París Saint Germain igualó 1 a 1 con Lens, Lionel Messi marcó un golazo y levantó los brazos para celebrar el 39º título de su carrera impar que incluye 37 con el Barcelona y la Copa América que logró el año pasado en Brasil con la Selección Argentina. El poderoso PSG ganó este sábado por décima vez la Ligue 1, pero el título se parece demasiado a un simple premio consuelo para los jugadores, los hinchas y sobre todo, para la familia real de Qatar que sembró Europa de millones con tal de conseguir la Champions League.
Ese objetivo tan ambicionado se escapó demasiado pronto y sigue siendo tan grande la decepción que ni siquiera el campeonato ampliamente logrado, con 16 puntos de ventaja y a cuatro fechas de su finalización, puede apagarla. Los rumores son cada vez fuertes e indican que cuando se acabe la actual temporada, el técnico Mauricio Pochettino dejará su cargo y serán puestos en venta varios jugadores del actual plantel, entre los que se menciona a los argentinos Leandro Paredes, Angel Di María y Mauro Icardi.
La idea sería encarar una profunda renovación y volver a apostar con mayor fuerza por la Champions para la temporada 2022/23. Siempre y cuando Kylian Mbappé acepte firmar el contrato más importante del fútbol europeo y no se vaya al Real Madrid, donde dicen que ya tiene todo arreglado. Messi no figura en ese recambio. El supercrack rosarino, quien ahora es ovacionado por los mismos hinchas que lo abuchearon luego de la eliminación de la Champions a manos del Real Madrid, no tuvo una temporada como tantas que entregó en el Barcelona: aportó apenas 4 goles de los 76 que hasta aquí ha marcado el PSG y jugó sólo 22 de los 34 partidos de la Liga.
La brillantez de Mbappé (goleador de la campaña con 22 tantos y el jugador más determinante) y los 35 años que cumplirá el próximo 25 de junio obligaron a Messi a redefinirse más como armador que como llegador, arrancando desde más atrás, repartiendo juego y pisando menos el área. De todas maneras, cuando lo hizo marcó diferencias: ante Lens con un potente remate de zurda, colocó la pelota lejos del alcance de Jean-Louis Leca y puso el 1-0 en el minuto 21 del segundo tiempo.
Poco después de ese gol, a los 30 minutos, unos 300 miembros de la barra de PSG cumplieron con su promesa y se retiraron del estadio Parque de los Príncipes para celebrar en las afueras a modo de protesta por la temprana eliminación en la Champions League. Una llaga que sigue ardiendo y que ni siquiera este título de campeón de Francia parece poder apagar.