Rusia inició el lunes su largamente anunciada ofensiva terrestre en la región del este de Ucrania conocida como Donbass, según autoridades ucranianas. La avanzada se produce a casi dos meses del inicio de la invasión y en medio de intensos combates y de bombardeos rusos en localidades de esa parte del país europeo, con un saldo de al menos ocho civiles muertos.
La batalla por el Donbass
"Ahora podemos decir que las tropas rusas han iniciado la batalla por el Donbass, para la que se estuvieron preparando durante mucho tiempo. Una gran parte de todo el Ejército ruso se dedica ahora a esta ofensiva", dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un discurso difundido en Telegram. "No importa cuántos soldados rusos se traigan hasta aquí, lucharemos. Nos defenderemos", aseguró Zelenski.
Poco antes el gobernador ucraniano de la región de Lugansk, Serguei Gaidai, también anunció el inicio de la ofensiva rusa contra el este de Ucrania. "Esto es un infierno. Ha comenzado la ofensiva de la que llevamos semanas hablando", dijo en su cuenta de Facebook. "Hay combates en Rubizhne y Popasna, combates incesantes en otras localidades pacíficas", afirmó Gaidai.
Al menos ocho civiles murieron el lunes por disparos y ataques rusos, según las autoridades regionales. Cuatro personas murieron en Kreminna, una pequeña ciudad de la región de Lugansk que cayó en manos de los rusos el lunes, dijo Gaidai en Telegram. Y cuatro más en la cercana región de Donetsk, según el gobernador ucraniano de esa región, Pavlo Kyrylenko.
Desde que Rusia anunció la retirada de sus tropas de la región de Kiev, concentra sus fuerzas armadas en el este de Ucrania, objeto de frecuentes bombardeos desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero. El Ejército ucraniano anunció hace varias semanas una gran ofensiva de Moscú contra la región del Donbass, gran parte de la cual está bajo el control de los separatistas prorrusos de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk.
Resistencia en Mariupol
En la ciudad de Mariupol los últimos combatientes, atrincherados en el complejo metalúrgico de Azovstal, desoyeron el ultimátum de Moscú para que cesen el fuego y evacúen el lugar. "La ciudad aún no ha caído", sostuvo el primer ministro Denys Shmyhal. "Aún tenemos fuerzas militares, soldados, ellos lucharán hasta el final", aseguró a la cadena estadounidense ABC.
Mariupol, con 440 mil habitantes antes de la guerra, es un objetivo clave para Moscú y el último obstáculo para garantizar su control en la franja marítima que va desde los territorios separatistas prorrusos del Donbass hasta la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU señaló que más de 100 mil civiles de Mariupol están al borde del hambre y sin agua ni calefacción.
16 objetivos militares atacados
En paralelo el ministerio de Defensa ruso indicó que 16 objetivos militares de Ucrania fueron atacados. Según el Ejército ruso, sus fuerzas destruyeron con "misiles de alta precisión" un importante "centro logístico e importantes lotes de armamento extranjero, entregados a Ucrania en los últimos seis días por Estados Unidos y países europeos, que se almacenaban allí" cerca de Leópolis, en el oeste del país.
Por su parte el gobernador regional de Leópolis, Maksym Kozitsky, indicó que en esa ciudad se registraron cuatro ataques con misiles de crucero, disparados desde el mar Caspio: tres sobre infraestructuras militares y una en un garaje de neumáticos. Todos los objetivos quedaron "gravemente dañados", según Kozitsky, quien dio cuenta de un balance de "siete muertos" y "once heridos, entre ellos un niño".
Leópolis, situada lejos del frente y cerca de frontera con Polonia, se ha convertido en refugio para los desplazados. En ella se encuentran además varias embajadas occidentales, trasladadas desde Kiev. Por su parte, la Unión Europea (UE) condenó "los continuados bombardeos indiscriminados e ilegales de civiles y de infraestructuras civiles por parte de las fuerzas armadas rusas".
Más de 14 mil personas murieron en este conflicto, según la ONU, y el presidente ruso, Vladimir Putin, dice que uno de los fines de la ofensiva en Ucrania es proteger a la población rusoparlante del Donbass del "genocidio" que, según él, cometieron allí las nuevas autoridades prooccidentales de Kiev, a las que tilda de "neonazis", en los últimos ocho años.
Rusia objetó las negociaciones de paz con Ucrania
El gobierno de Rusia sostuvo el lunes que la dinámica de las negociaciones de paz para poner fin al conflicto bélico en Ucrania "deja mucho que desear" y afirmó que la invasión "va de acuerdo al plan". En declaraciones ante la prensa recogidas por la agencia de noticias rusa Interfax, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó que la parte ucraniana "no demuestra una constancia especial" en los puntos que acuerdan las partes.
"La posición cambia a menudo y, por supuesto, la dinámica del progreso en el proceso de negociación deja mucho que desear", aseguró Peskov, quien recordó que la "operación militar especial" continúa y, según Putin, "va de acuerdo al plan".
Más tarde, el número dos de la delegación rusa en la ONU, Dimitri Polianski, reiteró que "no hay perspectiva" de negociación con Ucrania "en las actuales condiciones" y denunció "flagrantes actos de espionaje" por parte del personal de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en la región del Donbass.