Aún con niveles de demanda muy importantes en un contexto inflacionario elevado, el sector productor de bienes de la canasta básica (alimentos, bebidas e insumos de limpiez) está jugando al límite con el abastecimiento en las góndolas. Según datos a los que accedió en exclusiva Página I12, en los comercios de todo el país hay hoy 20 puntos menos de entrega de productos en relación a los niveles habituales. Y si se hace eje en Precios Cuidados, los fabricantes sólo proveen 6 de cada 10 productos reclamados por los comercios.
Eso tiene varias razones, entre ellas el impacto del conflicto bélico en algunos bienes muy puntuales, pero la variable principal es la especulación con precios: los productores, ante el corset de los acuerdos de precios en las grandes superficies, desabastecen allí y venden el grueso por fuera, en comercios barriales, chinos y de cercanía, donde comercializan a entre un 30 y un 40 por ciento más caro.
En síntesis, se recomponen márgenes de ganancia, luego de la pandemia y la crisis del consumo en la era de Mauricio Macri, vía mayores precios, aprovechando los volúmenes actuales de venta. Un dato más de la compleja pulseada que tiene el Gobierno con los ceos de alimentos, que ya hace unos meses habían subido precios antes del anuncio de medidas oficiales contra la inflación.
Los números que confiaron a este diario desde comercios de todo el país reflejan la siguiente foto: si se toma el conjunto de los productos en góndola, hay casi un 75 por ciento de provisión, cuando lo normal sería entre un 90 y 95 por ciento. Y si se toma sólo Precios Cuidados, el abastecimiento es de entre 60 y 65 por ciento, cuando lo tolerable, por diferentes razones comerciales, está en torno al 80 u 85 por ciento. Lo llamativo aquí es que los mismos comercios admiten que hay un nivel de demanda alto de los precios de referencia, que puso al programa en un 18 por ciento de la facturación total. En el sector aseguran que si los proveedores entregaran con normalidad, los Cuidados podrían pasar a representar más de un 25 por ciento de lo facturado.
Consultadas por este diario, fuentes de la Secretaría de Comercio confirmaron la cifra de en torno al 60 o 65 por ciento para Cuidados, pero explicaron que una parte de ese faltante se debe a menos provisión de aceite, azúcar y leche por el conflicto bélico. En paralelo, contaron que los controles se hacen en el área del AMBA y que, algunos otros productos como la harina, tenían bajos niveles de provisión pero desde la creación del fideicomiso en Precios Cuidados "los niveles están subiendo".
"Son todas las marcas parejo, quizás las grandes un poco más", apuntó a este diario un referente de los comercios del interior, al tanto de la operatoria para no abastecer. Algo similar, pero a menor volúmen, pasa en los comercios chicos que se niegan a tomar listas con aumentos. Pero el síntoma general del desabastecimiento se ve en los híper, donde algunos están optando, para exhibir las maniobras de los proveedores, mostrar la góndola vacía de los productos que no se entregan o bien poniendo un cartel explicando que ese producto falta porque no lo abastece la marca.
Vale decir, también, que el ardid de muchos productores es especular con que, desde el 7 de enero pasado, Precios Cuidados pasó de ser una Resolución de la secretaría de Comercio a un acta acuerdo, que si bien incluye actualización y no omite sanciones por incumplimiento, no tiene impresa la Ley de Abastecimiento como sí pasa con la Resolución. En ese escenario, los fabricantes eligen incumplir en el canal formal aún sabiendo que, allí, hay un volúmen de demanda muy fuerte de Cuidados y pueden vender más por cantidad.
El problema, según cuentan, radica en que los grandes supermercados explican sólo un poco menos del 25 por ciento del consumo total. Es decir, casi 8 de cada 10 argentinos compran por fuera de las referencias. En esos lugares, no sólo pueden remarcar precios fuerte, sino que además se enfrentan a comerciantes con mucha menos espalda para pelear contra listas de productos con aumento. Ergo, colocan el producto casi seguro, a riesgo de que el comercio no cuente con otra provisión.
De este modo, hay diferencias de entre 30 y 40 por ciento entre los supermercados y los comercios de cercanía o supermercados chinos. A lo que se suma otro fenómeno: como los proveedores vieron que los comercios más chicos compraban cantidad en los híper, aprovechando el precio bajo o Cuidado, con el objetivo de revender más caro, bajaron el volúmen de provisión a los grandes para cortar con ese sistema. Así, perjudicaron además a los que eligen ir a los híper para comprar a Precios Cuidados.