Se prendió la alarma en la UIA. Días atrás, el Gobierno aprobó la apertura de una investigación por presunto dumping (productos que se venden por debajo del costo) en importaciones provenientes desde China, en la cual modificó el método usual de contrastar los precios con terceros países. En cambio, estableció que la comparación se tiene que hacer en relación a precios en el mercado interno de la propia economía de China. Los industriales consideran que esto es un problema, porque puede restringir la cantidad y la potencia de las medidas antidumping, que es uno de los mecanismos de administración del comercio exterior. El tema no sólo afecta a las pymes, que usualmente tienen más problemas de competitividad, sino que uno de los principales interesados es nada menos que Techint.
Una señal contundente fue emitida esta semana en la asunción de Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza (AGD), como presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Acevedo habló de “el valor de la unidad” y se refirió en forma general a temas como el diálogo con el Gobierno y la importancia de mejorar la competitividad. Solamente se apartó del libreto de generalidades al referirse a China.”Reconocerla como economía de mercado profundizará la primarización de nuestra economía”, dijo. El tema puede llegar a convertirse en un conflicto entre la UIA y el Gobierno.
En 2001, China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) como su miembro 143 pero bajo el criterio de “país sustituto”. Eso la obligaba a tener que aceptar ser comparada con terceros países a la hora de analizar, por ejemplo, la existencia de dumping. Por ejemplo: la industria nacional pedía la apertura de una investigación de dumping por una importación de productos metalúrgicos provenientes desde China. Para establecer ese análisis, solía exigir que se comparen los precios de entrada de los productos con los precios en el mercado interno de, por ejemplo, Alemania. Eso permitió la sanción de una gran cantidad de medidas antidumping, que se convirtió en una herramienta de la estrategia de protección comercial. Sin embargo, desde diciembre del año pasado los países pueden comenzar a considerar que China es una “economía de mercado”.
Por eso, durante el día de la industria de septiembre del año pasado, el por entonces presidente de la UIA, Adrián Kaufmann Brea (Arcor) pidió que “el Gobierno no reconozca a China como economía de mercado porque no cumple ninguno de los requisitos establecidos por la Unión Europea”. Kaufmann Brea es un dirigente de bajo perfil que se despachó con el reclamo ante la presencia del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del ministro de Producción, Francisco Cabrera.
Si bien formalmente Argentina no declaró que considera a China como una “economía de mercado”, hace diez días fue publicada una resolución en donde implícitamente se eleva a esa categoría al país asiático. La resolución 396 de la Secretaría de Comercio determina la apertura de una investigación por presunto dumping en importaciones de artículos sanitarios de cerámica: inodoros, depósitos o cisternas, lavatorios, columnas (pedestales) y bidés originarias de China. A diferencia de los antidumping anteriores, la medida no permite comparar precios con terceros países.
“Esto dificulta la posibilidad de demostrar el dumping, porque los precios en el mercado de China no necesariamente están acordes a los precios de una economía de mercado. Puede haber sectores con precios coherentes, pero no en todos los casos. La situación más problemática está en el segmento de los insumos”, explicó a este diario el economista Mariano Kestelboim. Si el precio en el mercado interno es similar al de exportación (de China hacia la Argentina) no es posible establecer la medida antidumping. Un ejemplo del esquema que regía hasta ahora lo brinda la apertura de investigación por presunto dumping de abril del año pasado para la importación de arandelas de acero provenientes de China. En ese caso (resolución 46/2016 de la Secretaría de Comercio) se definió la elección de Brasil como tercer país en donde comparar precios.
Varios países de la región comenzaron a reconocer a China como economía de mercado porque no les representa un costo, dado su bajo potencial industrial. En cambio, todavía Estados Unidos y Europa se niegan a hacerlo. Mientras tanto, nadie tiene en claro cuál puede ser el impacto en el caso argentino. Para los industriales, de todos modos, representa una señal negativa.