“Malvinas nos une”. Ese es el lema que atraviesa el ciclo “Cine y Soberanía. Malvinas. 40 años, 40 películas”, organizado por la Casa de la Provincia de Tierra del Fuego, el Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y la Fundación Octubre. La presentación oficial se llevará a cabo en la Casa de Tierra del Fuego (Sarmiento 731) el martes 26 a las 14 y contará con la participación de autoridades institucionales (Maximiliano D’Alessio, Ariel Pfurr y Ariel Castiglione), productores del ciclo (Martín Rodríguez, Eduardo Raspo y Paula Erlich ) y cineastas (Sandra Gugliota y Miguel Mato). La programación podrá verse todos los martes de mayo en Caras y Caretas (Sarmiento 2037) con entrada libre y gratuita, y continuará en la Plataforma Octubre TV del 1° de junio al 30 de noviembre.
La programación inicia formalmente el martes 3 de mayo en Caras y Caretas con la presencia de la directora del ciclo, Paula de Luque, junto al equipo de producción, personalidades del campo cultural y político, y representantes del Grupo Octubre. Consultada por Página/12 sobre el rol del cine a la hora de repensar la historia, De Luque sostuvo: “Es fundamental. La historia que conocemos, la conocemos siempre a partir de los relatos. Eso que llamamos historia es el reflejo de múltiples relatos sobre un tiempo y sus complejidades. El cine asume el lugar y el fundamento de la memoria, del testimonio, de la ideología, del punto de vista. El cine garantiza que aquello que cuenta se constituya como el relato fiel de un tiempo determinado”.
Con respecto a la programación, la directora explicó que “está pensada desde la diversidad, porque la guerra por la soberanía es también la aceptación de todas las miradas. Por eso están reflejados los múltiples puntos de vista. ¿Qué es la soberanía en el cine? La posibilidad de narrar en primera persona, es decir, relatos argentinos sobre nosotros para contarnos y reconocernos en aquello que contamos”. La primera proyección será Nosotras también estuvimos (Federico Strifezzo, 2021), documental que tiene como protagonistas a Alicia Reynoso, Stella Maris Morales y Ana Masitto, tres enfermeras que participaron en la guerra desde el Hospital Reubicable de Comodoro Rivadavia.
El martes 10 a las 17 se exhibirá Huellas en el viento (Sandra Di Luca, 2008), un documental que narra el viaje de regreso de ocho ex soldados argentinos 25 años después del conflicto. A las 19 será el turno de Desobediencia debida (Victoria Reale, 2010), donde por primera vez habla frente a cámara el único prisionero británico retenido por la dictadura militar hasta un mes después de haber finalizado la guerra (quien dirige es la hija del médico argentino que le curó las heridas producidas al eyectarse de su avión Harrier). Y a las 21 se presentará El visitante (Javier Olivera, 1999), una ficción protagonizada por Julio Chávez con guion escrito por su director y José Pablo Feinmann que aborda la historia de un ex combatiente a quien se le aparece el espíritu de su mejor amigo muerto en la guerra y, obsesionado por haber muerto virgen, le pide prestado su cuerpo.
También podrán verse películas de carácter más ensayístico que analizan el rol de los medios de comunicación durante esos meses. Sobre esta cuestión, De Luque señaló que “el punto es quién cuenta, cómo lo mira, desde qué intereses se cuenta la historia, con qué fines. Los medios de comunicación fabrican los relatos de acuerdo a su ‘línea editorial’. Así funciona el mecanismo de la comunicación. Es por eso que el cine tiene un valor enorme como equiparador de aquellos relatos construidos con determinados objetivos. El cine es arte pero además es el único lenguaje capaz de contrarrestar cualquier discurso hegemónico”.
En esa línea se ubica Estamos ganando. Periodismo y censura en la Guerra de Malvinas (Roberto Persano y Elena Ciganda, 2005), un análisis sobre el rol del periodismo durante el conflicto bélico y los modos en que la adhesión a la causa por parte de los medios posibilitó 74 días de ficción triunfalista. Operación Chocolate (Silvia Maturana y Carlos Castro, 2022) recupera una historia publicada por la revista Gente: Gustavo Vidal, un niño de 7 años que envió una barra de chocolate con una carta para los soldados y nunca llegó a destino, pero terminó en las manos de una chica que denunció la estafa de las autoridades. El film de Persano y Ciganda se verá el martes 17 a las 17 y el de Maturana y Castro a las 19. Mientras que a las 21 podrá verse 1982 (Lucas Gallo, 2019), documental que se vale del uso de fragmentos de los programas de TV 60 Minutos y 24 Horas por Malvinas para abordar la campaña mediática que impulsó la Junta Militar Argentina.
El martes 24 a las 17 será el turno de Buenas noches Malvinas (Ana Fraile y Lucas Scavino, 2021), que reconstruye los recuerdos de Dalmiro Bustos y Elena Noseda cuando su hijo mayor Fabián fue enviado a combatir a las Islas, junto a cientos de soldados conscriptos. El mismo día a las 19 se presentará Falklinas (Santiago García Isler, 2021), documental que narra las historias de cinco civiles a quienes el conflicto les cambió la vida para siempre. Y a las 21 podrá verse otra ficción, Ni héroe ni traidor (Nicolás Savignone, 2018), que aborda la historia de Matías (Juan Grandinetti), un joven que acaba de terminar la colimba y sueña con irse a estudiar música a España hasta que se declara la guerra y es convocado a luchar.
El cierre del ciclo tendrá lugar el martes 24 a las 19 con la proyección de Iluminados por el fuego (2005), largometraje dirigido por el actual ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y basado en el libro homónimo del periodista y ex combatiente Edgardo Esteban. El film narra los recuerdos de Esteban Leguizamón (Gastón Pauls), un hombre de 40 años que con tan sólo 18 fue llamado a pelear como soldado recluta; a partir del intento de suicidio de uno de sus compañeros, revive las experiencias en el campo de batalla. Al finalizar habrá una charla con personalidades destacadas de la cultura junto a De Luque.
La directora considera que la perspectiva histórica siempre es más rica que la cercanía: “En la técnica cinematográfica, cuando uno aleja un poco la cámara, el foco se establece de manera más nítida –explicó–. Las cosas siempre se ven más claras a cierta distancia. A 40 años de Malvinas podemos entender a través de las películas la verdadera complejidad de lo que significó aquella guerra. No hay un solo punto de vista y un ciclo como este lo demuestra”. También destacó que el cine y el concepto de soberanía están muy ligados porque “el cine es la expresión cultural más contundente de un pueblo” y aseguró que se trata de “ser los dueños de nuestros relatos y contar nuestra propia historia. No se puede hablar de soberanía geopolítica si no se habla de soberanía cultural”.
* Todo el ciclo es con acceso libre y gratuito, tanto en la sala Caras y Caretas como en la Plataforma OctubreTV.