Un nutrido grupo de trabajadores de la Orquesta de Cámara Municipal de Rosario, del Ensamble Municipal de Vientos de Rosario, del Quinteto Municipal de Cuerdas de Rosario y del Quinteto Municipal de Vientos de Rosario, se movilizaron ayer frente a la Secretaría de Cultura “con propósito de denunciar las condiciones de abandono, precarización laboral y vaciamiento de los organismos” que integran. Durante la jornada fueron recibidos por las autoridades de Cultura municipal , pero no obtuvieron respuestas directas y se acordó un nuevo encuentro para el miércoles, segun le dijo a Rosario 12 Edgardo Corradini quien estuvo acompañado en el encuentro por Fabricio Aguilar, por el gremio municipal. 

Frente mismo a la estación Rosario Norte y, con el apoyo del Sindicato de Municipales, uno de los integrantes del Quinteto de Cuerdas, Marcelo Ajubita, detalló que “desde antes de la pandemia, hubo integrantes de todos los organismos que se fueron jubilando y hay fallecidos”. Por ello, agregó Ajubita, “los organismos sin esa gente no pueden funcionar” y por eso piden la realización de concursos “para que esos cargos se efectivicen”.

Después de revelar que anteriormente le pidieron audiencia tanto al secretario de Cultura, Dante Taparelli, como al subsecretario del área, Federico Valentini, y no fueron atendidos, el músico señaló que “de parte de la Secretaría es una precarización absoluta porque lo que pretenden hacer son audiciones, que no son concursos, y contratar a gente que cada dos meses vaya rotando”. “Eso es inviable porque los organismos musicales, al integrar a alguien nuevo, tienen un mínimo de preparación para armar un repertorio, al menos un mes. Entonces si se arma un contrato cada dos meses con gente distinta ¿qué ocurre? Ensayás y no tocas”, especificó.

En igual sentido Ajubita que lo que quieren hacer es trabajar y remarcó que “siempre hubo problemas, pero que en otras gestiones no era una cosa tan brutal como ahora que entre todos los organismos, nos faltan quince integrantes”.

 

De igual modo el musico se quejó de que  “estos organismos son casi invisibles, la gente casi no sabe lo que hacemos”. Enseguida, relató que sin difusión, dan conciertos en hospitales, bibliotecas populares, escuelas (preferentemente de la periferia de la ciudad y en la Unidad Penal 6, entre tantas otras actividades que comprenden también los conciertos tradicionales.