En la previa al desembarco del ministro de Economía, Martín Guzmán, en las reuniones de primavera que se celebrarán en Washington, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le hizo un guiño casual pero de caracter coyuntural al proyecto de ley para gravar la renta inesperada de aquellos sectores favorecidos por el contexto pandemia y guerra en Ucrania. El organismo que comanda Kristalina Georgieva precisó en un informe que podrían trabajarse "aumentos temporales en los impuestos sobre los ingresos de las empresas diseñados para capturar el exceso de beneficios relacionados con la pandemia". Se plantea allí que eso ayudaría a una mayor distribución.
Ese texto está en línea con el proyecto que trabajaron el fin de semana en Chapadmalal el ministro Guzmán y su equipo técnico, sobre todo el secretario de Política Tributaria, Roberto Arias. El domingo por la noche, el titular de Hacienda le mostró los avances al presidente Alberto Fernández en una reunión que mantuvieron en la residencia de Olivos y acordaron lo que se anunció en las últimas horas: darle sendero definitivo al asunto en los próximos días. Vale decir que no es novedad que el FMI proponga redistribuir vía la creación de nuevos tributos que recaen sobre grandes fortunas. Lo hizo ya en los años más duros de la pandemia, 2020 y 2021, pidiendo ir en ese sentido.
"Donde la recuperación está en marcha y los balances privados están en buena forma, principalmente en las economías avanzadas que se beneficiaron del generoso apoyo de los gobiernos durante la pandemia, el apoyo fiscal se puede reducir más rápido", apunta el organismo presidido por Kristalina Georgieva. Y agregan que, en otros lugares, "la recuperación puede ser más débil y el apoyo fiscal específico podría ayudar a disminuir los riesgos de interrupciones y cicatrices [sobre la economía] dentro de marcos fiscales creíbles a medio plazo. Donde la focalización del apoyo fiscal es difícil y el espacio fiscal es limitado, los países pueden necesitar considerar medidas de mejora de los ingresos para financiar diversas prioridades".
En esa misma línea, el FMI menciona el objetivo del "aumento del cumplimiento tributario y otras reformas para modernizar la tributación comercial", como una especie de soolución para que la parte social afectada por la pandemia pueda recibir ayudas de sectores que fueron claros ganadores.
Este informe del organismo coincide con el arranque de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial. A última hora de hoy, Guzmán se subirá a un avión para participar toda la semana de ese evento, en el que habrá bilaterales y reuniones puntuales. Se lleva en la valija un proyecto en línea con lo que pidió el FMI, que le será de utilidad al Gobierno para encarar el tramo más complejo del asunto, la aprobación en el Parlamento. En su paso por Estados Unidos, Guzmán también abordará cuestiones de la revisión trimestral que se viene en mayo y respecto a la posibilidad de ampliar los plazos de pago de la renegociación de la deuda que contrajo la administración de Mauricio Macri.
El proyecto para gravar la renta "inesperada" está pensado, inicialmente, como una alícuota superior de Impuesto a las Ganancias. Según Guzmán, irá sobre las empresas que obtuvieron ganancias absolutas mayores a los 1000 millones de pesos o quienes superaron su ganancia neta imponible respecto al año anterior, durante los últimos meses. De todos modos, se se especificó que si esas ganancias o esa misma renta "se canaliza hacia la reinversión", el monto de la contribución "será menor".
El Gobierno le apunta no sólo al sector agropecuario, sino a las exportaciones de petróleo y minería. En la letra fina, en el caso del agro, se analizarán los rindes por zona geográfica, dado que no todo el país tuvo ganancias extra lineales. En el Gobierno aseguran que las fuerzas están alineadas detrás de la norma. Naturalmente, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, es uno de los principales dirigentes que no consideró apropiada la medida. Valle decir que el ministro ya se había negado, incluso, al debate de una suba de retenciones.