Criada entre Bombay y Nueva York por sus padres filántropos, Madame Gandhi es baterista, productora de música electrónica, experta en análisis digital y activista queer. Con 33 años, es conocida por sus sonidos experimentales que enlazan géneros como synth pop, R&B y trap a los que suma fragmentos de su universo personal: por ejemplo, los cantos de meditación que le enseñó su madre. También es conocida por su impronta feminista -sobre todo en relación a las mujeres de India-, y por los comienzos de su carrera musical, cuando fue baterista para artistas como M.I.A, Kehlani, y Thievery Corporation. Acuñada por los beats del hiphop de los noventa, Gandhi siempre tuvo claro el aspecto de la música que le interesaba: su potencialidad para contar historias y, sobre todo, para elevar la voz de las mujeres.
Cuando Madame Gandhi aparece en el escenario de Casa Brandon, está oculta debajo del turbante que usa en la cabeza. Tiene puesto un body dorado y un par de lentes de sol oscuros esconden sus ojos. Después de cantar dos o tres temas finalmente se los saca y deja ver una mirada cálida. Incluso al gritar en sus raps lo hace con ternura, arenga al público para que siempre se acerque un poco más a ella, como si quisiera diluír cualquier barrera entre su público y el escenario. Es el primer show de un pequeño tour bonaerense de dos días que su amiga, la cantante argentina Dat Garcia, que a su vez fue telonera del show, la arengó a improvisar a último momento. Toca sus tambores y aunque es la primera vez se mueve entre el público lo hace con la naturalidad de alguien que ya ha habitado un espacio. Pero hace menos de 24 horas aún estaba de viaje en Antártida, donde la temperatura gélida hizo que su teléfono celular se congelara.
¿Qué fuiste a hacer a la Antártida?
Madame Gandhi: Durante el viaje toqué en el pasaje que va de Ushuaia a Antártida, el punto más al sur en el que he tocado en mi vida, quizás sea una de las pocas performers que lo hicieron en un punto tan al sur en el globo. Mi idea de ir a Antártida tenía que ver con cobrar consciencia del cambio climático, para conectarme con la naturaleza y poder convertirme en una guerrera, una protectora de la naturaleza. Cuando estuve ahí grabé el sonido de los glaciares congelándose y de las burbujas de aire que se liberaban debajo del agua para poder samplear el sonido del cambio climático dentro de mi música.
EL SALTO A LA FAMA
Mientras hablamos, se prepara para su próximo show en Niceto, es decir, el último show de su tour improvisado por Buenos Aires. La última vez que recorrió las calles bonaerenses fue durante el 2013, cuando viajó como baterista itinerante para M.I.A: una rapera que en su momento supo hablar de sus experiencias como refugiada de la guerra civil en Sri Lanka, de las problemáticas de las mujeres de Medio Oriente, y fue tan crítica de Estados Unidos que hasta prohibieron su entrada a ese país. Hoy en día, Gandhi es una clara hija del legado experimental y declamativo de M.I.A, aunque el tono que usa es, sin dudas, más dulce que el de su precursora. Pero en aquel momento, cuando trabajaron juntas, Gandhi todavía no se pensaba a sí misma como artista ni como activista, su prioridad era la maestría en estudios empresariales que cursaba en la universidad de Harvard.
Hay un hito importante que cambiaría para siempre la historia personal de Miss Gandhi: la performance que llevó a cabo en la Maratón de Londres en el 2015. Tenía 26 años y aún usaba su nombre de nacimiento, Kiran, cuando decidió manifestarse en contra del estigma menstrual en ese evento multitudinario que se celebra todos los años en Inglaterra. Durante cuatro horas y cincuenta minutos, estuvo corriendo sin usar ningún tipo de producto que retuviera su sangre menstrual, una práctica que suele llamarse “free bleeding”, o sea, “sangrado libre”. En las fotos sonríe eufórica y ensangrentada después de haber atravesado los 42 kilómetros de una de las maratones más grandes del mundo. La repercusión fue inmediata: sus fotos se viralizaron en todas las redes sociales, despertando la adulación, la furia y los debates en el público global que acababa de cosechar.
¿Ahí empezaste a pensarte como activista?
Madame Gandhi: Siempre me sentí una activista. Incluso cuando éramos niños muy pequeños, mis hermanos y yo, apenas habíamos nacido, mis padres nos llevaban a hacer voluntariado y ayudar. A los ocho años, cuando vivía en Bombay, iba al orfanato a enseñarle a niños de mi propia edad cosas como escribir, inglés, y juegos. Para mí, el activismo tiene que ver con la conexión, con acercarse a donde alguien siente una privación de derechos y revitalizar ese espacio. Pero sí creo que mi noción como activista se disparó, a nivel global, cuando la performance de la maratón se viralizó.
¿Cómo viviste estudiar en Harvard mientras eras baterista de M.I.A?
Madame Gandhi: Tenemos que recordar que somos personas tridimensionales. Tenemos muchas habilidades diferentes, pasiones diferentes. Yo quería estudiar negocios para convertirme en una música aware, porque muchas veces una escucha que los artistas tienen problemas defendiendo sus propios derechos. Así que pensé que si tenía una educación fuerte en términos de negocios, podría manejar mi propia carrera. A la vez, M.I.A me había contratado para el tour, y no pensaba decirle que no. Un fin de semana estábamos viajando a Argentina y Chile, el próximo a Polonia, el próximo a Japón, pero los días de semana volvía a Boston y estudiaba.
También estudiaste matemáticas. ¿Pensás que las matemáticas y la música tienen algo que ver?
Madame Gandhi: Absolutamente, la matemática te permite ser una productora fuerte. Podés tunear frecuencias para convertirlas en frecuencias más sanadoras, podés observar cómo se procesan las señales digitales, podés entender como la voz puede alcanzar muchos registros diferentes. Podes usar la matemática para tunear las baterías a una nota perfecta. Te convierte en una mejor música desde el lado técnico.
Has dicho que la música funciona como un canal para oprimir o elevar. ¿Cómo funciona eso?
Madame Gandhi: Cuando una persona está abierta a recibir emociones a traves de la música, pero el mensaje tiene que ver con opresion, con hacerte rica, con tener sexo con alguien y no llamarlxs nunca más, está perpetuando una sociedad disfuncional, y eso puede ser muy poderoso, muy opresivo. En términos de elevación, la gran mayoría de los movimientos políticos, los más activos y los más importantes, han tenido canciones y artistas que motivaron esa causa, porque la música afecta la mentalidad y el sistema de valores de una persona.
¿Podrías nombrar algunx artista que te resulte relevante en ese sentido?
Madame Gandhi: Escucho mucho a Fela Kuti, un artista nigeriano que en los sesenta y los setenta cantaba sobre la liberación de la opresión colonial británica. Era muy crítico de los soldados nigerianos que marchaban para los ingleses, de las personas nigerianas que adoptaban nombres ingleses y empezaban a vestirse con la misma ropa que los ingleses. Siempre lo pienso en relacion al movimiento feminista: ¿por qué aspiramos a obtener valores masculinos cuando la feminidad tiene tanto poder sanador?
En un país donde la religión y las tradiciones aún sostienen con firmeza los mandatos patriarcales, Madame Gandhi está convencida de que quiere darle voz a las identidades que, pareciera, nadie quiere escuchar. “No quiero vivir escuchando el sonido de mi propia opresión, ¿me entendés?” exclama la voz de la artista al comienzo de Waiting For Me, una canción que se convirtió en su propio himno ecofeminista. Es parte de Visions, el EP que sacó en 2019 y que la lanzó al mundo como artista musical con su propia impronta. El videoclip, filmado en Bombay, contrasta los grises industriales de los uniformes, las cárceles y las instituciones represivas con los colores cálidos de los paisajes, los vestuarios tradicionales, las imágenes de un grupo de mujeres indias que encuentra la felicidad en la naturaleza. Una utopía que Gandhi cree importante no solo conceptualizar sino también reflejar visualmente. Además de las actrices, el equipo entero -con una o dos excepciones- estuvo integrado por mujeres. La razón, explica Gandhi, es que todas ellas fueron, alguna vez, niñas pequeñas en India que buscaban romper un molde, y quería que todas tuvieran una conexión personal con la historia del video.
INFLUENCIAS EXTRAÑAS
Otro de sus videoclips, See Me Thru, un track con influencias drum and bass y sonidos downtempo que también pertenece a Visions, es un intento por reflejar su propia perspectiva del deseo lésbico. Con la curaduría de sus equipos de producción siempre presente, Gandhi contrató a Ania Catherine y Dejha Ti, una pareja de artistas contemporáneas queer que en su obra exploran la tecnología creativa y la performance. Las dos actuaron como amantes en el videoclip y, además, lo co-dirigieron: el resultado es una serie de escenas oníricas, una cápsula de ternura y colores apagados. Gandhi dijo que, al filmar el video, quiso evitar el contexto pornográfico en que se suelen enmarcar los cuerpos femeninos y mostrar un retrato alternativo -y honesto- del amor entre mujeres, que casi siempre se construye desde la hipersexualización. La decisión que las tres tomaron de no mostrar besos en cámara tiene que ver con la búsqueda de un erotismo que pueda comunicarse a través de un ritmo lento de cuerpos, luces, y miradas.
¿Cómo describirías al movimiento feminista en India?
Madame Gandhi: En 2012 fue la explosion del movimiento feminista en India, cuando una chica jóven estaba volviendo del hospital donde trabajaba como enfermera y fue violada en manada adentro del colectivo. Después de eso, murió en el hospital, y las protestas llenaron el país. India tiene una dicotomía, por un lado hay mucha represión sexual, no podemos mostrar nuestros pezones, no podemos amamantar a un bebé en público, y simultáneamente vivimos violaciones, acoso en nuestros lugares de trabajo y en la vida cotidiana. Yo creo que el lado más espiritual de nuestro movimiento tiene que ver con cómo amamos y nos apropiamos de nuestra propia sexualidad, para que no sea reprimida y violada más tarde.
Tenés una mirada espiritual en relación al activismo…
Madame Gandhi: Yo creo que una de las maneras en las que exorcisamos nuestro poder es a traves del sexo y la sexualidad, es interesante porque aunque las personas queer y las personas trans son oprimidas en todo el mundo, estamos abiertxs a amar a muchas personas diferentes de maneras diferentes. Son las mismas personas que están más liberadas en sus mentes y en sus corazones.