La tapa del tríptico que repartió el municipio de Morón el fin de semana en un festival para jóvenes con recomendaciones para reducir los riesgos y el daño que puede causar el consumo de drogas aclara que está dirigido a consumidores: de alcohol, de marihuana o de cocaína. Pero increíblemente para dirigentes de la oposición –desde Diego Santilli hasta López Murphy, entre otros--, el folleto hace apología de las drogas. O no saben leer. O desconocen los alcances de las políticas de reducción de riesgos y daños que desde hace décadas llevan adelante países del Primer Mundo, advirtieron desde la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (ARDA), que asesoran al municipio de Morón en la campaña. A través de un comunicado publicado en Twitter, ARDA salió al cruce de las críticas, acusó a quienes las expresaron como “hipócritas” y “moralistas” y recordó que “formaron parte de un gobierno que significó un total retroceso en materia de políticas de drogas que respeten los derechos humanos”.
En diálogo con Página/12, directivxs de ARDA expresaron su sorpresa por la polémica y explicaron los fundamentos de ese tipo de iniciativas. “Es un debate que retrocede 30 años”, apuntó la doctora en Psicología Silvia Inchaurraga, directora del CEADS, expresidenta y actual secretaria general de ARDA. “En la mayoría de los países del Primer Mundo se vienen aplicando este tipo de políticas de una u otra manera. Y han reducido los problemas vinculados con los consumos de drogas”, indicó Gustavo Zbuczynski, presidente de ARDA e integrante del equipo del Centro de Asistencia en Adicciones Carlos Gardel, del Ministerio de Salud del gobierno porteño.
¿Qué dicen los folletos?
Las imágenes de los volantes se viralizaron a partir de un video que publicó la Dirección de Políticas para Juventudes del Municipio de Morón, en Instagram. Los trípticos los repartió el domingo el gobierno comunal, encabezado por Lucas Ghi, de Nuevo Encuentro –aliado del Frente de Todos— durante el festival La Minga, un evento cultural organizado por la municipalidad y que se llevó adelante en el polideportivo Gorki Grana, en el predio del excentro clandestino de detención Mansión Seré.
En la portada de cada folleto se puede leer: “Si vas a tomar, algunos consejos…”; “Si vas a consumir porro, algunos consejos…”; “Si vas a consumir cocaína/ pastillas, algunos consejos". Es decir, está dirigido a quien tiene la decisión de ingerir alguna de esas drogas. Cada tríptico incluye recomendaciones, según la sustancia: (“intercalá con agua y comé bien; no manejes”, en el caso del alcohol; elegí “mejor flores que prensado”, sobre la marihuana; “tomá poquito para ver cómo reacciona tu cuero”, al referirse a la cocaína). Cada texto incluye además, contactos útiles, como los teléfonos de la Sedronar (141) y SAME (107); y advierte que “si te detienen, tenés derecho a un abogado”, y brinda información sobre qué hacer para ayudar a un amigo si de descompone.
Los fundamentos de la campaña
“Trabajamos en la reducción de riesgos y daños desde el Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias (CEADS) de la Universidad Nacional de Rosario desde 1994 y a nivel nacional con ARDA desde 1999. ¿Qué es lo que aun escandaliza en Argentina de un abordaje pragmático y humano apoyado en evidencia científica y los estragos del abordaje abstencionista prohibicionista?”, se preguntó Inchaurraga.
“Esto no es una campaña abstencionista sino que reconoce el uso de drogas como algo que existió en todas las etapas de la civilización humana. Con lo cual lo que nosotros hacemos es minimizar los daños que las drogas son capaces de hacer. A quienes consumen les informamos adecuadamente para que puedan tomar responsablemente sus decisiones; de lo contrario la gente consume igual y lo hace sin información precisa. El ejemplo más drástico fue la tragedia de Puerta 8 –que ocasionó 24 muertos—hace pocas semanas. Pero todos los fines de semanas en las guardias de los hospitales tenemos personas que salían a divertirse y por no saber, por tomar malas decisiones por falta de información, mezclan sustancias que no se deben mezclar o consumen cantidades que su cuerpo no puede tolerar, y terminan con muerte, sobredosis, golpes de calor y una cantidad de daños absolutamente evitables”, destacó Zbuczynski, integrante además del equipo del Centro de Asistencia en Adicciones Carlos Gardel del Ministerio de Salud del gobierno porteño.
¿Qué dijo la oposición?
A partir de la viralización de la campaña, dirigentes de la oposición salieron a cuestionarla, mostrando absoluto desconocimiento sobre políticas de reducción de riesgos y daños. “Tomá poquita COCAÍNA para ver cómo reacciona tu cuerpo”, le recomienda el Municipio de Morón a nuestros pibes. Esta gente gobierna la Provincia más grande del país", tuiteó Diego Santilli, diputado bonaerense por el PRO.
"El kirchnerismo de Morón le recomienda a los jóvenes “consumir poquita COCAÍNA para ver cómo reacciona el cuerpo”. Son infames y cómplices del crecimiento del narcotráfico. Prefieren jóvenes drogados que no piensen", tuiteó el diputado Ricardo López Murphy.
Uno de los más enfáticos fue el diputado Waldo Wolff, que adelantó que iniciarán una acción penal por "incitación y apología a la droga": “Acá vemos cómo increíblemente la Municipalidad de Morón está asesorando a jóvenes como drogarse mejor. A la tarde estaremos presentando una denuncia penal a sus autoridades por delitos vinculados a incitación y apología de la droga. Delincuentes que juegan con nuestros hijos”, afirmó.
¿Qué dijo el municipio de Morón?
Desde el Municipio respondieron con un comunicado de prensa y explicaron que los mensajes incluidos en los folletos “se enmarcan en el Programa de Reducción de Riesgos y Daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales, que lleva adelante la comuna”, que fue puesto en marcha “mediante una ordenanza sancionada por unanimidad en el Concejo Deliberante de Morón en junio de 2021” y que “promueve la realización de diferentes acciones desde el Estado local para reducir las consecuencias negativas que genera el consumo en los usuarios de sustancias psicoactivas”.
El municipio también informó que entre otras medidas, la ordenanza indica en su artículo 3 que se deben “promover acciones orientadas a demorar todo lo posible el inicio del consumo de sustancias psicoactivas en edades tempranas, entre las que deberán ser comprendidas aquellas destinadas a la sensibilización y difusión amplia de la temática”. Además, la norma impulsa “diseñar e implementar dispositivos socio-sanitarios en espectáculos públicos, eventos masivos, locales bailables y en todo escenario potencial de consumo, para la prevención de riesgo y daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales”. También, se promueve “transmitir a la población usuaria conocimientos acerca de los procedimientos adecuados para minimizar los riesgos y daños inherentes al consumo” de esas sustancias.
¿Qué es la reducción de riesgos y daños?
“Cuando veo y escucho algunos discursos me retrotrae a los inicios de nuestro trabajo en reducción de daños a mediados de los años ’90, cuando se apuntaba a desinfectar las agujas y jeringas para evitar el contagio de VIH sida en los usuarios de drogas inyectables”, dice a Página/12 Inchaurraga.
--¿Le sorprendieron los cuestionamientos de la oposición? –le preguntó este diario.
--No deja de sorprenderme este debate. En particular toda esta acusación de apología fue la misma que sufrimos con nuestro primer programa de distribución de equipos de inyección en la ciudad de Rosario a fines de los años ’90. Me sorprende muchísimo que en el año 2022 sigamos escuchando estos discursos que no es propio de un sector político, sino que lamentablemente sigue siendo una herencia de una política pública desastrosa que tenemos en Argentina, donde la evidencia científica siempre está detrás de lo que se considera políticamente correcto. Y en este sentido, sigue abarcando una doble moral que genera un riesgo y cada vez más daños para aquellos que consumen drogas. Y digo esto también recordando que en relación a lo que sucedió en Puerta 8 pasó algo similar. Salió el ministro de Seguridad de la provincia a dar recomendaciones, que se pueden leer como recomendaciones de reducción de daños, de que si había una sustancia similar a la incautada, en determinado lugar, que mejor la descartaran, que no la consumieran, y le valió todo tipo de críticas, incluso desde responsables de políticas públicas a nivel nacional. Por eso insisto en que no es un tema de política partidaria sino que es parte de una falta de pragmatismo, de coherencia y de respeto por la evidencia científica no cambiar el discurso.
--En el comunicado de ARDA señalan la doble moral que expresan estas críticas a los folletos repartidos en Morón …
-- Si, también son un reflejo especular a esta doble moral argentina donde cuesta reconocer que pueden haber alternativas para los que no pueden o no quieren dejar de consumir drogas y que esto no significa claudicar de ninguna manera en el desarrollo de otros programas asistenciales, invertir en instituciones adecuadas para las personas con problemas de consumo –un gran déficit en la política actual--, y en la lucha contra el narcotráfico. Ni dejar de trabajar en campañas de prevención para que el que no ha iniciado el consumo, no lo inicie. Pero indudablemente significa un giro de 360 grados a la hora de abordar el consumo activo de drogas desde una mirada que justamente busca garantizar la reducción de riesgos y daños. Y en esta línea van estos mensajes que han sido cuestionados de la campaña de Morón, en la que desde la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina venimos asesorando para impulsar este cambio de paradigma.
--¿A qué apuntan los mensajes?
--Son disparadores para facilitar desde el discurso amigable el contacto con aquel que decide seguir consumiendo sustancias, que lo va a hacer de cualquier manera. Buscamos lograr que lo haga con los menores daños y riesgos posibles. Son algunos consejos que nos parecían clave en relación a cada una de las sustancias.
--¿Por ejemplo?
--Poder hablar de los adulterantes que aparecen mezclados con las sustancias es hoy una manera de poder reducir uno de los mayores daños asociados a los consumos de drogas en escenarios de prohibición, que es poder reducir la posibilidad de una muerte: que la sustancia no contenga lo que el usuario pensó que tenía. Esto pasa tanto en una fiesta electrónica, cuando la persona no puede acceder al testeo y a controlar la calidad de la pastilla y piensa que es una determinada sustancia y es otra, como sucedió la fiesta de Time Warp (donde hubo cinco muertos), y también en un barrio o en un asentamiento urbano irregular, como en Puerta 8, en relación a cocaína, o puede pasar en relación a los adulterantes que contiene la marihuana prensada, donde aparecen una cantidad de hidrocarburos derivados del petróleo, alquitrán, amoníaco, y hasta comida para perros.
--Uno de las frases que más escandalizó a dirigentes de la oposición fue la recomendación de consumir de a poco …
-- La idea es esperar el efecto de la sustancia. Es algo que venimos trabajando con nuestros materiales en relación a las drogas de diseño, a los alucinógenos y también a la cocaína porque en los escenarios de prohibición no se conoce cuál es la composición exacta. El usuario de cocaína no accede al clorhidrato de cocaína puro. Los mayores grados de pureza no eximen de la presencia de adulterantes y ahí también hay asociados una cantidad de daños que es necesario poder reducir con un consumo lo más responsable posible. Lo mismo pasa en las fiestas electrónicas cuando una persona adquiere una pastilla que piensa que es éxtasis porque su apariencia se asemeja a la última pastilla que consumió y en realidad espera que en un determinado lapso un resultado y si no se da, pasa a consumir otra pastilla y a veces, no se trata de éxtasis sino de otra metanfetamina que puede tener un efecto a más a largo plazo y en ese sentido, agregar una pastilla puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, o exponer a la persona a un riesgo de sobredosis. A la hora de poder abordar tanto los problemas de la toxicidad de las drogas, de los adulterantes con sustancias venenosas, como los riesgos de sobredosis, es clave no solo los mensajes de reducción de daños, los cuidados y las advertencias, sino la presencia de un dispositivo amigable, con agentes de salud en los dispensarios, en los barrios, en los municipios. Es lo que hay que hacer y sin dudas es necesario aclararles a aquellos que no conocen de políticas de drogas, que esta es una línea que tiene muchísimos años de trabajo, en la que ya en los países del primer mundo nadie discute si esto es apología del consumo y se acepta como una intervención diversa, de otras intervenciones, y que puede ser adecuada. Y es un abordaje que puede complementar o suplementar a otros, como ofrecer asistencia o tratamiento para que la persona pueda dejar ese consumo.