El ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, manifestó ese sábado que su cartera tiene voluntad de "escuchar al sector" en relación al tractorazo de esta tarde en Plaza de Mayo.
"Si hay algún reclamo que tenga que ser atendido, lo vamos a atender y lo vamos a escuchar", declaró Domínguez desde Israel. "Escuchamos todos los reclamos", añadió desde Medio Oriente, adonde viajó con otros funcionarios del gabinete en misión de cooperación en materia tecnológica.
"Me corresponde a mí analizar si hay algún problema y trabajar para resolverlo", remarcó el ministro, que insistió que "si hay algún reclamo que valga la pena y una necesidad urgente, la atenderemos".
Domínguez subrayó, en diálogo con Clarín, que desde su Ministerio "tenemos una relación de trabajo permanente" con las entidades agropecuarias, al tiempo que se mostró contrario a la creación de un impuesto extraordinario para el campo. En tal sentido, remarcó que la "prioridad" es "el productor", dado que "lo hemos definido en la Argentina como la gallina de los huevos de oro"; y afirmó: "Yo he dicho hasta el cansancio que las retenciones no se van a aumentar".
A su vez, insistió en que "el productor argentino no captó la renta inesperada", porque la venta de la producción fue con precios previos a la escalada que generó la guerra entre Rusia y Ucrania y además "tiene que abordar la próxima cosecha con un costo del 60 por ciento de los fertilizantes, que están faltando en el mundo y que han tenido un incremento absolutamente inesperado".
El ministro apuntó que el país gastó 2400 millones de dólares el año pasado y que en 2022 se precisarán otros 1200 millones de dólares "para la misma cantidad de hectáreas", con el objetivo de "sembrar y fertilizarlas".
Finalmente evitó caracterizar la protesta de este sábado. "No me corresponde a mí hacer un análisis de las motivaciones", dijo.