y aceiteros CIARA, que a través de un mensaje en Twitter expresó su "profunda preocupación ante la propuesta del nuevo impuesto". Admiten que si bien la guerra "generó un aumento en el precios de ciertos commodities agrícolas, lo hizo también con los costos de producción, más aún en nuestro país".