“¿Vos sos un psicópata?”. La pregunta apareció en un momento del primer episodio de la tercera temporada de Barry (el domingo 24 tuvo su estreno por HBO y HBO Max, cada domingo un episodio). La respuesta, tan obvia como retorcida, es parte del encanto de esta entrega acerca de un asesino a sueldo (Bill Hader) con búsquedas artísticas y una tremenda crisis vocacional. Lo que en 2018 se presentó como una comedia muy ácida sobre el mundillo de la actuación, ahora es una brújula que apunta indistintamente a varios géneros (tragedia, thriller, humor negro y policial). El resultado es tan perturbador e hipnótico como la mirada vacía del sicario que quiere ser actor.
Creada por el propio Hader y Alec Berg (Silicon Valley), la ficción se sumerge en unas napas más profundas desde lo argumental y en la mentalidad de sus personajes. El ovillo de la trama parte de los avances de la investigación policial en relación al rotagonista. Uno de los que conoce el expertise de Barry es Gene Cousineau (Henry Winkler): el profe de teatro cuya pareja fue asesinada por el hitman y anda con deseos de venganza. En el medio, está el romance de Barry con Sally (Sarah Goldberg) y los aprietos con la mafia chechena comandada por NoHo Hank (Anthony Carrigan). Esta hija no reconocida de Breaking Bad tiene su cuarta temporada asegurada.