Las protestas de organizaciones sociales reclamando asistencia alimentaria se multiplican en toda la provincia de Salta y, según sus referentes, no encuentran eco en el gobierno provincial. Los precios de los alimentos aumentan a un ritmo frenético, a tono con el incremento de los precios de los commodities a nivel internacional.

Frente a esta situación, el gobierno nacional modificó parcialmente las alícuotas de los derechos de exportación de algunos productos agroindustriales para financiar la diferencia entre los precios internacionales de los alimentos y los precios locales de esos productos, y los ruralistas reaccionaron con un “tractorazo” en Plaza de Mayo.

Consultado sobre este conflicto, el ministro de la Producción salteño, Martín de los Ríos, cuestionó las medidas implementadas por el gobierno nacional por considerar que desalientan la producción. Se trata de un cambio sustancial en la posición que mantenía hace dos años, cuando defendía el esquema de retenciones a la exportación y cuestionaba las medidas de fuerza de los ruralistas (https://www.pagina12.com.ar/252208-martin-de-los-rios-la-medida-de-fuerza-es-precipitada).

En diálogo con Salta/12, De los Ríos negó que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania esté beneficiando a los productores agrícolas, consideró que el contexto internacional es una “oportunidad” para la Argentina, y opinó que “se está fomentando la búsqueda de la ilegalidad, el contrabando, o la falta de cumplimiento (de las normas), porque es asfixiante la carga impositiva”.

-¿Qué opinión le merece el “tractorazo” que hubo el sábado pasado?

-La expresión de malestar que toda protesta lleva en sí son siempre malas noticias, son siempre llamados de atención. Yo estoy convencido que dialogando tenemos que avanzar en la solución de los conflictos. A veces parece que la política se empeña en que algunos de ellos no se solucionen.

Yo claramente disiento con un montón de medidas del orden nacional vinculadas al sector agropecuario puntualmente, como pueden ser esta última de aumentar los derechos de exportación a la industrialización de productos cuando lo que necesitamos es fomentar el agregado de valor, no castigarlo. No soy para nada defensor del Estado prohibiendo, sino soy un fanático defensor de un Estado facilitando, interviniendo y generando oportunidades y desarrollo para todos. Y me refiero puntualmente a la carne, ¿no? Ahí están los resultados: no veo precisamente que el precio de la carne haya disminuido, al contrario, hoy pasó a ser un lujo de muy pocos el kilo de carne.

Entonces, hay que tratar de que los precios bajen con mayor oferta de productos, y para eso hay que producir más, y no sujetar y desalentar la producción, porque cuanto menos se produzca, por norma matemática, mayores van a ser los precios.

-¿Y cómo se hace para controlar los precios, incluso con mayor oferta, cuando los precios internacionales de los commodities crecen en semejante medida?

-Claramente el desbarajuste de precios tristemente producido por el conflicto bélico no le hace bien a nadie, ¿no? ¿Uno piensa que al productor lo beneficia? De ninguna manera. Han subido mucho más los productos necesarios para producir, también afectados por la tragedia bélica, que los commodities, o sea, que es una situación de emergencia que no beneficia a nadie.

Ojalá, y yo ruego a Dios, que finalice esta locura que es la guerra Rusia-Ucrania, que el esquema mundial retome cierta normalidad, pero no obstante la producción de alimentos hoy tan demandada por países que temen perder su soberanía alimentaria, es una oportunidad para un país como Argentina.

-¿Pero cómo hacemos para regular el precio de los alimentos para los argentinos?

-A eso quiero llegar. A nadie beneficia el aumento desmedido de precios por circunstancias especiales. Ahora, lo que nosotros tenemos que hacer es que los argentinos ganen mucho mejor. Lo que nosotros tenemos que hacer es recuperar el valor de nuestra moneda que es la que está por el piso y, por más que imprimamos billetes, el poder de compra de cada uno de nosotros cae en forma abrupta. Ya no hay nadie, por paritaria mediante que hubiere, que no tenga enormes complicaciones para llegar a fin de mes. Entonces, estas oportunidades, produciendo más algo que el mundo demanda, facilitando la producción y no trabándola, no le quepa duda que tiene que generar desarrollo y condiciones para que los argentinos ganen mejor.

-¿Cómo analiza la gran cantidad de hechos de contrabando de granos que se están registrando?

-Cuando usted dificulta y prohíbe todo, el control se hace imposible. Nos ha pasado con el ordenamiento territorial hasta aquí: con todo prohibido ha florecido la tala ilegal. Y el poder de controlar en regiones de extensísimas superficies se hace muy difícil.

Entonces, claramente, la reforma fiscal e impositiva en la Argentina es fundamental, es imperiosa, porque si no se está fomentando la búsqueda de la ilegalidad, el contrabando, o la falta de cumplimiento (de las normas), porque es asfixiante la carga impositiva y no hay poder de policía suficiente.

Nosotros estamos permanentemente trabajando con el Juzgado Federal. De hecho, los granos que se confiscan al contrabando tenemos un convenio que nos permite entregárselo a pequeños productores. Y yo miro la cantidad de toneladas secuestradas, y por dentro pienso “¿cuántas habrán pasado si esto es lo que pudimos secuestrar?”.

Entonces, pienso que hay que trabajar en que los impuestos sean pagables y a nadie se le va a ocurrir la locura del delito del contrabando.