El movimiento juvenil que advierte de las severas consecuencias del cambio climático y exige políticas públicas para mitigarlas regresa a las calles. Este viernes, Día de la Tierra, habrá una movilización desde Plaza de Mayo hasta el Congreso (17.30), y otras en Neuquén, Córdoba, Salta, Santiago del Estero, Mendoza, Tucumán, Santa Fe y provincia de Buenos Aires (La Plata). "Es en el marco de la manifestación internacional convocada por Fridays for Future, que fue el mes pasado, el 25 de marzo. Quedaba muy cerca del Día de la Memoria. Quisimos respetar esa fecha histórica, el 24, para que tenga el lugar que ocupa para todos los ciudadanos. Y decidimos movilizarnos en una más que importante para concientizarnos y exigir a los gobernantes que actúen de manera urgente", dice a Página/12 Cruz Ruax, integrante de Sustentabilidad sin Fronteras, una de las organizaciones convocantes.
Cuáles son los reclamos de les jóvenes
"Esta movilización es política pero apartidaria. No importa quién esté en el poder. Lo importante es que los dirigentes tomen cartas en el asunto y empiecen a realizar planes de adaptación y mitigación respecto del cambio climático. Es la consigna histórica. La esencia, el alma del movimiento", define Ruax. El lema será "La deuda es con el sur. Sin financiamiento no hay transición justa". Y habrá tres reclamos principales: ley de humedales, plan integral para la transición energética, fomento de la agroecología "para la soberanía alimentaria".
La última vez que las organizaciones socioambientales se movilizaron en el país fue en septiembre, en el contexto de la Huelga Mundial por el Clima. "Son varios meses de no salir a la calle. Estamos en un contexto sumamente crítico a nivel nacional, regional y global, sin grandes avances. Tenemos una ley en la Argentina (la 27.520, de adaptación y mitigación al cambio climático) y hay distintas instancias que no se implementaron. El consejo asesor del que tienen que participar autoridades de ministerios se reunió en veces contadas con los dedos de la mano. El consejo en que tienen que participar distintos sectores no se ha reunido. Estamos cansados de tanto discurso. Por eso pedimos, de vuelta, pasar del dicho al hecho", señala Mijael Kaufman, de Consciente Colectivo.
"La ley de humedales tiene que salir ya. Hay que aprobar el proyecto que logró pasar en otros años por todas las instancias de participación, con aportes de la ciencia y las comunidades más afectadas", remarca Ruax, sobre una iniciativa cuyo tratamiento quedó trunco en tres ocasiones en la historia argentina y que se volvió a presentar hace dos meses. "El plan de descarbonización al 2050, que tiene que ver con la transición energética, es un objetivo al que la Argentina se comprometió. Pero una cosa es anunciarlo y otra es el cómo. Se necesitan comunicados claros para ver cuál es el camino que se quiere tomar", agrega el periodista socioambiental. En relación a la agroecología, la exigencia es que se apruebe la Ley de Acceso a la Tierra, una demanda de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), que permitiría "mejorar las condiciones de trabajo y los ingresos de lxs pequeñxs productores", de acuerdo a la síntesis de un comunicado de Climate Save. Perdió estado parlamentario y se presentó por cuarta vez.
"La comisión de Ambiente no está conformada en Diputados. El tratamiento de la ley de humedales requiere de distintas comisiones; reclamamos que se conformen. El Congreso no trabaja con urgencia y seriedad esta agenda", cuestiona Kaufman. "En el plano internacional, la pregunta es cómo hacemos para que las grandes potencias, que históricamente han saqueado a países como el nuestro, con prácticas extractivistas a costa de contaminar ecosistemas y enfermar poblaciones, se hagan cargo de sus responsabilidades históricas, cambien sus políticas y financien la transición de países subdesarrollados. Hay acuerdos firmados desde 2009 pero seguimos esperando", aporta Ruax.
Quiénes van a marchar
Uno de los elementos novedosos que expuso la manifestación de septiembre de 2021 fue la marcada presencia de distintos partidos políticos --se veían banderas de La Cámpora y del Pro en la misma columna--. Por el lado de la militancia socioambiental el listado de participantes incluye a Sustentabilidad sin Fronteras, Climate Save, Jóvenes por el Clima, Fridays for Future, Eco House, Consciente Colectivo, Prosperar y la Red de Universitarios por el Cambio Climático. "Se espera que se sumen otros movimientos sociales y organizaciones, como la UTT, La Garganta Poderosa y el Movimiento Evita. La izquierda va a salir a la calle; lo hace siempre. Habrá que ver la composición final", dice Kaufman.
"Algo jugoso es que las juventudes de los partidos están exigiendo a sus dirigentes que hay que atender a esta agenda, que no pueden seguir mirando para el costado. Esto tiene que dejar de ser algo de unos pocos. Estamos siendo cada vez más, pero nos falta crecer en términos de impacto, poder, masividad. La causa tiene que llenar las calles de cada rincón del país. Se tiene que entender que no estamos peleando por los osos polares y que no somos ambientalistas falopa", expresa el joven. "Hay que entender la transversalidad de esta agenda. Todo lo que hacemos en nuestras vidas tiene un trasfondo socioambiental: la ropa que tengo puesta, el teléfono con el que estoy hablando, lo que voy a comer en unas horas. Lo que se discute es la forma en que la humanidad tiene que transitar en este planeta", concluye.
"Nos vuelve a llevar a la calle la convicción de que es la única forma de ver cambios. Ya no se encuentra gente que niegue la crisis climática o que crea que no es a partir de la actividad humana, pero sí se escucha que es imposible hacer algo", señala Nicole Becker, integrante de Jóvenes por el Clima. "Eso paraliza. Agruparnos, ser un montón, actuar como colectivo es la forma de encontrar una esperanza llena de acción."
Federico Pellegrino, de la asociación civil Eco House, manifiesta: "Estamos entusiasmados con una consigna que pone en el centro un problema estructural, la asimetría de poder entre el norte y el sur global, y que marca que somos conscientes de estar en un país periférico y subordinado en un orden internacional injusto. Vamos a poner esa bandera bien alta para que incluso el movimiento internacional por la justicia climática reconozca este rol en que quedan los países del sur global".