La policía -y toda su cadena de autoridad hasta el Ministro de Seguridad- quedó el último jueves en medio de una feroz tormenta de incumplimientos e irresponsabilidades luego del allanamiento de los fiscales de Criminalidad Organizada a la sección Balística de la Jefatura, tras detectarse que -hasta ahora- cinco armas secuestradas en un operativo en Empalme Graneros estaban con su numeración intacta en manos de delincuentes, cuando debían estar bajo custodia dela fuerza. Sin embargo habían sido vendidas por un efectivo que hace solo dos meses llegó a la sección dedicada a las pericias, por las que habría recibido una moto y dinero en efectivo. La historia comenzó a develarse cuando el joven detenido por tenerlas en su poder, Lautaro Greco, se exhibió en redes sociales con el arsenal, un total de once armas de distintos calibres . Ahora queda por revelar las responsabilidades de los verdaderos custodios: "De acá faltan a simple vista , más de mil armas. Yo te aseguro que en este montón no hay 3.600 armas como debería haber según los registros", le dijo a este cronista uno de los principales investigadores. Ahora los fiscales Matías Edery y Luis Schiappapietra junto a la fiscal regional María Eugenia Iribarren, quieren tener los números finales sobre sus escritorios, para establecer cuantas armas faltan.
La historia del arsenal de Empalme comienza cuando se le pide a la Dirección de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal de la Policía de Santa Fe que releve información acerca de los domicilios donde podría haber armas de fuego en la zona norte y oeste de la ciudad, debido a la gran cantidad de hechos ocurridos en los últimos tiempos en Empalme Graneros y Ludueña.
Esta uno tiene a dos bandas enfrentadas: la de Francisco Riquelme, alias Fran Riquelme, imputado y con prisión preventiva por el intento de asesinato a Mariana Ortigala, testigo en el juicio oral y público que está realizándose en este momento donde está imputado Esteban Lindor Alvarado. Riquelme tiene vínculos con Yanina Alvarado, hermana del líder narco, quien termino también presa tras una serie de allanamientos.
En este contexto, luego de la detención de Riquelme y Yanina Alvarado, entró en escena Lionel “Larva” Fernández, relacionada con los integrantes del pabellón 8 de Piñero donde habitan internos vinculados a Los Monos, y quien fuera asesinado hace solo unos días cuando arreglaba su camioneta en la calle. Con el fin de buscar las armas de fuego involucradas en estos hechos es que se le solicitó a la Agencia de Investigación Criminal que releve información para hallar las armas de fuego.
Hasta ahora cinco de esas armas debían estar en la Jefatura de Policía de Rosario, en Ovido Lagos al 5200, en un área que si bien tiene responsabilidad directa el cuerpo policial, para muchos debe ser compartida con el Ministerio Público de la Acusación, que es quien les envía las armas para ser peritadas. En esta linea en Octubre de 2020 el propio ministro de seguridad Marcelo Sain le hizo llegar al fiscal general Jorge Baclini un informe detallado que daba cuenta que la sección Balística funcionaba de un modo "sui generis". Había entonces 2.250 armas. Hoy debería haber 3.600.
Según pudo saber este cronista , el numero de armas de fuego que circulan por esta ciudad con capacidad de cometer delitos, no supera las dos mil unidades. Por eso toma dimensión la enorme cantidad de armamento que estaría faltando de la Jefatura.
Si los responsables de cuidar el armamento que habían peritado las vendían o las alquilaban para cometer delitos, se va a dilucidar en los próximos tiempos. Lo cierto es que estas cinco armas fueron vendidas por un joven agente que hace solo dos meses había ingresado a Balística, que antes había estado en Comando, y que hace poco tiempo ingresó del ISEP, la escuela de policía.
Para empear las armas incautadas estaban en Garzón al 900 bis, a cargo del detenido Greco, quien se las estaba cuidando a su cuñado, que " se las había comprado a un policía" segun declaró en la imputativa del viernes.
Tras esa afirmación los mismos fiscales ordenaron la detención de un policía J.B. de 21 años, a quien se le secuestró una moto con los guarismos alterados ,a si como 300 mil pesos en efectivo y una gran cantidad de balas.
En el fondo , tal vez la falta de controles cebó mucho a los policías que hacían uso y abuso de su rol de custodios del armamento, y terminaron entregando una pistola Glock calibre 45 sin limarle la numeración. El arma había sido incautada en marzo, y sobre el delito cometido se concretó un juicio abreviado en abril. Es decir que es reciente la venta. Cebados por la impunidad, cometieron el error.
Finalmente hay que decir que esta situación con extremos como los del momento, de armas apiladas sin seguridad alguna, viene repitiéndose en los últimos quince años, según reconocieron los investigadores a este cronista. Mucho tiempo por el que pasaron distintos jefes policiales y ministros de seguridad como para mirar para otro lado.