La ultraderechista Marine Le Pen admitió este domingo su derrota frente a Enmanuel Macron en la segunda vuelta de las presidenciales francesas, pero denunció "métodos desleales" y consideró que sus resultados, que según las proyecciones le sitúan por encima del 40 por ciento de los votos, "son una victoria en si misma" para la Agrupacion Nacional. Le Pen no especificó, sin embargo, ninguno de los "métodos desleales" a los que aludía, y se limitó que indicar que son "iguales a los que sufren los ciudadanos cotidianamente"
"En esta derrota veo una forma de esperanza. Este resultado representa para nuestros dirigentes y para los dirigentes europeos un desafío que no pueden ignorar, así como la aspiración de un gran cambio", dijo Le Pen en una declaración pocos minutos después de conocerse las proyecciones de voto. La referente de la derecha anunció que "no va a abandonar y que va a liderar la campaña de las legislativas el próximo mes de junio para tratar de unir a toda la oposición" al presidente reelegido, Emmanuel Macron.
Lo justificó al decir que "el riesgo de que Macron se haga con todos los resortes del poder Ejecutivo y Legislativo es elevado" a causa del sistema mayoritario que favorece al presidente para volver a conseguir una mayoría en la Asamblea Nacional. Su intención para evitarlo es que su partido, la Agrupación Nacional (RN), trabaje "para unir a todos los que, vengan de donde vengan, quieran juntar sus fuerzas contra Emmanuel Macron".
De la campaña ahora finalizada, se felicitó de que "las ideas que representamos hayan llegado a su nivel más alto en esta segunda vuelta de las presidenciales pese a dos semanas (de campaña) de métodos desleales y violentos". Aunque, claro está, que no detalló ninguna de las denuncias que hizo en la conferencia de prensa.
Como cierre, auguró un futuro negativo para el mandatario que se quedará cinco años más en el Palacio del Elíseo: "Macron no hará nada para reparar las fracturas que dividen el país y que hacen sufrir a nuestros compatriotas".