Cuando se habla de bosques de arrayanes inmediatamente se nos viene a la mente la Patagonia y el lago Nahuel Huapí. No obstante, Catamarca tiene su propio bosque de arrayanes aunque, claro está, con bastantes diferencias con el que crece en el sur del país. Aunque a nivel mundial no se trata de una especie en peligro, los que habitan los bosques catamarqueños sí y según señala el biólogo Gonzalo Martínez, debería ser considerado como “intocable”.
“La especie de arrayán nativa de la patagonia no es la misma que la que tenemos en Catamarca. Eso sí, ambas pertenecen a la misma familia, la de las mirtáceas. La especie del sur del país es Luma apiculata, mientras que la catamarqueña es Myrcianthes mato. Lo cierto es que los nombres comunes son muy variables de una región a otra. Muchas especies son conocidas como arrayán dependiendo la zona en la que nos encontramos”, contó Martínez a Catamarca/12.
El arrayán norteño (también conocido como horco mato) habita también en Jujuy, Salta y Tucumán, pues se trata de una especie endémica de la ecorregión yungas que tiene preferencia por zonas montañosas altas, frescas y muy húmedas. Es un habitante esencial de los bosques andinos tropicales y subtropicales de Sudamérica.
Catamarca tiene una amplia distribución. Además de en la localidad de Concepción, en el departamento Capayán, se lo encuentra al este del departamento Andalgalá y en los departamentos Ambato, Paclín y El Alto, en algunas zonas formando bosquecillos y en otras de forma aislada. “El bosque de arrayanes de Capayán forma parte de los últimos relictos de yungas que tenemos por el lado de la sierra Ambato, o sea, son los bosques yungueños más australes que se desarrollan por dicha sierra”, cuenta el biólogo.
El arrayán norteño, no es un árbol de gran porte, pues tiene una altura entre 5 y 15 metros aproximadamente. Posee frutos comestibles, muy codiciados por las aves. Como parte de la familia de las mirtáceas una de sus características es que el tronco es liso y colorido. "A diferencia del sureño, no tiene una corteza tan lisa, por lo que los musgos y líquenes, entre otras especies epífitas, se le adhieren y logran taparlo. Aun así, la magia de estos bosques es única y se disfrutan notablemente”, dijo.
A menudo los arrayanes están acompañados por otras especies yungueñas, como el sauco y el pino del cerro, ya que habitan en lo que se conoce como distrito de “bosque montano de yungas”. También se lo puede encontrar en el distrito de “selva montana”. Una de sus principales funciones es que actúan como protectores de las cuencas altas de muchos ríos y arroyos.
Si bien a nivel internacional el arrayán es considerado como “preocupación menor”, según los estudios del estado de conservación publicados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), “en Catamarca se la puede considerar como amenazada, ya que no se trata de una especie tan abundante y no existen áreas naturales protegidas que la conserven intacta. De hecho, según el mapa de ordenamiento territorial de los bosques nativos, la ley de bosques lo tiene que proteger bajo categoría unoque sería la de intocable, algo que esperemos se respete cuando se hagan obras viales o de cualquier índole”, concluyó el biólogo.