El senador de la alianza macrista-radical Martín Lousteau manifiesta una enfática oposición al proyecto del bloque del Frente de Todos de crear un fondo para pagar la deuda con el FMI con dólares capturados de capitales no declarados localizados en el exterior. En la jornada del martes pasado, cuando se debatió en comisión, insistió con que la AFIP puede ir en búsqueda de esos capitales sin necesidad de contar con esa ley.
Para reafirmar esta posición, uno de los expositores propuesto por su bancada fue Jimena de la Torre (abogada que acaba de ingresar en el cuestionado Consejo de la Magistratura por una lista macrista), quien hizo observaciones críticas al proyecto hasta descalificarlo con la frase "no sirve para nada", al tiempo de elogiar la labor realizada por la AFIP de Macri cuando ella fue funcionaria del organismo de recaudación.
Como no era un espacio de debate entre expositores –además a mi turno al momento de exponer, ella y Lousteau junto a casi todo el resto de las y los senadores de la oposición seguramente tenían otra cosa más interesante que hacer y no estaban en el salón-, resulta necesario señalar que lo que pide Lousteau lo está haciendo la actual conducción de la AFIP, tarea que en cambio se había desatendido en la anterior gestión en la cual participó De la Torre, convocada a criticar el proyecto de avanzar sobre contribuyentes que tienen capitales no declarados en el exterior.
Que la AFIP haya afilado los mecanismos para capturar esos recursos no significa que no pueda ser respaldada con una ley para incrementar la percepción de riesgo, concepto clave de la administración tributaria, y que estos fondos sirvan específicamente para aliviar la carga insoportable sobre la economía de un crédito+programa con el FMI.
Por si les interesa a las y los lectores, comparto mi intervención en ese plenario de las comisiones de Legislación General y Presupuesto del Senado:
La AFIP de Macri miró para otro lado
A lo largo de los últimos dos años la AFIP, bajo la conducción de Mercedes Marcó del Pont, comenzó a analizar los reportes oficiales remitidos anualmente como parte de los mecanismos previstos por el G20 y la OCDE para identificar capitales no declarados en guaridas fiscales.
Esta tarea no fue sencilla porque no sólo tuvo que establecer criterios y construir los sistemas para analizar la información, sino que tuvo que revitalizar y recomponer los equipos técnicos especializados en fiscalización internacional, que durante la AFIP de Macri habían sido puestos a hibernar.
Las áreas especializadas no contaban con herramientas tecnológicas que permitieran explotar la información en forma sistémica.
Estos cambios dieron lugar a que la información recibida se constituya en un aporte para la tarea de fiscalización y control global del organismo recaudador. Esto significa que la información no se utilizó en forma aislada por el área de fiscalidad internacional, sino que se incorporó a cualquier otra investigación para mejorar la eficiencia de los procesos de recaudación.
La diferencia entre utilizar o no la información recibida
La utilización de la información sobre cuentas financieras de argentinos en el exterior, tarea que desatendió la AFIP de Macri, le permitió a la actual gestión recaudar más de 766 millones de pesos. Es poco dinero del total estimado de capitales no declarados pero es una muestra de que se los puede encontrar si existe voluntad política, capacitación de inspectores y mecanismos tecnológicos para detectar la evasión.
Los datos utilizados para cobrar impuestos evadidos a empresas e individuos provinieron de más de 90 países que comparten sus registros en forma automática como parte de un mecanismo global de intercambio de información sobre colocaciones bancarias.
En 2020, la gestión de Mercedes Marcó del Pont comenzó a analizar y procesar las bases de datos sobre cuentas de argentinos en el exterior correspondientes a 2016 y 2017. Después de analizar más de 3600 casos referidos a esos años, las distintas áreas del organismo identificaron irregularidades en 577 casos que permitieron recaudar esos más de 766 millones de pesos en impuestos evadidos. Todavía existen unos 1600 casos en proceso de fiscalización.
Datos de 600 mil cuentas de argentinos en el exterior
Los resultados de estas investigaciones no se limitan a la mejora en los ingresos tributarios inmediatos, sino que redundan en la ampliación de la base imponible de Bienes Personales, uno de los impuestos más progresivos del sistema local.
A diferencia de la información fragmentada y el recorte sesgado de casos que ofrecen las megafiltraciones de información financiera, como los recientes Pandora Papers, Argentina recibe anualmente datos personales completos de los titulares de las colocaciones bancarias e información precisa sobre las cuentas como el número, el saldo a fin de año y los intereses acreditados.
Son cientos de miles de registros bancarios que, a partir de parámetros objetivos y cruces de información, decantan en un universo de casos para ser investigados.
Las áreas especializadas de la AFIP abrirán en estos meses las investigaciones correspondientes a 2018 y 2019. Son paquetes enormes de información recibida de más de 100 jurisdicciones sobre unas 600.000 cuentas financieras de argentinos en el exterior.
La deuda con el FMI no es igual al resto de la deuda
Otra interpelación de miembros de la oposición al cuestionar el proyecto oficial refiere a por qué no se incluye en el fondo para pagar la deuda con el FMI al resto de la deuda pública en dólares. Es lo que mencionó el expositor Andrés Edelstein, secretario de Ingresos Públicos en 2017/2018 durante la gestión del ministro de Economía Nicolás Dujovne en el gobierno de Mauricio Macri.
Del mismo modo que los principales economistas que hoy asesoran a los candidatos de Juntos por el Cambio confunden deuda emitida en pesos con la que se hace en dólares, diciendo que es lo mismo, en este caso repiten la misma debilidad conceptual en la comprensión acerca de cómo funcionan las finanzas públicas respecto a los condicionamientos de diferentes pasivos públicos.
La deuda con el FMI es mucho más onerosa para la economía doméstica que la colocada en el mercado financiero local e internacional.
Si bien históricamente los préstamos del Fondo devengaban una tasa de interés más baja que la exigida por el mercado de capitales, hoy, sin acceso al crédito voluntario, el costo más la sobretasa (en total, poco más del 4 por ciento anual) es superior al de los bonos reestructurados.
Pero si incluso fuese nominalmente más baja, como sucedió en otros momentos, el FMI es un acreedor privilegiado que no acepta quitas de capital, ni reducción de la tasa de interés ni extensión de plazos de pagos, como sí se puede conseguir en refinanciaciones posteriores al default con acreedores privados.
El otro aspecto fundamental es que un préstamo con el Fondo exige firmar un programa con exigencias macroeconómicas cuantitativas y cualitativas, además de compromisos de reformas estructurales regresivas.
Entender estas sustanciales diferencias permite concluir en la necesidad de cancelar lo antes posible el crédito con el FMI, y si se lo hace con recursos capturados de capitales no declarados localizados en el exterior implicaría además un avance en la equidad tributaria y en el reparto del costo socioeconómico del peso de la deuda en moneda extranjera.
El problema de capitales no declarados ocultos en guaridas fiscales es mundial
La existencia de capitales no declarados en guaridas fiscales no es un problema exclusivo de Argentina, y tampoco lo es el debate sobre qué hacer propuesto por el Frente de Todos en el Senado.
Existe una corriente internacional cada vez más intensa que está poniendo el foco en los capitales no declarados al fisco y ocultos en guaridas fiscales.
En esta instancia aparece el interrogante sobre cómo detectar esos capitales. El primer paso es manifestar voluntad política de querer ir a buscarlos.
Otro dato relevante es que en las guaridas no sólo se ocultan grandes fortunas de familias, sino también una porción relevante de las ganancias de multinacionales. En ese sentido, la AFIP y el Internal Revenue Services (el organismo de recaudación de Estados Unidos) rubricaron un acuerdo que permite al país acceder en forma automática a información sobre las multinacionales estadounidenses.
El acuerdo garantiza que la autoridad tributaria argentina reciba datos estratégicos sobre cómo operan las grandes empresas para hacer el análisis de riesgo y evitar maniobras abusivas en materia de precios de transferencia (operaciones intrafirma). Este es uno de los principales canales de desvíos de ganancias, que en gran parte se giran a guaridas fiscales.
Carta abierta a los líderes del G20
Como se mencionó, los capitales no declarados girados a guaridas fiscales deterioran la base imponible de los Estados. Las potencias occidentales que salieron al rescate de grandes empresas y bancos en la crisis de 2008 y en la última de la pandemia en 2020/2021 admiten ahora la necesidad de fortalecer a los Estados con recursos impositivos.
Tras este objetivo avanzan con el proyecto de recortar el poder de las guaridas fiscales y recuperar de ese modo recursos fiscales. En esa línea se inscribe el acuerdo para cobrar una sobretasa del impuesto a las ganancias a las multinacionales a partir de 2023, definido en el último encuentro de presidentes del G20, en Roma.
La Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, integrada entre otros por José Antonio Ocampo, Gabriel Zucman, Jayati Ghosh, Joseph Stiglitz, Irene Ovonji-Odida, Thomas Piketty, publicó una carta abierta a los líderes del G20 con el siguiente título: "Ha llegado la hora de crear un registro global de activos para detectar la riqueza oculta".
Indican que desde el comienzo de la pandemia, los 10 hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas, mientras que ha surgido un nuevo multimillonario cada 26 horas. Sin embargo, dicen, a menudo es imposible saber dónde está gran parte de esta riqueza, pues mucha se oculta a través de elaboradas estructuras para evitar el pago de impuestos o para esconder el dinero generado por actividades ilegales.
Crear un registro global de activos
En esta carta abierta se menciona que la extrema concentración de la riqueza está socavando principios democráticos y, cuando algunos de esos ultrarricos utilizan su poder para evadir sus obligaciones fiscales, privan a los Estados de recursos y empobrecen al resto de la sociedad.
Aunque se han producido algunos avances en los últimos años, como la introducción del intercambio multilateral y automático de información sobre cuentas financieras y los registros nacionales de beneficiarios reales, los expertos sostienen que queda mucho por hacer para arreglar el sistema financiero internacional que actualmente está sesgado a favor de los ricos que no pagan los impuestos que les corresponden y de otros que quieren ocultar sus ganancias mal habidas.
Proponen la creación de un registro global de activos, para vincular todo tipo de activos, empresas y otras estructuras jurídicas, no al propietario legal, que a menudo es solamente una fachada, sino al beneficiario final, la persona que realmente los posee.
En esa tarea no se parte de cero: a pesar de la magnitud de la riqueza oculta, la infraestructura de recopilación de datos existente incluye herramientas potencialmente potentes para la transparencia.
Se necesita voluntad política
Crear un registro global de activos es técnicamente posible. Lo que falta es la voluntad política de avanzar sobre las guaridas fiscales y el secretismo, tanto onshore como offshore.
La idea propuesta requiere de una red que interconecte todos los registros nacionales de activos de todas las diferentes formas de riqueza que puede poseer un individuo donde ya existen. ¿Qué tipo de activos? Además de los bienes inmuebles, las cuentas bancarias, las cajas de seguridad, los fideicomisos y otros tipos de estructuras legales, podrían incluirse los valores financieros, los criptoactivos, obras y colecciones de arte, joyas, yates, aviones, otros artículos de lujo, e incluso los activos intangibles, como la propiedad intelectual y las marcas comerciales. Es una información que puede recopilarse primero a nivel nacional, luego regional y después mundial.
Un registro global de activos es fundamental para romper el muro de opacidad que impide la aplicación de las leyes fiscales. Además al proporcionar un recurso global centralizado que detalla quién posee, qué y dónde lo posee, esta herramienta proporcionaría un medio para registrar, medir y comprender la distribución de la riqueza global y, por tanto, daría a los gobiernos y a los ciudadanos un conocimiento profundo y detallado de la desigualdad global.
El proyecto de ley que comenzará a ser debatido en el recinto del Senado, que la oposición ha manifestado que rechazará, se encuentra en ese mismo sendero de búsqueda global de la equidad tributaria y de la transparencia financiera.