La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal confirmo ayer las condenas impuestas a 10 personas por traficar y comerciar estupefacientes en el sur de la provincia de Santa Fe. La resolución alcanza al ex jefe antinarcóticos Alejandro Druetta, condenado a 10 años de prisión por ser miembro de la banda y sindicado cómplice por Ignacio Actis Caporale "Ojitos", también condenado en la causa, cuyas sentencias fueron confirmadas ahora por el tribunal integrado por los jueces Mariano Hernán Borinsky, Gustavo M. Hornos y Javier Carbajo. El fiscal federal de juicio Federico Reynares Solari se mostró satisfecho con la confirmación de las condenas. "Es dificil condenar cuando se usan formalidades legales para encubrir ilegalidades como hacia esta banda policial y lo logramos: a Druetta se lo condeno como parte de la banda de Actis Caporale, no como encubridor".
"Ojitos" había sido condenado a 9 años y 6 meses de prisión como organizador del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada, y se encuentra en libertad condicional por una reducción de 13 meses por estudiar en prisión. En tanto, Druetta -quien fuera un alfil en la lucha antidrogas del ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro- cumple prisión preventiva en su domicilio por el cuidado de un hijo menor discapacitado y fue condenado a 10 años de prisión como partícipe necesario del delito de tráfico de estupefacientes, en la modalidad de comercio, doblemente agravado por haberse cometido mediante la concurrencia de tres o más personas en forma organizada y por su condición de funcionario público.
Además de Caporale y Druetta, también fueron condenados Leandro Cano, Daniel Illanes, Dante Pierani, Pablo Kresta, Carlos Edgardo Colombini, Román Emiliano Palamedi, y Juan Ángel Delmastro, también empleado policial.
La resolución de los jueces destaca que "para el funcionamiento de la empresa criminal, la organización contaba con el respaldo de los funcionarios policiales Alejandro Miguel Druetta y Juan Ángel Delmastro, quienes ofrecían un marco de protección y resguardo al grupo de Actis Caporale a cambio de información y datos vinculados con el narcotráfico o el consumo de estupefacientes". Actis Caporale era el jefe de la banda: tomaba las decisiones y aportaba los medios para ejecutarlas, ordenaba los pagos requeridos para atender diversas solicitudes y contraprestaciones, intervenía personalmente ante autoridades o disponía de medidas ante incumplimientos o faltas; "circunstancias que permiten acreditar su rol preponderante en la empresa criminal investigada, y que, en concreto, era el organizador de las operaciones de tráfico de estupefacientes condenadas en autos".
Druetta, por su parte, era jefe de Contrainteligencia de la PDI cuando escuchas de 2012 lo ubicaron dialogando con Actis sobre negocios en común cuando el entonces jefe de la Brigada de Drogas Peligrosas en Villa Constitución iba a ser trasladado a Venado Tuerto. Eso le valió un procesamiento por confabulación en 2018 y una abrupta interrupción de su hasta entonces ascendente carrera en la policía provincial.
Sin embargo, para que ambos se sentaran al banquillo en el mismo juicio hubo otra instancia, en 2019: la declaración de Actis Caporale como arrepentido. En la ocasión ventiló cosas no detectadas en las escuchas que demostraban la relación entre ellos. Por ejemplo, el origen de todo: una noche de 2007 en la que Druetta sorprendió a un joven Nacho con cartones de LSD en la plaza Pringles y le propuso, para evitar la prisión, que le diera datos de otros dealers para poder arrestarlos. Así el chico seguiría traficando y el policía acumularía procedimientos para ascender en su carrera.
La declaración de Actis, por la cual obtuvo una rebaja en su condena, servía para que Druetta usara esos datos adjudicándolas a “informantes de calle” y “llamadas anónimas”. Pero más allá del origen trucho de los procedimientos, muchos de los cuales terminaron con gente condenada, lo que le objetó el fiscal federal Federico Reynares Solari al ex policía es que mientras éste sumaba procedimientos para combatir el narcotráfico, a cambio protegía a un narco para desarrollara su actividad.
El fiscal federal de juicio Federico Reynares Solari se mostró satisfecho con la confirmación de las condenas."Lo que deja traslucir la Casación es lo que ventilamos en su momento: que hubo una estructura destinada a producir legalidad que produjo ilegalidad. Con la legalidad formal se produjo una ilegalidad sustancial. Se tomó como válido lo que dijo alguien que pertenecía a la policía. Esto plantea un gran interrogante al modo de persecución penal que fundamentó en la Justicia Federal incluso a toda la política de la policía de la provincia de Santa Fe. La cantidad de causas de menor cuantía de narcomenudeo con que se llenaban las fiscalías impidieron ver cómo trabajaba de manera sistemática ciertos sectores de la policía en el área de Drogas” concluyó. Reynares.