Página/12 en Israel
Desde Tel Aviv
"Agua del aire, agua del aire, quién quiere agua del aire", el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, repartía, divertido, vasos a sus colegas. La delegación que está de visita en Israel recorría una empresa que vende máquinas que, justamente, produce agua a partir del aire, usando solo energía eléctrica o solar. El lunes fue, para la comitiva argentina que encabeza el ministro del Interior, Wado de Padro, un día dedicado al agua. Por la mañana, estuvieron en en la empresa estatal de agua de Israel, Mekorot. Allí, Diego Berger, que es argentino, recibido en la UBA y coordina los proyectos internacionales de la compañía, explicó las bases de la gestión del agua en un país donde cada gota cuenta. Habló de algunos de los pilares que sostienen esa administración. Uno de ellos es la ley que establece que todas las formas de los recursos hídricos pertenecen al público y deben ser administrados por el Estado. Otro es que la gestión es centralizada a través de la Autoridad del Agua. Cuando terminó la charla, De Pedro anunció que junto al Consejo Federal de Inversiones (CFI) ya tiene preparado un borrador de un proyecto de ley que sigue el consejo israelí: centralizar la gestión del agua en Argentina. “La idea es generar una mesa de gobernadores para pensar sobre el proyecto, que se hagan modificaciones y presentarlo como una ley acuerdo. Es una iniciativa federal”, especificó luego en una charla con los periodistas que siguen la gira.
Mekorot, la empresa de agua israelí, es tan importante para el país que fue fundada en 1937, once años antes que el Estado de Israel. Allí, específicamente a la planta de filtrado Eshkol, en Galilea, llegó el lunes por la mañana la comitiva argentina que incluye a siete gobernadores y representantes de dos provincias. También estaban el vicejefe de Gabinete, el tucumano Jorge Neme, el titular del CFI, Ignacio Lamothe y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez. Todos estaban a cara destapada, ya que el barbijo dejó de ser obligatorio en Israel, incluso en lugares cerrados. Se ven pocos signos de la pandemia en el país, aunque para ingresar hay que traer un test de PCR y realizarse otro en el mismo aeropuerto.
Dicen que Israel hizo del desierto un vergel y Berger contó cómo administran el agua para lograrlo. "Hidropolítica" fue una de las palabras clave en su exposición. La gestión de los recursos hídricos no es una cuestión técnica. Israel tiene tecnología e innovación --reusa el 85 por ciento del agua, hay grandes plantas desalinizadoras-- pero las decisiones políticas son lo más importante. "Hay dos cosas que acá no cambian gobierno quién gobierne: la política sobre el agua y la de Defensa", afirmó.
Durante la exposición en Mekorot, Neme señaló que el problema de Argentina no es la escasez sino que lo que se necesita es ampliar la producción. La experiencia israelí muestra que una misma superficie con riego eficiente puede triplicar la producción.
Domínguez, mate en mano, apuntó que en los años 90 se dio un proceso inverso al que propone Israel porque la gestión del agua se descentralizó y pasó a estar a cargo de las provincias. Mencionó que, además, eso trae problemas interjurisdiccionales. Por ejemplo, el lunes se habló varias veces el conflicto entre La Pampa y Mendoza por el río Atuel, que llegó hasta la Corte Suprema.
De Pedro, entonces, anunció su intención de recentralizar la gestión del agua. La idea, si se sigue el ejemplo israelí, es que un organismo se ocupe el consumo doméstico, industrial y agrícola y defina las prioridades y obras de infraestructura. "Lo más importante es que se relacione la gestión del agua con la economía y con el federalismo --dijo por la noche De Pedro por la noche en una charla de funcionarios y gobernadores con los periodistas en el hotel-- Falta infraestructura en el interior y el gobierno nacional tiene que invertir. El gobierno de Cambiemos hizo las obras del Paseo del Bajo y la elevación del tren. Están buenas, pero está clara la priorización de un distrito. Obras importantes que se necesitaban en el interior no se hicieron, del Plan Belgrano que se anunció para el Norte no se hizo nada". El ministro aludió así también a la pelea por los puntos de la coparticipación que el gobierno de Mauricio Macri le aumentó a la Ciudad de Buenos Aires y que se están discutiendo en la Corte Suprema.
Neme aprovechó para recordar que durante la gestión presidencial de Cristina Kirchner él y Domínguez habían elaborado, a través del PROSAP (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales), un plan para hacer obras hídricas en el país que fue desmantelado por el macrismo.
La opinión de los gobernadores
Varios gobernadores que participan de la visita a Israel adelantaron su apoyo a la iniciativa adelantada por el ministro del Interior. La gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, aclaró que no está en discusión que los recursos sean provinciales sino cómo administrarlos. Sergio Uñac, de San Juan, dio su visto bueno y mencionó que su provincia sí tiene problemas de escasez, ya que su situación es equivalente a las zonas más secas de Israel. Jalil relató que en Catamarca está impulsando a nivel provincial un proceso similar, para unificar la gestión del agua que se usa para el consumo, la industria, la producción y la minería. El gobernador radical de Mendoza, Rodolfo Suárez, fue el que más resistencia puso. Se mostró escéptico sobre la iniciativa y afirmó que, por el contrario, él es partidario de descentralizar.
En Israel la Autoridad de Agua está integrada por representantes de todos los ministerios que intervienen de alguna manera en el tema pero tiene un director ejecutivo que finalmente toma las decisiones. "Hace un año estamos analizando esta idea, estudiamos también las experiencias de Australia y Canadá", señaló el ministro a Página/12. Esta propuesta, cree, ayudaría a resolver los conflictos interprovinciales. "Que los técnicos nos digan cuál es la mejor solución, que no sean tironeos políticos. Argentina tiene que empezar a resolver problemas en serio y hay tecnología que nos puede decir cómo resolverlo mejor para la gente. Estamos encarando los problemas estructurales, poniendo el foco en lo que nos une y no en lo que nos diferencia", afirmó.