Un estudio científico, en el que participó un investigador del Conicet, señaló que un 20% de la población de reptiles se encuentran bajo peligro de extinción.
La investigación, publicada por la revista científica Nature, evaluó el estado de conservación de la población de estos vertebrados a nivel mundial e indicó que un total de 1.829 especies de reptiles se encuentran bajo amenaza.
Los criterios de evaluación para este trabajo fueron realizados por una organización independiente denominada Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por su sigla en inglés), que permite analizar el estado de situación a nivel mundial de las especies de reptiles.
Luciano Ávila, investigador principal del Conicet y director del Instituto Patagónico de los Ecosistemas Continentales (IPEEC, Conicet) y participante de este trabajo, indicó que una de las causas está relacionada a que "los reptiles están expuestos, en líneas generales y a gran escala, a peligros similares que otros grupos de vertebrados terrestres como aves y mamíferos".
En este sentido, el investigador, especializado en el estudio de lagartijas señaló, según un comunicado del Conicet: "la destrucción del hábitat por la expansión agrícola, el desarrollo urbano, la introducción de especies invasoras y el tráfico de animales con fines comerciales se destacan entre las principales amenazas a nivel global. Pero cada región tiene su particularidad".
Ávila especificó que en el país la desertificación y los incendios forestales son "grandes amenazas" para estas especies cuyas poblaciones resultaron damnificadas.
Asimismo consideró que otra de las principales problemáticas que afronta estas especies está relacionada con el tráfico de animales. "Esta red comercial sigue teniendo un gran impacto sobre poblaciones silvestres en grupos que son muy vulnerables", señaló el científico.
En esta investigación también se estudiaron los impactos del cambio climático sobre las poblaciones de reptiles en los diferentes lugares en donde habitan. "El derretimiento de glaciares significa menos aporte de agua para todas las cuencas en el país y acelera el proceso de desertificación", afirmó Ávila.
El científico indicó que este tipo de trabajo "es una oportunidad de intercambio para seguir haciendo foco en los problemas que afectan a estos animales". "Estos encuentros entre especialistas permiten, además, pensar acciones de conservación y trabajar mancomunadamente a nivel regional, continental y global", concluyó Ávila.
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