“Yo soy como la gota que horada la piedra”, dice la artista plástica Gabriela Cassano, con una voluntad narrativa que se traduce en personajes en movimiento, como si fueran protagonistas en blanco y negro de una coreografía de Pina Bausch. La paciencia para horadar y esperar, sin olvidar de dónde viene, enlazando identidad y memoria en una misma línea, le permite avanzar hacia lo nuevo. In Memoriam, una muestra gráfica con texto y curaduría de María Carolina Baulio, se inaugurará este miércoles a las 18.30 en Cassa Espacio (Zapata 256) y se podrá visitar hasta el 18 de mayo, de lunes a viernes de 15 a 19 horas con cita previa. Cassano le dedica esta muestra a “su amiga del alma” Cristina Comandé, sobreviviente del centro clandestino de detención Puente 12, quien murió en febrero de este año.
Piedra ancestral
In Memoriam se tendría que haber inaugurado el 19 de marzo de 2020. La pandemia irrumpió en el mundo, hubo que aislarse, y la vida quedó suspendida en el tiempo y el espacio. “Mi trabajo tiene como eje la memoria, en distintas etapas y con diferentes lenguajes. Yo vengo de la pintura, siempre fui muy colorista, pero hará diez años que me enamoré del papel y de la gráfica porque llegó un momento en que mi pintura empezó a ser muy gráfica y yo sentía cada vez más que dibujaba en la tela más que pintar por excelencia”, recuerda Cassano cómo se produjo esa transición que la impulsó a experimentar con técnicas gráficas como la litografía. Esta consiste en trazar un dibujo, un texto o una fotografía en una piedra calcárea o una plancha metálica.
“Yo dibujo en una piedra, que a su vez es una piedra ancestral que tiene memoria. Después, por un proceso alquímico, la piedra me devuelve la estampa. A veces me devuelve lo que dibujé, otras veces no. Como pasa con los recuerdos, algo se graba con más fuerza de lo que imaginé que iba a aparecer. Hay algo atávico en eso de tener una piedra adelante, una piedra que tiene peso, como si estuviera dibujando un bisonte en las cavernas”, explica Cassano y sonríe al evocar una de las pinturas rupestres más famosas, el Bisonte de la cueva de Altamira (España). En Todos y cada uno”, que expuso en el Centro Cultural Recoleta en 2010, se caracterizaba por el predominio de la figura humana, “con un alto contenido poético que es propio de la artista que atrae al espectador y lo hace partícipe de las diferentes escenas que se despliegan en el lienzo”, planteaba la curadora Cecilia Maguire.
El contenido poético continúa en In Memoriam, pero con más vuelo y movimiento. “Los personajes que venía trabajando en la pintura hace mucho tiempo dejaron de estar parados sobre sus pies. Antes eran personajes que formaban como un muro humano y se relacionaban entre sí. De repente, estos personajes empezaron a flotar, a quedar suspendidos en el espacio, como si no tuvieran tiempo ni lugar. Entonces esto hizo que los calara, porque el calado tiene que ver con los agujeros de la memoria; busco que floten dentro del marco, y a algunos los bordo porque hay una cosa de querer recuperar, cuidar y sanar algo”, reflexiona la artista plástica, egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, que completó su formación pictórica con los maestros Aníbal Carreño y Carlos Cañás. Cassano trabajó como docente en el área de Educación Plástica del Instituto Vocacional de Arte de la Municipalidad de Buenos Aires, donde colaboró en la creación de los jardines de infantes en Educación por el Arte.
Recuperar a Alicia
Cassano es hermana de la médica Alicia Cassano, jefa de Residentes el Hospital Italiano detenida-desparecida en marzo de 1977. En la masiva marcha en rechazo al fallo de la Corte Suprema que habilitaba el 2x1 para los condenados por delitos de lesa humanidad en mayo de 2017, empezó a imprimir los dibujos de los pañuelos que tenía en una piedra. “Soy muy intuitiva con mi trabajo: primero hago y después pienso por qué hice lo que hice. Empecé a reproducir fotos de mis litografías en serigrafía porque con la serigrafía podés hacer 30 mil pañuelos, podés imprimir todos los pañuelos que se te ocurran. Mi idea era mostrar los pañuelos como los mostramos en la Plaza: 'aquí estamos con ustedes, son todos los que no están y todos nosotros que estamos apoyando el camino hacia la verdad y la justicia'. Algo había quedado otra vez oculto, se había cerrado algo y no había salido a la luz. Como soy la gota que horada la piedra, seguí horadando y dije: antes de poder seguir con lo que viene, con lo nuevo, quiero que esto se muestre”, subraya la artista plástica.
Cassano es la menor de tres hermanas. Ana, “la hermana del medio”, pidió asilo político en Suiza y cuando otros exiliados llegaban a Europa ella les mostraba la foto de la hermana mayor, Alicia, que había sido secuestrada el 23 de marzo de 1977, y preguntaba si la habían visto. Elena Alfaro la reconoció y ahí la familia Cassano se enteró de que había estado en El Vesubio hasta el 28 de abril del 77, cuando la trasladaron junto a una enfermera y una partera. Ni bien supo que el equipo Argentino de Antropología Forense estaba buscando identificar restos, Gabriela dejó muestras de su ADN. En marzo de 2010 la llamaron para saber si había alguien más porque su ADN no arrojaba el porcentaje del 99,99 por ciento. Entonces le sacaron sangre a Ofelia, la madre, y se confirmó la identidad de Alicia, que estaba enterrada como NN en el cementerio de Lomas de Zamora. La habían fusilado con las manos atadas. “Fue muy sanador el hecho de saber que el 28 de abril del 77 fue la fecha en que mataron a mi hermana. Ahora ella está enterrada junto a mamá y a papá”, cuenta la artista plástica que aún conserva el primer caballete, la primera valijita de pintura y los primeros libros que le compró Alicia, esa hermana mayor que tanto la alentó para que se anotara en la Escuela de Bellas Artes.
“No era muy normal”
¿Por qué el dibujo, la pintura, la litografía, la serigrafía para expresarse? “Uno no sabe muy bien cómo sucede esto, pero si tengo que explicar algo me resulta más fácil hacer un dibujito; es inherente a uno, hay quienes no pueden parar de moverse o las palabras le brotan, le salen. Mi forma de comunicarme es a través de los dibujos”, subraya Cassano cuya obra se encuentra en museos del país, embajadas y colecciones particulares de la Argentina, Uruguay, México, Estados Unidos, España, Alemania, Suiza, Holanda, Irlanda y Francia. “No era muy normal, no era una chica que le gustaba saltar a la soga, sino que me sentaba con un lápiz a dibujar. No sé si eso lo elegís, o sucede y te hacés cargo”. Los personajes en In Memoriam aparecen flotando y forman coreografías en el espacio. “Me hubiera encantado ser bailarina -reconoce la artista plástica-. Veo cosas que me llaman la atención y muchos son movimientos de danza, sobre todo de Pina Bausch. Empecé con el cuerpo en movimiento en 2011, a partir de que pudimos identificar y recuperar el cuerpo de mi hermana”.
*Para ver In Memoriam se puede escribir a [email protected]